Pablo Gonzalez

Conociendo las zonas anómalas de Crimea


Crimea siempre ha sido un lugar que ha atraído a gentes de todas partes, pero esto nada tiene que ver con la geopolítica. Crimea es un punto energético de la Tierra de la misma fuerza que, por ejemplo, Tíbet.

En la época soviética la costa de Crimea era considerada un balneario natural sin parangón en el inmenso país. Millones de soviéticos iban allí para aprovechar al máximo las cualidades curativas de la naturaleza crimea. El aire impregnado de pinocha y brisa de mar, además de producir sensaciones agradables, benefician la salud.

Pero el clima no es la única fuente de salud en Crimea. La península goza de una bien merecida fama, de ser un lugar especial donde se va en búsqueda de una espiritualidad vivida con mayor profundidad. Es por eso que los centros de yoga suelen organizar allí seminarios y meditaciones colectivas.

Una de las zonas "anómalas" más famosas de Crimea es el cabo Meganom, situado entre las ciudades de Sudak y Feodosia. Miles de peregrinos se dirigen a este lugar sagrado para despertar la energía vital dentro de uno mismo, explica Víktor Zhuravliov, profesor de yoga:

−Lleva varios años organizando viajes para alumnos al cabo Meganom. Para la gente conocedora es un lugar muy singular que emana una energía positiva y buenas vibraciones. 

Es perfecto para practicar yoga y meditar. Todos acaban dándose cuenta de que aquí, sin esfuerzo ni motivo, uno alcanza la felicidad, la plenitud y la tranquilidad. Además, muchos tienen sueños premonitorios. Yo personalmente prefiero ir a finales de septiembre, cuando ya no hace mucho calor y hay menos gente.

Durante la temporada turística alta, en julio y agosto, en el cabo Meganom uno se tiene que abrir paso entre la multitud de veraneantes. 

Así que no es el mejor momento para alcanzar el nirvana, para los que buscan relajación y recogimiento es recomendable visitar el lugar en temporada baja.

Se cuentan muchas cosas de Meganom: dicen que aquí las personas desarrollan percepciones extrasensoriales y ven ilusiones ópticas.

 Es curioso que los griegos antiguos situaran en Meganom la entrada en el reino de Hades, el inframundo. No en vano los lugareños aseguran que aquí es fácil contactar con los espíritus de los muertos.

Además de misteriosas, también existen pruebas científicas de la singularidad de este lugar. Hace poco los militares cortaron acceso al cabo para realizar varios experimentos secretos relacionados con anomalías magnéticas detectadas en esta zona.

El cabo Meganom es solo una zona especial de Crimea entre otras muchas, como el legendario valle de los Fantasmas Dimerdzhí, el misterioso cabo Ayá, el sombrío macizo de Ayudag y el volcán apagado de Karadag, y otras. Todos estos lugares merecen una atención especial y seguiremos hablando de ellos.

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