La persecución “insuficiente” de la pederastia y el papel de la mujer en la Iglesia son algunas de las causas que han provocado la pérdida de fieles católicos a nivel mundial, según ha dicho hoy el sociólogo Manuel Castells en el Congreso Internacional de Pastoral de las Grandes Ciudades.
En el congreso, que se celebra en Barcelona, este catedrático emérito de la Universidad de California-Berkeley y de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) ha señalado por qué en el mundo la religión católica ha pasado de representar el 22 % de la población religiosa mundial en 1980, al 17 % en 2010.
El sociólogo ha considerado que la Iglesia “no se ha movilizado suficientemente contra la pobreza, no ha asumido derechos que piden las mujeres como el divorcio o el del propio cuerpo, y ha sido percibida en algunos países como una institución próxima a las elite dirigentes”.
En los últimos años, sólo África ha aumentado el número de fieles católicos ya que Latinoamérica, por ejemplo, ha experimentado un crecimiento de la población cristiana pero de otras confesiones.
España es, junto a Brasil, el país que ha visto reducido en mayor medida su número de fieles.
Sin embargo, Castells ha señalado que, “lejos de la percepción eurocéntrica de que aumenta el peso de la razón”, en el mundo está creciendo la población religiosa, pasando de un 83 % de la humanidad en 1980 al 89 % en 2010.
El sociólogo ha analizado el papel de la urbanización y de las grandes regiones metropolitanas en el mundo, y sus efectos en la sociedad, y ha recordado que en algunas regiones del mundo, como Latinoamérica, en 2050 el 90 % de la población será urbana.
El proceso de globalización mundial y de concentración de población en grandes urbes aglutina “poder, riqueza, tecnología, innovación y creatividad en las áreas metropolitanas, lo que ha contribuido a mejorar las condiciones económicas, de educación y salud de las personas”.
Sin embargo, las mismas tendencias han motivado “un crecimiento de los problemas sociales, deterioro del medio ambiente, pobreza urbana y crisis de la vida cotidiana”, ha señalado.
En el acto de inauguración del congreso, el arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, ha recordado la importancia de la institución eclesiástica en la vida metropolitana.
Sistach ha revelado que el congreso es fruto de una conversación entre él y el Papa Francisco, días antes del cónclave que le nombró pontífice.
En la conferencia también han participado el sociólogo Javier Elzo, que ha hablado sobre las relaciones entre las personas en las grandes urbes, “donde se propicia el anonimato, pero también se crean formas de agregación y de grupos, generando multitud de subculturas”.
Por su parte, el antropólogo francés Marc Augé se ha referido a cómo el urbanismo determina el tipo de vida de las personas y ha analizado la segregación interna de las ciudades en barrios de clases medias altas, y en periferias en las que predomina “la población inmigrada, que vive con unas condiciones de vida a menudo deficientes”.
En el congreso, que ha empezado hoy y terminará el próximo jueves, diversos expertos indagarán en el papel de la Iglesia en la grandes ciudades y en cuáles son los retos a los que tiene que hacer frente la institución.
Artículo de EFE