La Policía colombiana reprimió el jueves de manera brutal una marcha realizada por miles de personas que respaldaban la protesta campesina en varias ciudades del país.
Según los medios locales, los enfrentamientos entre la Policía y los manifestantes causaron la muerte de dos jóvenes: uno de 16 años en Suba y otro de 29 en Engativa.
En la capitalina Bogotá, obreros, estudiantes, profesores y trabajadores de la salud marcharon hacia la céntrica Plaza de Bolívar, donde los agentes lanzaron gases lacrimógenos y chorros de agua para dispersar a los conglomerados que realizaban una marcha pacífica.
En Bogotá, cerca de 150 personas resultaron heridas, y cerca de 80 locales fueron dañados en el centro; por lo que varias localidades amanecen en toque de queda.
En Soacha y también en las periféricas Ciudad Bolívar y Suba se decretó la noche del jueves un toque de queda. En Soacha, donde la vía principal comunica a esa localidad con la capital, permanece totalmente militarizada.
Según informa AFP, en Medellín, segunda ciudad de Colombia, la marcha acabó también con enfrentamientos entre manifestantes y policías.
En total, se realizaron el jueves 48 marchas en todo el país.
El objetivo de las marchas fue respaldar a cientos de miles de campesinos que desde el pasado 19 de agosto protestan en varias regiones de Colombia en demanda de apoyos económicos a su actividad.
Sin embargo, además de brindar apoyo a los campesinos, los estudiantes y profesores plantearon sus propias demandas y anunciaron que podrían paralizar las universidades a partir del 10 de septiembre.
Entre 40.000 y 50.000 camioneros se unieron a las protestas para exigir una rebaja en los precios de los combustibles; por su parte miles de pequeños mineros se reunieron para exigir que sean formalizados.
Desde hace 12 días, Colombia vive un paro nacional en el que participan gremios como conductores, mineros, camioneros, docentes, estudiantes y obreros en rechazo a las políticas económicas del Gobierno y los 11 Tratados de Libre Comercio; al respecto el Gobierno y manifestantes mantienen una mesa de conversación en busca de solucionar la crisis, aún sin resultado.
mf/rh/hnb
Según los medios locales, los enfrentamientos entre la Policía y los manifestantes causaron la muerte de dos jóvenes: uno de 16 años en Suba y otro de 29 en Engativa.
En la capitalina Bogotá, obreros, estudiantes, profesores y trabajadores de la salud marcharon hacia la céntrica Plaza de Bolívar, donde los agentes lanzaron gases lacrimógenos y chorros de agua para dispersar a los conglomerados que realizaban una marcha pacífica.
En Bogotá, cerca de 150 personas resultaron heridas, y cerca de 80 locales fueron dañados en el centro; por lo que varias localidades amanecen en toque de queda.
En Soacha y también en las periféricas Ciudad Bolívar y Suba se decretó la noche del jueves un toque de queda. En Soacha, donde la vía principal comunica a esa localidad con la capital, permanece totalmente militarizada.
Según informa AFP, en Medellín, segunda ciudad de Colombia, la marcha acabó también con enfrentamientos entre manifestantes y policías.
En total, se realizaron el jueves 48 marchas en todo el país.
El objetivo de las marchas fue respaldar a cientos de miles de campesinos que desde el pasado 19 de agosto protestan en varias regiones de Colombia en demanda de apoyos económicos a su actividad.
Sin embargo, además de brindar apoyo a los campesinos, los estudiantes y profesores plantearon sus propias demandas y anunciaron que podrían paralizar las universidades a partir del 10 de septiembre.
Entre 40.000 y 50.000 camioneros se unieron a las protestas para exigir una rebaja en los precios de los combustibles; por su parte miles de pequeños mineros se reunieron para exigir que sean formalizados.
Desde hace 12 días, Colombia vive un paro nacional en el que participan gremios como conductores, mineros, camioneros, docentes, estudiantes y obreros en rechazo a las políticas económicas del Gobierno y los 11 Tratados de Libre Comercio; al respecto el Gobierno y manifestantes mantienen una mesa de conversación en busca de solucionar la crisis, aún sin resultado.
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