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Cuba: Tras la ruta de los precios

Mercado Agropecuario 26 y 41. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.


Hace algunas semanas, CubaDebate recibió el mensaje de un vecino de Nuevo Vedado, La Habana, preocupado porque el antiguo agromercado de 41 y 26, al convertirse en cooperativa, había “elevado los precios de una forma violenta sin otra justificación que el hecho de que los cooperativistas tienen que ganar más”. Añadía que, como resultado de eso, el número de clientes había “disminuido notablemente”.

No era este, por mucho, el único caso. En una reciente Mesa Redonda sobre el tema de las cooperativas este había sido el asunto más mencionado en las opiniones de la población. 
Claro que las causas no son sencillamente el argumento de que “los cooperativistas tienen que ganar más”. Sí es cierto que la forma de propiedad y gestión cooperativa supone que los ingresos sean satisfactorios y signifiquen rentabilidad. Sin embargo, la razón del alza de los precios es compleja y nada lineal.

En el marco de la aprobación de las primeras 124 cooperativas no agropecuarias, en funcionamiento desde el pasado 1ro de julio, un estudio de mercado devino la propuesta gubernamental de convertir ciertos mercados agropecuarios en cooperativas de gestión y comercialización –en este caso de productos agrícolas–. 
Ante la posibilidad de efectuar este cambio, los trabajadores de la entidad estuvieron de acuerdo en llevarlo a efecto. “Nos conformaron el Gobierno provincial, el Consejo de Administración Provincial (CAP) y todo el trámite legal lo hicimos a través del Bufete Internacional”, explica Carlos Rodríguez, vicepresidente de la cooperativa en cuestión.

DE ENTE ESTATAL A GESTIÓN COOPERATIVA


Mercado Agropecuario 26 y 41. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.

Desde la transformación, la estructura jerárquica de los puestos en la coope rativa de 26 y 41 es la siguiente: presidente, vicepresidente, administrador, secretario de la asamblea, fiscalización y control y económico; además de dependientes, estibadores… El órgano principal de decisión es la Asamblea de Socios.El personal coindice íntegramente con el que laboraba en el lugar cuando eran un mercado estatal.

A poco más de dos meses en funciones, las ventajas a corto plazo enseguida se han hecho visibles: el salario de los –ahora– asociados aumentó. “Cuando éramos estatales el salario mínimo era 250 CUP y ahora subimos a 400 CUP.
 Además, según la venta cobramos más o menos”; ya pueden comercializar libremente con otras entidades sin necesidad del concurso de un intermediario, lo que facilita y agiliza su gestión: “Podemos comprarle directamente al campesino, y suministrarle productos a una empresa”. 
El cambio en la oferta de productos es especialmente notable: “Ya los clientes se acercan y encuentran cosas que cuando el mercado era estatal no había”, comenta el responsable de uno de los puestos de venta.

En el local en que radican existen otros servicios (gastronómicos, etc.) cuyos trabajadores arrendan el espacio que ocupan. “Es otra de las entradas (monetarias)”, añade Carlos Rodríguez refiriéndose a las nuevas posibilidades que tienen como cooperativa.

No están sujetos a que les gestionen los suministros ni se encuentran limitados a adquirirlos de una única forma. Los pueden encontrar y comprar lo mismo en el mercado de 114, que con campesinos o con cooperativas agropecuarias. Ninguno de los asociados cultiva ni está acogido al Decreto ley 300 (de entrega de tierras en usufructo), de modo que se limitan a la comercialización.

José Molina, jubilado, trabaja cómodo entre “los muchachones”, y comenta a propósito de la transformación del mercado estatal en cooperativa: “Le veo muchas ventajas porque, a fin de cuentas, es esto lo que debe prevalecer de ahora en adelante”.

Los ingresos que como cooperativa registran, hasta el momento, ascienden a unos 65 mil pesos. Sin embargo, no es un indicador cuantitativo preciso de la evolución o el aumento en las ganancias puesto que antes no eran ellos quienes hacían ese balance, y por tanto no disponen de un referente para establecer la comparación. 
Aun así, la entidad indiscutiblemente reporta más beneficios en su forma actual, lo cual se expresa, como se ha visto, en el salario de sus trabajadores.

¿AH, CÓMO ES?

Los precios de los productos, en efecto, han subido. El proceso se comporta de la siguiente manera: el cooperativista le compra el producto al campesino y le agrega al precio 25 o 30% en la venta, según lo estime. “Pago a 3.50 y vendo a 5, por ejemplo”, explica Carlos Rodríguez. 
En la medida en que pasa el tiempo, ese precio disminuye en consecuencia a la decreciente calidad del producto. Al igual que en los mercados estatales, el precio debe cambiar en función de la calidad.

Es decir, es el campesino quien fija el precio inicial del producto, precio que se negocia con los compradores en función de la conveniencia o no de la oferta. Hasta ahora funciona según la oferta y la demanda, sin concurso de ninguna regulación externa, ni en la fijación del precio que pone el que vende inicialmente ni el que dispone al final el que comercializa directamente con la población.

Existen, no obstante, productos cuyos precios están topados: el arroz, el chícharo y la carne de puerco; así como los que conforman la dieta médica que venden. “El Estado –explica el vicepresidente– tiene una asignación de pacientes que reciben una dieta, y nosotros se las despachamos a los consumidores de las bodegas cercanas con los precios antiguos, los de MAE (mercado agropecuario estatal)”.

De manera general, consideran que sus precios son competitivos en comparación con otros mercados: “Yo tengo los precios por debajo de los de los puntos de alrededor; además, están al acceso de la comunidad que consume aquí”, estima el vicepresidente.

Junto a la no regulación externa de los precios, el alza obedece también a que los asociados deben cubrir ahora como cooperativa costos de producción que antes asumía la Empresa Provincial de Mercado Agropecuario: pago de arrendamiento del local, transporte, electricidad, agua, gas, telefonía… 
Algunos de estos servicios se cobran con subsidios, pero en todo caso representa para el colectivo de trabajadores el pago de costos que hasta el momento corrían por la empresa estatal, y es mediante la venta cómo ellos pueden compensarlo. 
A finales de año, asimismo, se deposita en un fondo una suma de dinero determinada que “funciona a modo de seguro”, según explica el vicepresidente.
Mercado Agropecuario 26 y 41. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
Mercado Agropecuario 26 y 41. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.


ACEPTACIÓN, RECHAZO

“La gente no está adaptada a este sistema que se ha creado ahora. No están de acuerdo con los precios que tenemos, aunque son iguales o parecidos a los de los otros mercados”, arguye otro de los vendedores.

A pesar de eso, advierten buena aceptación y Carlos Rodríguez dice que están trabajando por contener el alza. “Los precios antes eran inferiores: ahora han subido un poco; pero tratamos de mantenerlos”.

Molina explica que “lo que sucede es que todavía tenemos la competencia de los MAE, que están recibiendo un producto subsidiado y la gente no piensa en esa situación. En un futuro –que yo creo que no debe llegar a un año– debe empezar la caída de los precios de acuerdo con las posibilidades que en realidad tiene la población, producto de que al que yo le compro, le exigiré que me baje más. ¿No quiere? Bueno, que se lleve su producto. Hay una frase martiana que dice que el que compra manda y el que vende obedece”.

Yo no puedo comprar un producto para que ahora se me quede aquí y se me eche a perder. Entonces, precisamente para que no se me eche a perder, tengo que bajarles los precios. 
La gente piensa que les ponemos los precios altos porque lo que queremos es ganar; pero en realidad el precio alto lo trae más bien es pérdidas porque se deja de vender mucho, y no vendo cabillas ni bloques, sino alimentos: se echan a perder. Lo que no venda hoy, ya mañana tiene otro precio, y pasado mañana hay que botarlo”.

La distribución de ganancias no ha sido enmarcada aún en un diseño específico, puesto que “se está estudiando”. Para ello y otros asuntos cuentan con un asesor económico contratado y reciben seminarios de diversos temas asociados a su actividad que gestiona el Consejo de Administración Provincial (CAP).

Algunos consumidores advirtieron que la oferta es diversa, aunque no satisface siempre todas las expectativas, realmente no hay mucha alternativa, puesto que los precios no varían mucho entre las diferentes unidades de la zona. El público ignora las razones del aumento en los precios.

Lo considero “bastante bueno” dice uno de los entrevistados, aunque la cebolla está a 15 pesos y esa que tienen en oferta ya no es mercancía de primera.

CAMBIAR EL FOCO
Mercado Agropecuario 26 y 41. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
Mercado Agropecuario 26 y 41. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.


La subida de precios tiende a provocar el deseo –y hasta la exigencia– de que bajen. Pero es importante no perder de vista que el flujo de precio es un síntoma, digamos, de estados sucesivos de relaciones económicas, es la expresión de costos más allá de la compra del producto al campesino, de los costos originales: la inversión inicial que hizo ese productor para obtener el bien que se convertirá en mercancía.

Basta una mirada que relativice: que baje el precio es difícil, porque ello no puede ocurrir sin el descenso de los costos de producción originales de los productos.
 En su lugar, debe incrementar el salario medio, de modo que el efecto final sea semejante a un descenso de los precios. 
Sin embargo, he aquí el problema: no es posible aumentar salarios sin aumentar productividad; y eso requiere diseño económico, diagnóstico e identificación de áreas estratégicas, y accionar en función de estas. 
Entonces, será posible que el vecino esté más conforme, no por una tabla de precios con inferiores dígitos, sino con más valor en su bolsillo. 
Al final, a los efectos del vecino consumidor, se tratará, ciertamente, de la misma ventaja.
Mercado Agropecuario 26 y 41. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
Mercado Agropecuario 26 y 41. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
Mercado Agropecuario 26 y 41. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
Mercado Agropecuario 26 y 41. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
Mercado Agropecuario 26 y 41. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
Mercado Agropecuario 26 y 41. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
Mercado Agropecuario 26 y 41. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
Mercado Agropecuario 26 y 41. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
Mercado Agropecuario 26 y 41. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
Mercado Agropecuario 26 y 41. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.

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