"Los gobernantes franceses han hecho de nuestro país la puta de emires barrigones, la puta de Catar y de Arabia Saudita", afirmó Marine Le Pen, líder del Frente Nacional de Francia.
"El Gobierno es la ramera de estos países árabes".
De esta forma acusó Le Pen al Gobierno de François Hollande y al Gobierno anterior de Nicolas Sarkozy de "intervenir en Libia y en Siria para apoyar el fundamentalismo islámico terrorista".
"El fundamentalismo islámico como el de Al Qaeda está recibiendo la ayuda de varias capitales europeas", señaló Le Pen durante una entrevista a los medios franceses, añadiendo que esta dirección supone un "error histórico de política y de ética" de los líderes franceses.
La política defendió el poder del actual presidente sirio, Bashar al Assad, diciendo que si se trata de elegir entre fundamentalismo islámico y el poder autoritario laico lo último es preferible porque al menos "fue capaz de preservar las minorías étnicas y religiosas".