Pablo Gonzalez

Nicaragua: Zorros del mismo piñal


Por el Conde de MonteCristo
Son impresionantes las vueltas que da la vida.
 Ahora van rumbo al banquillo de los acusados dos personajes ligados a las esferas de la corrupción, que hasta hace poco tiempo proclamaban a los cuatro vientos que había que perseguir a los corruptos. 
Ellos exigían que se aplicara todo tipo de leyes, como la Ley Patriótica de Estados Unidos y que se persiguiera por lavado de dinero a personas que jamás habían tocado un peso ajeno.Roberto Bendaña, hijo de papi y mami, ex vice ministro agropecuario del Churri Bolaños, aspirante presidencial de largos colmillos, alto tiliche del Opus Dei, un club religioso en el que se mezclan tontos, ingenuos y vivianes.

En ese grupo de seguidores de un oscuro predicador de la Edad Media, muchos no saben murió en la hoguera después de confesar que sus visiones y profecías habían sido inventadas. 
Ahora Roberto y sus cómplices van a tener que confesar que su financiera fue inventada para despojar a gente ingenua, que confió en su pedigrí, sus camisas almidonadas, sus colonias Mennem para niños y sus bien fingidos padres nuestros. 
Ahora lo vamos a oír recitar su versión particular del yo pecador, gritando a los cuatro vientos que no tiene culpa alguna, que todo ha sido producto de una conspiración, que fueron Álvaro y Hugo, y que las monjitas del Teresiano están aliadas con el Frente y Eduardito para bloquear su avance arrollador hacia el solio presidencial.

¡Ah! ¡Eduardito! ¿Dónde te has metido estos días? Si vos también has sido gran predicador contra la corrupción. 
A nadie se le ha olvidado que fuiste uno de los inventores de los CENIs, que te tragastes muchos millones del erario en el ajiaco que hicieron vos y tus compinches para repartirse los cadáveres de los bancos que ustedes mismos hicieron quebrar.
 Esa plata mal habida, Eduardito, no te ha servido de mucho en la política. Pocos votos has tenido y las encuestas dicen que vas de mal en peor. 
Pero no has asomado ni una oreja en estos días en que tu hermanísimo está a punto de ser freído junto a tu otro pariente, archirrival político y aspirante a sucesor tuyo, Robertito, quien anduvo diciendo en Miami y en Washington que vos sos cartucho quemado, que no tenés futuro político porque no supiste hacer la operación de los CENIs y todo mundo se enteró de tu vocación de ser amigo de lo ajeno.

Bueno, hagamos cuentas. 
Ustedes todos están emparentados, ¿no es cierto? Roberto es cuñado de Álvaro. 
Vos sos hermano de Álvaro, entonces sos concuño de Roberto. Entonces son parientes muy cercanos, muy íntimos. 
Entonces, son zorros del mismo piñal. 
Y su deporte favorito es esquilmar, despojar, arrebatar, saquear, haciendo uso de engaños y artimañas, hasta a gente santa y dedicada a servir a los pobres, como las monjitas del Teresiano.

Ahora decinos una cosa, Eduardito. 
¿De quién fue la idea? 
¿Es verdad que en una fiesta navideña vos despotricaste contra el otro Roberto, porque él había hecho una financiera, que había hecho chocolate sin cacao porque con plata ajena había hecho un banco y hasta una cadena de bancos, y que vos, que sos hijo de papi y fuiste a Harvard, terminaste siendo su empleado y tuviste que salir huyendo de allí para refugiarte en los brazos amorosos del gobierno de Arnoldo?
 ¿Es verdad que anduviste diciendo eso, que vos podías hacer una financiera en Panamá y hacer tu propio banco con plata ajena? ¿Es verdad que allí estaban Alvarito y Robertito, niños dundos, haciendo apuntes?

A ver, contanos, Eduardito. No queremos saber por qué eliminaste el vaso de leche de las escuelas públicas para pagar los altos intereses de los CENIS. Eso ya lo sabemos.

¿Aconsejaste vos a tu hermano Álvaro? Porque el banquero sos vos.
 Álvaro tiene una larga cola que comienza en Florida y le llega hasta Texas, y todavía no ha prescrito la causa que le abrieron hace más de diez años otras víctimas del gran mazo que esgrime contra el que se descuida. 
Álvaro no tenía el talento para imaginarse una financiera, para captar depósitos y hacer una pirámide financiera que llegara hasta el centro de Managua, hasta un tiro de ballesta del Centro Pellas, hasta el Colegio Teresiano. 
Y por el otro lado, a Álvaro muchos no le hubieran comprado un carro usado si no hubiera andado acompañado de Robertito, el inventor del Café Don Paco.

¡Qué vergüenza, Eduardito! ¡Es que no lo supieron hacer! ¡No entendieron como era la jugada! 
Es que, Eduardito, oyeron lo que dijiste pero no supieron seguir tu ejemplo. 
Porque el batazo que vos diste fue espectacular, la sacaste del estadio. ¡600 millones de dólares! Claro, no todo te quedó a vos, eso está claro.
 Los beneficiarios de tu ingenio fueron varios, ya se sabe. Pero fijate, a tu hermano y tu cuñado, por pinches $500,000 dólares van a rempujarlos. 
Bueno, están también los de la señora de León, que son $350,000. Y contanos, ¿sólo a esas lograron batear? ¿No habrá una lista más larga?

La vaina, Eduardito, es que esto te va a volver a salpicar.
 Por más que te escondás en estos días, esto te va a rematar. Ahora donde aparezca un Montealegre la gente va a hacer las cruces, van a hacer un sahumerio para espantar a los demonios.

Te veo débil, Eduardito. Más débil que nunca. Listo. Frito. Servido. Caput. 
Por dicha tenés los centavos de los CENIs para que podás vivir tranquilo el resto de tus días. 
http://www.trincheraonline.com/2013/09/06/zorros-del-mismo-pinal/

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