Pablo Gonzalez

Mentiras del papa Francisco, sobre cambio en leyes contra sacerdotes pederastas!


Por un “Motu Propio” (decreto por iniciativa propia) el papa argentino Francisco modifica la legislación del Vaticano respecto de los casos de violencia sexual contra los niños especificando que los tales constituyen un delito (descubrió América el hombre), pero solamente bajo los confines del Estado pontificio, es decir, únicamente dentro de los 0,44 kilómetros cuadrados que delimitan la Ciudad del Vaticano

¡Que bien! El resto que reviente o que se las arregle solo. ¿Por qué no hace extensivo su decreto a todas las dependencias católicas en otros países?
 
 ¿Qué se lo impide? ¡Nada! Excepto su poca voluntad de reducir las violaciones y seguir encubriendo en solapada actitud a sus correligionarios delincuentes.

Añadió que también deseaba renovar el compromiso de la “Santa Sede” con las convenciones internacionales contra el lavado de dinero y el terrorismo. Otra de sus mentiras y apañado proceder.

Cita la nota que debido a los mencionados cambios la violencia sexual contra niños, la prostitución y pornografía infantil estarán incluidas como delitos en una definición más amplia catalogados como crímenes contra menores y serán punibles hasta con 12 años de prisión, según un documento emitido por el Vaticano.

Con mucha razón la Red de Sobrevivientes de Abusos por parte de Sacerdotes (SNAP por sus siglas en inglés) se mostró insatisfecha por la ridícula iniciativa papal argumentando que “ella solo repararía superficialmente la imagen del Vaticano, pero que en el mundo real esto no cambia prácticamente nada, dado que sólo afecta al pequeño territorio de la ciudad-Estado”.

Concluye la nota informando que la SNAP instó a la jerarquía de la Iglesia a que “se focalice en que su personal cumpla con las leyes seculares de larga data sobre abuso sexual y erradique a los obispos que no logran proteger a los niños”.

La ridícula modificación de la legislación pontificia romana no hace sino mostrar la hipocresía que esconde la jerarquía eclesiástica y la poca voluntad de sancionar debidamente a los sacerdotes culpables de pederastia y otros delitos que falsamente califica de punibles.
 
El hecho es que mientras exista la Iglesia católica existirán los curas pederastas, y mientras estos estén impunes la comparsa del delito sacerdotal seguirá imparable su parroquial camino. 
 
Solo será Él quien le pondrá fin a esta retahíla de delincuentes con alzacuellos…

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