El régimen de Israel demolió 390 viviendas palestinas en el valle del Jordán de Cisjordania en 2013, lo que provocó el desplazamiento de cerca de 600 palestinos, ha informado este jueves la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Según esta nueva cifra, publicada por la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios, el número de las demoliciones en 2013 se duplicó frente a las 172 del año 2012.
El informe de la entidad internacional ha coincidido con las declaraciones de la jefa de la Diplomacia de la Unión Europea (UE), Catherine Ashton, quien ha criticado el anuncio sobre la construcción de 558 viviendas en territorios ocupados palestinos y ha instado al régimen de Tel Aviv a dar marcha atrás.
“Estos planes pueden poner en riesgo la perspectiva de que Jerusalén (Al-Quds) se convierta en la capital de dos estados y, en particular, la integridad territorial entre Jerusalén Este y el sur de Cisjordania”, ha justificado en un comunicado.
Ante las expansiones de asentamientos israelíes, la comunidad internacional no ha mantenido el mutismo, por lo que se escuchan repetidas voces de crítica desde cualquier rincón del mundo llamando al régimen de Tel Aviv a poner fin a las construcciones en los territorios palestinos.
Conforme a las Convenciones de Ginebra, los asentamientos israelíes son ilegales, no obstante, este régimen resta importancia a las advertencias de distintas autoridades tanto regionales como internacionales.
El pueblo palestino exige que el régimen de Israel reconozca un Estado independiente palestino dentro de las fronteras de 1967 con Al-Quds como capital.
Sin embargo, Tel Aviv se niega a volver a las fronteras de 1967 o discutir el tema de Al-Quds, e insiste en mantener los asentamientos ilegales dentro de los territorios ocupados.