Pablo Gonzalez

Conversación de Vladímir Putin con periodistas de RT



El presidente ruso, Vladímir Putin, ha visitado este martes el complejo de estudios de RT, donde se reunió con los periodistas de las redacciones en inglés, español y árabe del grupo mediático.
 Les presentamos la versión completa de la conversación.

VLADÍMIR PUTIN: Buenos días!

MARGARITA SIMONIÁN: Señor presidente, otra vez gracias por haber venido.

VLADÍMIR PUTIN: Gracias por haberme invitado.

MARGARITA SIMONIÁN: Como dueños hospitalarios, según la tradición rusa, siempre nos alegramos de recibir a los invitados.

VLADÍMIR PUTIN: Tengo que decirles que para mí ha sido algo inesperado que nuestra conversación salga al aire y sobre todo en directo. Pero me alegró.
 Es que Margarita acaba de comunicármelo. Sabía que habría una reunión con los periodistas pero no sospechaba que me prepararan una sorpresa así, de transmitirla al aire.

MARGARITA SIMONIÁN: ¿Pero no tenemos nada que ocultar?

VLADÍMIR PUTIN: No, absolutamente nada.

MARGARITA SIMONIÁN: La primera pregunta que quiero hacerle es sobre nosotros. ¿Cuáles sus impresiones sobre la cadena?

VLADÍMIR PUTIN: Las impresiones son buenas. 
Cuando solo concebíamos esta empresa en 2005 partíamos de que en el escenario informativo mundial tiene que aparecer un jugador más que no solamente informe objetivamente de lo que ocurre en nuestro país sino que, además, intente y quiero subrayarlo, intente romper el monopolio de los medios anglosajones sobre las corrientes de información en el mundo. 
Y me parece que consiguen hacerlo.
 Quiero destacar, además, que nunca planeamos que este sea un servicio de información o una cadena de televisión que se dedique a la apologética de la política rusa.
 Queríamos que en el escenario mediático internacional apareciera una cadena de información totalmente independiente.
 Es cierto que es financiada por el estado y no puede no reflejar de alguna forma la postura de las autoridades rusas respecto a lo que está sucediendo en nuestro país y en el extranjero. 
Pero de todos modos y quiero subrayarlo otra vez, nunca planeamos que esta cadena transmita una apologética de la política rusa tanto interior como exterior.

MARGARITA SIMONIÁN: Gracias! Y ahora pasamos a temas más cercanos, al periodismo, a los temas que ahora conmueven a nuestro auditorio, por lo menos. 
Se trata de Snowden al cual le llaman "El segundo Assange", el hombre que filtró información de que las autoridades estadounidenses se dedicaban a un espionaje universal.
Aquí hay dos aspectos, por una parte, es un secreto y él resulta ser un traidor pero, por otra parte, él transmitió información de suma importancia para la sociedad estadounidense y para todo el mundo.
 ¿Qué Usted opina sobre ello?

VLADÍMIR PUTIN: Él no ha dicho nada que ya no sepa todo el mundo.
 Me parece que desde hace tiempo todos sabíamos que la inteligencia digital se dedica a controlar a los ciudadanos y a las organizaciones. 
En el marco de la lucha contra el terrorismo internacional esto adquiere un carácter global y, en general, métodos de trabajo así son populares, pero la cuestión es hasta qué punto son controlados por la sociedad. 
Es que, por ejemplo, en Rusia no se puede simplemente escuchar una conversación telefónica, y le puedo decir con certeza, sin contar con una orden judicial. 
Y en general, de igual manera debería hacerse en una sociedad civilizada en la lucha antiterrorista respecto al uso de todos los medios tecnológicos modernos. 
Si se realiza en el marco de la ley que reglamenta la actividad de los servicios especiales, está bien. 
Pero si se hace contra la ley, está mal.

MARGARITA SIMONIÁN: Obama ha dicho que no se puede a la vez tener una seguridad del cien por ciento y la privacidad del cien por ciento.

VLADÍMIR PUTIN: Se puede! Se puede si lo somete a la ley.
 Repito otra vez que dentro del país partimos de la necesidad de recibir una orden judicial para realizar ciertas acciones operativas. 
¿Por qué este principio no puede ser vigente para el trabajo de los servicios especiales, en este caso? 
Puede y debe serlo.

MARGARITA SIMONIÁN: El tema de la semana en nuestro país, como sabe y puede presagiar, no ha sido Snowden ni Turquía, ni Siria, sino su divorcio. 
Usted lo comentó y bastante detalladamente al igual que su esposa Liudmila.
 Pero algunas preguntas han quedado sin respuesta. 
Me interesa, cómo trata usted el aspecto religioso de su divorcio? 
Mucha gente escribe y opina sobre ello.
 ¿Podría contestarles algo?

VLADÍMIR PUTIN: Primero, quiero destacar que tanto Liudmila, como yo, consideramos necesario informar directa y sinceramente de la situación que se formó. 
Es un modo de actuar mucho más correcto que ocultar algo.

MARGARITA SIMONIÁN: Y es precisamente lo que opina la gente, y, además, de ambos bandos.

VLADÍMIR PUTIN: Gracias a Dios! Y en lo que se refiere al lado religioso del asunto, es que no existe porque nunca estuvimos casados por la iglesia.

MARGARITA SIMONIÁN: No han estado casados por la iglesia.

VLADÍMIR PUTIN: No.

MARGARITA SIMONIÁN: Gracias! Y otra pregunta va a hacer María Finóshina que está a su lado. 
Es la corresponsal militar de RT en inglés. Pasó 56 días seguidos en Siria en temporada de guerra.

VLADÍMIR PUTIN: A Usted como directora de la cadena puedo decirle que esto no se puede hacer.

MARÍA FINÓSHINA: Fue mi iniciativa.

VLADÍMIR PUTIN: No, no, se lo digo en serio y lo mismo dicen algunos de mis amigos de otros países, sus colegas de otros países, entre ellos, europeos, profesionales que llevan toda su vida trabajando en el periodismo. 
Y uno de ellos me dijo que no se puede mantener tanto tiempo a un periodista en un país sumido en un conflicto bélico.
 ¿Por qué? Porque se pierde la sensación de la realidad y del peligro. 
Y hace falta retirarle de allí a tiempo.

MARGARITA SIMONIÁN: Cuantas veces te he llamado y te he dicho: “Regresa, por favor!”

MARÍA FINÓSHINA: Y yo ya había perdido la sensación de peligro y por eso no quería regresar.

MARGARITA SIMONIÁN: Me puse a llamarle diciendo: María, ya es demasiado. Vuelve! -No, no, no, todavía quiero hacer cosas.

VLADÍMIR PUTIN: Es muy peligroso, de verdad.

MARGARITA SIMONIÁN: Sí, por supuesto, casi todos aquí hemos estado en sitios de conflicto.
 Así que sabemos que es peligroso para la vida. María, te concedemos la palabra.

MARÍA FINÓSHINA: Muchas gracias, Margarita. Buenos días, otra vez, gracias por habernos visitado en nuestra nueva casa. Aquí faltaba algo y ahora el lugar se ha hecho más caliente y acogedor. 
Me presentaron como una corresponsal militar y algunos piensan que todos los corresponsales somos igual que los soldados, combatientes.
 En los últimos dos años realmente tuve que estar muchas veces en el frente y trabajé mucho en varios escenarios de acciones bélicas. 
Pasé mucho tiempo en Siria, 54 días en concreto. 
Recorrimos todo el país, estuvimos en todos los pueblos, en todas las ciudades. 
Visitamos los países limítrofes, que en su mayoría son hostiles a Al Assad.
 Pero lo que noté y me sorprendió fue que con cada llegada mía, más personas se involucraban en el conflicto.
 Hablamos con una enorme cantidad de personas. 
Y ahora ya no queda ni uno solo que podría quedar indiferente.
 Ahora después de dos años.
 En tal o cual forma todos están implicados en el asunto. 
Todos son diferentes. 
Hablamos, por ejemplo, con las mujeres de los oficiales del ejército sirio fusilados, con sus hijos que quisieran quedarse aparte pero ¿como? si sus padres fueron asesinados y ellos tienen que vengarlos. 
Tal vez no quieren pero deben hacerlo porque es cuestión de honor. 
Claro que nos hemos entrevistado con los rebeldes, tanto de origen sirio como no sirio, tanto en Siria como fuera, en Europa, en Turquía, en Jordania.
 Eran unos muchachos bravos, de ánimo muy optimista al principio, luego comenzaron a ceder, a quejarse de que Occidente se olvidó de ellos, los traicionó. 
Empezaron a pedir más dinero, más armas. 
Pero como Usted mismo ha subrayado, Bashar Assad no es un ángel y me encontré con algunas personas que lo odian abiertamente. 
Una vez me encontré en un hotel en Damasco donde se alojaban los representantes de la ONU con un viejo que limpiaba zapatos. 
Estaba limpiándolos automáticamente sin pensar en ello, concentrado en el momento en que llegaría esta maravillosa noticia de que Bashar Assad había dejado de existir, físicamente o como presidente. 
Lo odiaba abiertamente al igual que su padre desde 1982. 
En el vecino Líbano conseguimos contactar con traficantes de armas que decían francamente, que les daba igual quiénes recibirían estas armas cuando las pasen al otro lado de la frontera, quiénes caerían muertos por ellas, quiénes iban a disparar con ellas. 
Decían, somos empresarios, nos interesa solo el dinero y nada más. 
Hablamos con muchachos de 10 u 11 años a los cuales les entregaron estas ametralladoras que tal vez hubieran llegado desde el mismo Líbano, les cubrieron las cabezas con pañuelos, los pusieron ante las cámaras y les hicieron leer cierto texto.
 Es sucio y Usted sabrá cómo se aprovechan de los niños en este conflicto.
 Es decir, todo un caleidoscopio pasó ante mis ojos. 
Dentro de 56 días ya te conviertes en parte de todo esto…es terrible. 
No importa donde estas personas se hayan encontrado en marzo de 2011. 
Ahora mi sensación es que todos ellos se acercaban a un límite donde se pierde toda esperanza, la fe en sí mismos, en otras personas, en la humanidad, digamos, en la bondad, en la justicia. 
Ellos estaban enfurecidos con todos y con todo. 
Ya me acerco a mi pregunta. 
Entre ellos asimismo están aquellos que se enfurecieron con Rusia. 
Y se enfurecieron en serio. 
¿Por qué? Algunos por la pasividad, de que no se han tomado medidas para poner fin al derramamiento de sangre, otros, en cambio, por su actividad, de supuestamente apoyar a Assad, suministrarle armas. 
Y todo el mundo está esperando algo de Rusia, todos preguntan, por qué Rusia hace esto o aquello? 
Y si olvidamos del conflicto en Siria, lo mismo sucede por todas partes. 
En Serbia, a cada paso, en las barricadas de Kosovo se preguntan, dónde está Rusia? O en Irán, incluso en Malí.
 Y cómo presidente de este país, quiero hacerle la pregunta de parte de estas personas.

VLADÍMIR PUTIN: Como presidente de este país. ¿O usted como presidente?

MARÍA FINÓSHINA: No, digo, quería preguntarle como presidente de este país.

VLADÍMIR PUTIN: ¿Quiénes son todas estas personas?

MARÍA FINÓSHINA:
Pues qué podría contestar a esta gente?

VLADÍMIR PUTIN: Bueno, la pregunta ha sido muy larga. Intentaré contestar lo más corto posible. Usted ha mencionado que yo he dicho que Bashar Assad no es un ángel. 
No fue lo que dije. Siempre intento ser muy prudente en las expresiones que uso.
 Decía que en el país por lo visto ha llegado la hora de cambios importantes.
Las autoridades del país deberían haberlo previsto a tiempo y comenzar a implementar estos cambios.
 Es evidente. 
Si no fuera así no habría ocurrido lo que está ocurriendo.
 Es lo primero que dije.
 Lo segundo es que no somos abogados del gobierno actual y del mismo presidente vigente. 
¿Pero qué nos preocupa y en qué consiste nuestra postura?
 Otra vez repito qué no quisiera hacer. 
No quería entremeterme en el conflicto entre diversas ramas del islam, entre los sunitas y los chiitas.
 Es un asunto interno del mismo islam. 
Tenemos muy buenas relaciones con el mundo árabe, con Irán, menos mal etc. 
Pero qué nos preocupa esto y por qué tenemos esta postura que usted conoce? 
Mire qué es lo que sucede en la región en general. 
Egipto todavía está en convulsiones. Irak tampoco está tranquilo y no hay ninguna seguridad en su unidad futura y en que conserve su integridad territorial.
 Yemen no está tranquilo. 
Túnez tampoco se ha calmado.
 En Libia suceden enfrentamientos entre las etnias y las tribus. 
Es decir, toda la región se ha sumido, y lo digo con mucho cuidado, en un estado de incertidumbre y conflicto. 
Y Siria se suma a todo esto. 
En mi opinión, esto sucede porque algunos piensan que si reforman toda esta región según el patrón que le guste a alguien y que algunos lo llaman democracia, en seguida se instalarán la paz y el orden.
 Y no es así. 
Sin tomar en cuenta la historia, las tradiciones, las particularidades religiosas de esta región no se puede hacer nada y, ante todo, no se puede entremeterse.
 Por ejemplo, hubo una intervención en los acontecimientos en Libia.
 Bueno o malo era el régimen, pero el nivel de vida era el más alto de la región. 
¿Y qué sucede allí en estos momentos? 
Una lucha por los recursos, una incesante lucha entre las tribus.
 Nadie sabe a qué va a llevar esto.
 Nos preocupa mucho el hecho de que si actuamos de la misma manera en Siria, allí ocurrirá lo mismo. 
¿Acaso tenemos poco con la confusión y el terrorismo que reinan ahora sobre Afganistán y Pakistán, donde nadie puede dirigir nada y lo controlan todo las bases de los insurgentes?
 ¿Acaso queremos eso? Está muy cerca de nuestras fronteras. 
Y eso nos preocupa mucho. 
Y en segundo lugar, nos preocupa el futuro de todos los grupos étnico-religiosos que viven en el territorio de Siria. 
Queremos que allí se instaure la paz y el orden duraderos, que se defiendan los intereses y derechos de todas las personas que viven allí.
 Por eso nuestra postura siempre ha consistido en primer lugar en dar la oportunidad a la gente de ponerse de acuerdo sobre cómo será estructurado el poder en Siria, en cómo se van a defender los derechos y la seguridad de todos los habitantes, y después, en base a esos acuerdos llegar a cambios en el sistema. 
Y no al revés, primero echando fuera a todos y después sumir el país en el caos. 
¿Qué es lo que no nos pueden decir nuestros colegas? 
Una de las organizaciones clave entre la oposición armada, si hay especialistas me ayudarán a nombrarla, es An-Nusra.
 Es una de las organizaciones clave de la oposición armada. 
El Departamento de Estado la ha calificado como organización terrorista vinculada con Al-Qaeda, y ellos no lo ocultan
. ¿Y qué?
 ¿Formará parte del futuro gobierno?
 Nos dicen que no.
 Y les digo ¿tomarán un periódico y los espantarán como si fuesen moscas? 
No. ¿Y qué pasará? No lo sabemos. 
No son bromas, va en serio. 
Les podré otro ejemplo. 
Por una parte apoyamos a las organizaciones que están luchando en Siria contra Al Assad, y por otra parte los países que las apoyan, luchan contra ellas en Malí. 
No son las mismas organizaciones, pero son las mismas personas, parte de ellos se fueron a Malí y están combatiendo allí. 
¿Dónde está la lógica?
 ¿Y a qué va a llevar todo esto?
 No son palabras vacías.
 Espero que se lleven a cabo las iniciativas propuestas por el presidente de Egipto, con el que me reuní hace poco en Sochi y a quien propuso una participación más activa de los países de la región. 
También la iniciativa del primer ministro británico, que apuesta por una participación más activa de los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU, como también la iniciativa del Ministerio de Relaciones Exteriores ruso y el Departamento de Estado de Estados Unidos, sobre la que estamos trabajando juntos para tener la oportunidad de regular la situación den el país.

MARGARITA SIMONIÁN: Irina Galushko, otra corresponsal de la redacción de RT en inglés, que también ha viajado mucho.
 Estuvo cubriendo, por ejemplo, los sucesos en Fukushima. Fue una de los primeros en ir a Japón.

IRINA GALUSHKO: Bueno, ahora no hablaré de Fukushima. 
En los últimos años, nosotros hemos viajado mucho a Europa y hemos cubierto muchas protestas. 
Ha habido muchas protestas. 
Y se puede decir que la mayoría de los que protestan en las calles de Europa es gente joven. 
Y están allí porque realmente no tienen nada más que hacer. 
Ya han terminado los estudios o los están terminando, pero no pueden encontrar trabajo.
 Y no tienen ninguna esperanza no solamente de tener un futuro feliz, sino de tener el futuro que sea.
 Y lógicamente están indignados y manifiestan en las calles su protesta contra lo que está pasando en el país. 
Mientras tanto, los gobiernos de estos países europeos consideran que lo único que pueden hacer es encrudecer las medidas económicas y aplicar ajustes, sobre todo en lo que se refiere a algunos sectores en concreto. 
Y dicen a la gente: “Aguanten unos 10 o 15 años más, y luego a lo mejor podrán tener un respiro”.
 ¿Cree Usted que estos métodos son correctos? 
Y en caso de que no sea así, ¿Rusia tiene alguna receta para combatir ese problema?

VLADÍMIR PUTIN: Para ellos es correcto.

MARÍA FINÓSHINA: ¿Y para nosotros?

VLADÍMIR PUTIN: No, no es correcto.
 Tenemos economías diferentes. 
Nosotros somos una economía en desarrollo, mientras que en Europa generalmente hablamos de economías desarrolladas. 
El estado de las economías también es diferente. 
Nuestra economía en general es una economía sana. 
No estamos sobrecargados por la deuda externa, que tienen en Europa y, por cierto, también en Estados Unidos.
 La deuda pública en Europa alcanza un 90%.
En Estados Unidos se acerca a esta cifra o incluso es superior, me parece que es más del 100%. 
Realmente tienen un nivel de cesantía muy alto. 
Y todos tienen presupuestos deficitarios. Es decir, aparte de la enorme deuda pública, tienen también el déficit muy alto. 
Nuestra deuda externa tan solo es del 2,5%. 
Y si hablamos de la deuda general, incluyendo la deuda interna se aproxima al 10%. 
Nosotros tenemos un presupuesto no deficitario. 
Y el nivel de cesantía aquí es del 5,6%, mientras que en Europa alcanza el 25%, o incluso el 26% en algunos países. 
Y entre los jóvenes alcanza el 40%, y en algunos países de acerca al 60%.
 Es una catástrofe. 
Estamos en situaciones distintas.
 Por supuesto, nosotros podemos utilizar los ingresos petroleros. 
Pero me gustaría llamar su atención a otro aspecto.
 No tenemos una máquina para imprimir monedas de reserva, y ellos sí tienen. 
Y el quid de la cuestión no es que nosotros tengamos ingresos del petróleo y del gas, y reservas, sino que nosotros reducimos nuestros gastos.
 Suelen reprochar al Banco Central de la Federación de Rusia por tener muy altas tasas de interés.
 Ahora alcanza entre el 8 y el 8,5%, cerca del 8,25%.
 No importa. 
Pero es una tasa muy alta. 
Y si hablamos de Estados Unidos, allí la tasa de interés es de 0,25%, me parece. 
En Europa se acerca a esta cifra. Todos dicen: “Ojalá que tengamos lo mismo”.
 Pero, entre otros motivos, el Banco Central de Rusia mantiene una tasa tan alta para evitar que se formen las así llamadas “burbujas financieras”. 
Podríamos dar créditos baratos, y con estos créditos las fábricas producirían artículos, que luego no tendrían demanda. 
Y es así como se crea una burbuja. 
Y encontrar este término medio, que implica por un lado, la flexibilización de la política monetaria y crediticia, y por otro lado, la reducción de los gastos, que logre el máximo efecto, realmente es una política económica que casi llega a ser un arte.
 No creo que hayamos encontrado este término medio y que nuestro trabajo sea eficaz en todos los sentidos. 
Espero que ahora, después de nuestras numerosas reuniones, el gobierno de la Federación de Rusia proponga algunas nuevas medidas que estimulen el desarrollo de la economía y la actividad empresarial. 
Pero ya estamos aplicando una de estas medidas.
 Por supuesto, nuestros colegas, los economistas liberales, constantemente nos critican por esto. 
Sin embargo, mantenemos el nivel bastante alto del crecimiento de los ingresos reales de la población. 
El año pasado era del 4,5 o 4,6%, y este año, en los meses de enero, febrero, marzo y abril ya ha alcanzado el 5%. 
Estoy hablando del crecimiento de ingresos reales de la población. 
Y esto a su vez implica el aumento de la demanda interna.
 Es decir, estamos en situaciones un poco distintas. 
Y por eso, por lo general, yo comparto la postura de nuestros colegas de Europa que buscan la salida de la crisis por medio de la consolidación de los presupuestos e imponiendo un orden, una disciplina en la economía.
 Pero, por supuesto, todo tiene sus límites, y no se puede cargar todo el peso sobre los ciudadanos.

MARGARITA SIMONIÁN: Daniel Bushell, presentador del canal inglés, quizá nuestro presentador más polémico. Medios de comunicación occidentales a menudo comentan su postura demasiado crítica con respecto a la visión convencional del mundo.
 Creo que eso es verdad. Daniel adelante.

DANIEL BUSHELL: Sí. Señor presidente, me gustaría mucho conocer su opinión sobre el multiculturalismo. 
Hace poco, los líderes de la UE han reconocido a regañadientes que el experimento del multiculturalismo en sus países fracasó. 
Cuando yo viví y estudié en Inglaterra y luego trabajé como corresponsal de RT en Francia y Bélgica, vi claramente que los ciudadanos locales y los inmigrantes tenían muy poco en común. 
En los últimos años Rusia también se ha enfrentado a la inmigración masiva. 
Y me gustaría preguntar ¿cómo se podría evitar que en Rusia se repitan los mismos errores de Europa relacionados con la inmigración?

VLADÍMIR PUTIN: Nosotros tenemos distintos puntos de partida.
 Es que los problemas de inmigración en Europa Occidental, y en parte también en Estados Unidos, son más graves, en mi opinión, más destacados y más peligrosos, porque tanto Europa Occidental como Estados Unidos tienen que ver con la gente que ha llegado de otros países y les cuesta mucho adaptarse en su nueva patria. 
Tardan años en aprender el idioma y les cuesta integrarse en el mercado laboral. 
Uno de mis colegas de Europa Occidental me contaba que incluso llevando más 10 años en el país, los inmigrantes del Norte de África, por ejemplo, no pueden hablar su idioma, en este caso, estoy hablando del español. 
Y si hablamos de los inmigrantes de origen ruso, Ahora seguramente la situación ha mejorado. 
Pero estoy hablando de aquellos que en los años 80-90 se iban a vivir a Estados Unidos… Uno de mis conocidos que estuvo en un barrio donde vivían y siguen viviendo ahora nuestros inmigrantes de origen ruso. Había una mujer bastante mayor, que ya llevaba unos 15 años viviendo allí. No hablaba inglés. 
Y decía a sus invitados: “Mañana me iré a Nueva York”. Que iba a Nueva York de compras.
 Se olvidaba de que ya estaba viviendo en Nueva York. 
Realmente es un problema común. 
En primer lugar está relacionado con la economía, con la necesidad de atraer mano de obra barata. 
En nuestro país está ocurriendo lo mismo.
 Sin embargo, aquí, a pesar de toda la gravedad del problema, no es tan difícil y peligroso como en Europa y en Estados Unidos.
 Porque si estamos hablando de la inmigración, es decir, de los ciudadanos extranjeros, tenemos que reconocer que en su mayoría son personas procedentes de las ex repúblicas soviéticas. 
Y aunque las nuevas generaciones de inmigrantes hablan mal nuestro idioma, de todos modos siempre hay alguien de su familia que habla ruso. 
Se conserva una mentalidad común.
 Tenemos una memoria histórica común.
 Algunos de ellos han vivido en diferentes regiones de Rusia o tienen parientes aquí. 
De modo que para ellos es más fácil integrarse a la vida de aquellos grupos étnicos, cuya tierra será su nuevo lugar de residencia.
 Sin embargo, aquí también tenemos que abordar este problema con mayor dedicación, hay que dar una preparación a aquellas personas que quieren venir a vivir a Rusia. 
Y, como ya hemos hablado, aunque, por desgracia, de momento no hemos avanzado en este campo… Es necesario introducir cursos de ruso, de la historia de Rusia, ayudar a la gente a entenderse entre ellos a partir de la edad escolar. 
Y también es necesario inculcar a nuestros nuevos ciudadanos y a las personas que quiere ser ciudadanos de Rusia la responsabilidad y la comprensión de que si vienen a otro país se ven obligados a respetar nuestras tradiciones, nuestras leyes, nuestra cultura y nuestra historia. 
Esto es una gran labor.
 Antes sencillamente no le prestaban la debida atención. 
Pero ahora es necesario prestarle atención y trabajar con dedicación sobre este tema. 
En lo que respecta a la inmigración interna, tampoco es un tema fácil. 
En la época soviética tenía una solución fácil: necesitabas tener un empadronamiento. 
Si no lo tenías, mal asunto. 
Te enviaban a la cárcel o te expulsaban de los límites permitidos, que era el kilómetro 101 para las grandes urbes. Ahora todo es más complicado.
 El empadronamiento no es considerado práctica legal por la constitución de Rusia.
 Por eso necesitamos mecanismos más modernos.
 Pero voy a repetir: de todos modos, nosotros tenemos ventajas sobre Occidente. 
Somos un país de muchas naciones, pero no deja de ser una civilización común.

MARGARITA SIMONIÁN: Una pregunta más sobre la inmigración, tenemos aquí una inmigrante, Jelena Milincic que trabaja en el canal español, pero es de Serbia.

JELENA MILINCIC: Sí, soy de Serbia y ya llevo 11 años en Rusia.
 Puedo decir que Rusia se ha convertido en mi segunda patria pero todavía no tengo ciudadanía rusa. 
Si la solicito todo el proceso va a durar cinco o seis años como mínimo y para hacerlo necesito tener un departamento, y para comprarlo necesito una hipoteca y para la hipoteca necesito la ciudadanía. 
Es un círculo vicioso. 
En realidad, como ha dicho usted, en Occidente donde el problema es mucho más agudo pero allí es más fácil recibir la ciudadanía que en Rusia.

VLADÍMIR PUTIN: Exactamente por eso es muy agudo porque allí es más fácil recibir la ciudadanía. (se ríe)

JELENA MILINCIC: ¿En este sentido va a cambiar algo en Rusia?

VLADÍMIR PUTIN: Tenemos que actuar con mucho cuidado para respetar los intereses de los nativos de la Federación de Rusia en primer lugar. 
El 85% de la población se considera rusa y hay otras naciones del país que son más cercanas a nosotros que los que viven fuera de la Federación de Rusia. 
Es decir nuestros pueblos autóctonos. Tenemos muchos, más de 120. 
Pero… ¿usted ha vivido aquí durante 11 años? 
Y para recibir la ciudadanía se requieren 5 o 6 como usted ha dicho.

JELENA MILINCIC: Pero para solicitarla hay que tener un departamento.

VLADÍMIR PUTIN: Pero durante este tiempo usted pudo comprarse al menos alguna vivienda…

JELENA MILINCIC: ¿Y cómo puedo tramitar una hipoteca?

VLADÍMIR PUTIN: Creo que si hubiera querido recibir la ciudadanía habría podido comprar al menos una habitación en las afueras de Moscú para tener el derecho formal de solicitar la ciudadanía.

JELENA MILINCIC: ¿Y el hecho de que vivo durante 11 años no es una razón suficiente?

VLADÍMIR PUTIN: Sí, así es. Y creo que usted tiene razón. 
En algunos casos, por supuesto, deberíamos corregir nuestra política en este sentido. 
Hay que atraer a nuestro país a especialistas cualificados e indispensables en varios ámbitos, como usted, por ejemplo, es muy joven y bonita… Perdóneme. (se ríe) Son bromas… Además se encuentra en edad reproductiva. 
Su jefa le da un buen ejemplo…

En principio en muchos países, en Canadá, por ejemplo, existen programas para atraer a especialistas, necesarios para el país. 
Nuestra situación en mucho más complicada. 
Hay algunas ideas, algunos cambios para atraer a ciudadanos de las ex repúblicas soviéticas y facilitarles el otorgamiento de la ciudadanía si responden a una serie de criterios, pero en general nuestra política migratoria debe ser más flexible.
 Desde luego debe asegurar los intereses de los ciudadanos nativos, pero ser más flexible para atraer los recursos laborales necesarios. 
Tiene razón y el gobierno ya está trabajando en eso.

MARGARITA SIMONIÁN: Muchas gracias. Nuestra otra presentadora de la redacción inglesa Sofikó Shevarnadze tiene la ciudadanía rusa… Aunque no lo logró enseguida… Con muchas dificultades. Sofikó, nuestra presentadora.

SOFIKÓ SHEVARNADZE: Vivo aquí desde hace ocho años. 
Nací en Tbilisi y pasé toda mi infancia en Georgia.
 Sería una mentira decir que no me preocupan las relaciones entre Rusia y Georgia, es un asunto muy personal, muy profundo. 
¿Cómo le parece a usted, es posible que estas relaciones vuelvan pronto a la normalidad tomando en cuenta que el nuevo primer ministro declaró que Georgia tomaría parte en los Juegos Olímpicos de Sochi y está dispuesto a colaborar en los asuntos de seguridad?

VLADÍMIR PUTIN: Ya he hablado acerca de esto muchas veces: en qué consiste la postura de Rusia. Creo que el presidente actual cometió un error grave. 
Hablamos de esto con él muchas veces, y creo que no lo va a negar.
 Le decía, “puede hacer cualquier cosa, pero no permita que ocurra un derramamiento de sangre”. 
Y me aseguraba que iba a hacer todo, tener paciencia y trabajar con Abjasia, con Osetia del Sur.
 Pero desgraciadamente todo terminó en una guerra. 
Y muchos colegas suyos sobre todo en el extranjero, en Europa, en EE. UU., en Georgia culpan a Rusia.
 Pero creo que cualquier observador objetivo entiende que Rusia no tiene nada que ver con eso. 
Este conflicto interétnico dura no decenas, sino centenares de años. 
En Georgia no pueden no saberlo, no pueden no conocer los sucesos de 1919, 1921. 
No pueden no saber de las relaciones entre la gente. 
Y hubo que tener más paciencia y sabiduría para construir relaciones en el marco del Estado único con Osetia del Sur y con Abjasia, pero no lograron hacerlo. 
Y como reacción a los sucesos de entonces Rusia dio el paso que llevó al reconocimiento de la independencia de Osetia del Sur y Abjasia.
 Y ahora ya no me imagino que podamos dar marcha atrás.
 Para Georgia también es una línea que no puede cruzar. 
Porque Georgia lucha por restablecer su integridad territorial como la ve.
 Es un asunto que requiere una consideración profunda y, diría, no solo una solución competente, sino que requiere del deseo de arreglar este asunto basándose en el respeto a los intereses de la gente que vive en este territorio.
 No puedo añadir nada. 
Si tomar en cuenta y respetar los intereses de toda la gente que vive allí y basarse en eso entonces la solución podría ser duradera. 
Pero eso solo puede hacerlo la gente que vive allí sin que se les imponga una solución desde fuera. 
En cuanto a la decisión de las nuevas autoridades de Georgia de tomar parte en los Juegos Olímpicos y dar pasos al encuentro, vemos estos pasos, los valoramos y respondemos con los mismos pasos.

SOFIKÓ SHEVARNADZE: ¿Está Rusia dispuesta a aceptar la ayuda de Georgia?

VLADÍMIR PUTIN: Sí, claro, estamos abioertos a la colaboración con Georgia, queremos restablecer nuestras relaciones. 
La cultura georgiana es muy cercana a nosotros.
 Tenemos muchos vínculos, sin hablar de la parte espiritual, religiosa. 
Hace poco me encontré con su líder religioso…

SOFIKÓ SHEVARNADZE: Con Ilia II.

VLADÍMIR PUTIN: Es una persona muy buena, un verdadero georgiano. 
No hubo ni un segundo que no hablara de los intereses de Georgia y el pueblo georgiano, pero lo hace tan sabia y suavemente… con tranquilidad. 
Usted sabe que hemos tomado la decisión de permitir el ingreso de mercancías georgianas al mercado ruso.
 Entendemos que es importante para Georgia, para su economía. 
Vamos a seguir actuando en esta dirección, desarrollando las relaciones.
 Pero los asuntos más difíciles los deben resolver personas que viven en aquel territorio y mediante el diálogo, sin presión alguna desde fuera.

SOFIKÓ SHEVARNADZE: ¿Puedo preguntarle sobre los visados? 
Es que hablé sobre esto con Dmitri Medvédev hace un par de años y entonces me dijo que mientras Mijaíl Saakashvili sea presidente de esto no se hablará.
 ¿Qué debe ocurrir ahora para que mis parientes puedan venir a visitarme a Moscú, igual que mis amigos rusos viajan ahora a Georgia, porque ellos no necesitan visados?

VLADÍMIR PUTIN: Si realmente trabajamos juntos luchando contra la delincuencia y el terror, entonces será posible. 
No es un gran secreto que desde territorio georgiano al Cáucaso ruso llegan elementos terroristas.
 Muchos episodios poco agradables cuando dimos golpes contra el territorio georgiano hace unos 6 o 7 años no estaban dirigidos, precisamente, contra el territorio georgiano, sino contra grupos armados que se acercaron a Sochi. 
Entienden, ¿hasta qué punto llegó?

SOFIKÓ SHEVARNADZE: Está hablando del Valle de Kodori…

VLADÍMIR PUTIN: No, era otro caso, pero no importa.
 En cualquier caso los camiones del Ministerio de Asuntos Interiores les ayudaron a acercarse al territorio de Rusia. 
Y nos vimos obligados a tomar medidas preventivas. 
Le dije al presidente de aquel entonces… Nos gustaría que esto nunca se repita en nuestra historia. 
Queremos colaborar con Georgia, queremos restablecer plenamente las relaciones. 
Y repito si logramos hacerlo en la esfera de la seguridad, los servicios especiales, será el primer paso para restablecer el régimen sin visados.

MARGARITA SIMONIÁN: Muchas gracias, Salam Adil, vicedirector de la emisión de RT en árabe, adelante.

SALAM ADIL, vicedirector de la emisión de RT en árabe

Como acaba de decir Margartia, soy vicedirector de la emisión de RT en árabe, pero solo llevo una semana ocupando este cargo. 
Durante 20 años he trabajado como periodista, he viajado por todo el mundo, he estado en muchas zonas de conflicto. Mi visión del mundo sigue igual de aguda, y gracias a ello sigo vivo.

VLADÍMIR PUTIN: Que Dios lo ampare.

SALAM ADIL: Gracias. Mi pregunta también trata de los conflictos. 
Y es el uso de los drones.

MARGARITA SIMONIÁN: Aviones no tripulados.

SALAM ADIL: Como se sabe, cada día EE.UU. bombardea a alguien con drones.
 Con frecuencia en Pakistán y en otros países, usted mismo ha hablado de la aguda situación en la frontera entre Pakistán y Afganistán. 
Por un lado, es cómodo y no supone ningún riesgo para los soldados de la parte combatiente.
 No hay lucha cuerpo a cuerpo, es como un juego de computadora, se maneja a distancia.
 Aunque, como lo vemos a diario, puede suponer muchas víctimas entre la población civil.
 Por un lado es algo muy eficaz, pero también vemos el resultado.
 En muchos países las personas están indignadas. 
Ahora ya proponen a nivel internacional imponer una prohibición al uso de drones. 
Quisiera saber cuál es la postura de Rusia al respecto.

VLADÍMIR PUTIN: En su momento en China se inventó la pólvora, y nadie pudo retener su expansión. 
Después se crearon las armas nucleares, que también empezaron a expandirse.
 Los medios modernos de la lucha militar se están modernizando, y seguirán haciéndolo. 
Dudo que se pueda prohibir todo.
 Pero se puede controlar y someter a ciertas normas. 
Por supuesto que Estados Unidos no aspiran a que haya víctimas entre la población civil.
 Esos operadores que manejan esos aviones también son humanos y creo que también lo entienden.
 Pero hay que combatir el terrorismo. 
Lo repito, en Estados Unidos se está debatiendo este asunto, como también en el marco de la ONU se discute cada vez más, y es que tenemos que controlarlo.
 Tenemos que crear ciertas normas de uso de estas armas para minimizar, o mejor reducir a cero las víctimas casuales.
 Es sumamente importante, no sé si lo aceptarán nuestros socios, pero es necesario hacerlo. 
Aunque existen otras amenazas. 
Por ejemplo, en Estados Unidos se está debatiendo la cuestión del uso de los misiles balísticos no nucleares. ¿Se imagina el alcance de esta amenaza?
 ¿Y si desde algún punto del océano mundial se lanza uno de estos misiles? 
¿Y si el sistema de detección de ataques nucleares detecta que ese misil ha sido lanzado en dirección de una potencia nuclear? 
¿Cómo va a saber esa potencia si el misil lleva o no lleva ojiva nuclear?
 ¿Cómo va a saber si ese misil caerá dentro o fuera de sus fronteras?
 ¿Se imagina qué amenaza es?
 La teoría del uso de armas nucleares de potencia baja difumina el mismo concepto del uso de estas armas, ¿sabe a dónde puede llevar eso?
 ¿Dónde están los límites del uso, quién los ha definido? En el mundo actual tenemos muchas amenazas, y solo hay una manera de luchar contra ellas – trabajando en conjunto en el marco del derecho internacional.

MARGARITA SIMONIÁN: Peter Lavell, presentador de uno de los programas más populares de nuestro canal. Trabaja con nosotros desde la fundación del canal. 
Creo que va a hacer la pregunta en inglés. Yo la voy a traducir.

PETER LAVELL: Gracias, señor presidente. Mi pregunta va a ser muy corta.
 Parece que estamos viviendo la Edad de la Oposición. 
Tenemos la Primavera Árabe, hemos oído hablar de Europa y de la crisis que está viviendo. 
Sabemos del movimiento “Ocupa” en Estados Unidos, donde RT realizó un gran trabajo de cobertura.
 ¿Qué ocurre con la oposición en Rusia?
 La opinión pública dice que es muy pequeña, que no tiene mucho apoyo.
 ¿Con qué tipo de oposición le sería interesante competir?
 ¿Cuál es el papel del señor Kudrin?

VLADÍMIR PUTIN: Cualquier tipo de oposición es necesario. 
Acaba de mencionar “Ocupa Wall Street”. 
Hemos visto que en cierta etapa la policía, los órganos del orden empezaron a tomar medidas muy severas contra los activistas de “Ocupa Wall Street”. 
No voy a decir si eso es bueno o malo. 
Solo diré que cualquier oposición es correcta y necesaria, si actúa en el marco de la ley. 
Si no le gustan las leyes, tiene que tratar de cambiarlas por medios democráticos. 
Tiene que tratar de ganarse a los electores, formar parte de los órganos legislativos y tener la posibilidad de influir en los procesos legislativos y de esta forma realizar cambios.
 Si algunas personas actúan fuera del marco de la ley, el estado está obligado, en defensa de los intereses de la mayoría, a aplicar medidas legales para que todo el mundo esté dentro del campo de la ley. 
Es así en Estados Unidos y en nuestro país. 
Aunque cuando ocurre en Rusia, nos critican, y cuando ocurre en Norteamérica se considera algo normal. 
Son estándares dobles, ya estamos acostumbrados a ellos, ya no les prestamos atención…

MARGARITA SIMONIÁN: Y cuando ocurre en EE. UU. les criticamos nosotros…

VLADÍMIR PUTIN: Y hacen bien, porque el enfoque tiene que ser el mismo.
 Aunque nuestro servicio diplomático no coopera de forma activa con “Ocupa Wall Street”, mientras que su servicio diplomático colabora activamente con nuestra oposición y la apoya abiertamente. 
Desde mi punto de vista no es correcto, porque el cuerpo diplomático debe regular las relaciones entre los países y no entrometerse en los asuntos de política interior. 
Este espíritu aventurero no le gusta a nadie, nadie lo necesita, y resulta ilegal, si los participantes de estos movimientos violan la legislación vigente. 
Si no se infringe la ley, si las personas expresan su postura por medios legales, están en su derecho de hacerlo. 
Y será positivo para cualquier país, porque es una oportunidad de hacer llegar a los ciudadanos la valoración de las actividades del gobierno en diferentes campos, tanto en la política social como la exterior e interior.
 En cuanto al señor Kudrin, ha sido colega mío desde hace mucho tiempo.
 Muchas veces nuestras opiniones respecto a cuestiones de suma importancia coinciden, en cuanto al desarrollo del país.
 De otra forma no podría ser, trabajamos juntos en San Petersburgo, él durante muchos años fue miembro de mi administración y uno de los profesionales más eficientes.
 Y quiero llamar su atención sobre el hecho de que siempre le apoyo en cuestiones de principios.
 Además, si no lo apoyara, no podría trabajar ni poner en prácticas las ideas y los principios que defendía. En cierta medida ha sido nuestra política común. 
Tiene su propia postura respecto a ciertas cuestiones.
 En su momento las visiones de Dmitri Medvédev y la suya acerca de algunos problemas divergieron.
 Pero entonces el señor Medvédev era presidente, tenía derecho de tomar sus decisiones. 
Ahora Alexéi Kudrin sostiene que volvería al poder legislativo si este poder actuara de forma más firme. 
¿Pero más firme en qué? 
En este punto nadie quiere decirlo en voz alta, porque más firme significa ser más riguroso en cuanto a la reforma de pensiones, aumentar la edad de jubilación.
 Nadie quiere hablar en voz alta de ello, ni siquiera la oposición, que cree que es lo correcto, pero no lo quiere admitir.
 También en otros aspectos, habría que reducir los gastos, sobre todo en la esfera social. 
Muchos consideran que nuestros gastos sociales son demasiado altos, que aumentamos los salarios, las pensiones y los subsidios demasiado rápido, y que los ingresos reales del ciudadano, que eran de un 4.2% el año pasado y un 5.9% en lo que llevamos de año, son injustificados. 
Nuestra productividad va por debajo del ritmo del aumento de los salarios, y es peligroso para la economía. 
Es difícil no admitirlo.
 En este sentido los que lo afirman tienen razón. 
Pero tal vez no tenemos que bajar el ritmo del aumento de los ingresos del ciudadano sino trabajar más para aumentar la productividad. 
Es como el chiste que dice que no quisiéramos que en Rusia hubiese más ricos, quisiéramos que hubiese menos pobres. 
Es complicado. 
Pero la parte pensante de la oposición habla con nosotros abiertamente de ellos en discusiones cerradas, pero no se atreve a decirlo abiertamente. 
Y no es correcto, lo he dicho muchas veces. 
Si esta es su postura, hablen de ello sincera y abiertamente. 
No tengan miedo de que a una parte de la población no le guste.
 Porque solo defendiendo una postura de principios lograrán que crezca el apoyo de su opinión, que la plataforma de ese apoyo sea más firme.
 Puede ver lo que ocurre en Europa occidental. 
Han llevado a algunos países a la bancarrota, y digan lo que digan a las personas, no quieren reducciones de salarios. 
Por eso tal vez sería correcto tener más cuidado al aumentar los salarios y endeudarse. 
Sería muy útil para el gobierno si hubiese alguien que hablara de eso siempre. 
Yo no creo que sea un aumento excesivo de los salarios, pensiones y subsidios. 
Tiene sentido lo que nos dicen personas, como Kudrin. 
Y les tenemos que hacer caso. Es algo útil. 
Y es necesaria una oposición pensante y orientada a lo nacional.

MARGARITA SIMONIÁN: Oxana Boiko, que es presentadora de nuestra nueva tertulia, recién designada a presentadora.

OXANA BOIKO: Quisiera preguntar a continuación de su pregunta y quisiera relacionarlo a Irán, donde próximamente van a llevarse a cabo elecciones presidenciales. 
Se sabe que Rusia prefiere no intervenir en los procesos internos políticos y voy a formularlo de una manera más general, más filosófica.
 Creo que Irán es un ejemplo de cómo se puede llevar las tensiones en las relaciones bilaterales al rojo vivo por ciertos desacuerdos de carácter técnico.
 Es que el problema nuclear iraní se basa, en su esencia, en varias sospechas difuminadas que no confirman los propios iraníes. 
Nadie toma en cuenta que casi el 100% Irán cumple con el régimen de la no proliferación de las armas nucleares. 
Y la clave de estos problemas son estos rumores que Irán también ha fomentado en algunos momentos, pero en muchos sentidos eso está a favor de los estadounidenses que todavía se rigen en la política exterior por el principio clave de 'quien no está con nosotros, está en contra de nosotros'.
 En mi opinión, el umbral de tolerancia a opiniones diferentes es bastante bajo, como en el caso de Irán, está basado en sospechas no confirmadas o en la coacción a la guerra, como en el caso de Siria. 
Perdone por la introducción tan larga.

En mi opinión, Rusia es bastante tranquila y usted puede evaluar el resultado de una confrontación abierta, ha evitado con pragmatismo una confrontación abierta,. 
Y al mismo tiempo pienso que Rusia y Estados Unidos tienen contradicciones fundamentales, especialmente en el tema del uso de la fuerza y en ninguna reunión Rusia y EE.UU. han logrado resolverlo. EE.UU. se atribuye más responsabilidad y también más derecho. 
¿Cómo puede determinar este margen un intento de no involucrar al país en un enfrentamiento abierto y al mismo tiempo el aseguramiento de nuestra postura, de la que depende nuestra seguridad?

VLADÍMIR PUTIN: A esta pregunta puedo contestar hasta la madrugada.
 Es muy profunda.

Ya hablé de eso y en eso concluye la actitud oficial de la Federación de Rusia: Irán tiene derecho a un programa nuclear pacífico y no puede ser discriminado en eso en comparación con otros participantes de la comunidad internacional.

Pese a esto, no podemos olvidar que Irán se encuentra en una región muy complicada y cuando escuchamos desde Irán amenazas hacia algunos países aledaños, en particular Israel, escuchamos que Israel puede ser eliminado, creo que eso no resulta bien.

OXANA BOIKO: Es una cita incorrecta, yo creo.

VLADÍMIR PUTIN: Sea correcta o incorrecta. 
Si la gente ve que hay probabilidad de que sea citada de una manera incorrecta, habría debido evitar esas expresiones con doble sentido.
 La atención al problema no es infundada. 
El hecho es que Irán observa las reglas: de eso no dudo, porque no tenemos ninguna prueba que evidencien lo contrario y los recientes informes de la Organización Internacional de Energía Atómica muestran que observa los compromisos contraídos. 
Y es posible responder a esas preguntas.

Yo personalmente siento gran respeto y gran interés por Irán. 
No sucede frecuente que usemos respecto a ese país los calificativos como este, pero es un gran país, un país con una gran cultura y un gran pueblo. 
Tienen su honor, un entendimiento especial de su posición, no solo en la región, sino también en el mundo y hay que respetarlo.

Usted tocó el quid del problema. 
Es que los iraníes, siendo gente muy lista, preparada y astuta, aprovechan esa contradicción con Estados Unidos para resolver los problemas políticos internos.

Tienen a un enemigo que une la sociedad. 
Lo mismo hace EE.UU.

Cuando desapareció la Unión Soviética, no había amenaza externa que permitiera a EE.UU. dominar la sociedad occidental. EE.UU. debe proteger siempre a sus aliados de alguien. 
Eso les da una ventaja, no solo en la política, sino también en la economía

Si el país es un líder, tiene derecho a algunas preferencias. 
Y esta condición de un protector es muy importante, que permite resolver muchos asuntos vinculados directamente a la política exterior y a la seguridad internacional.

Pienso que EE.UU. se aprovecha de Irán para eso: para unir a los aliados de Occidente contra una amenaza real o ficticia.

En general, para nosotros no hay grandes dificultades en eso, el problema es complicado, pero no para Rusia. 
Observamos constantemente nuestros compromisos internacionales, sobre todo vinculados con el programa pacífico nuclear de Irán.

Construimos la central de Busher y estamos dispuestos a colaborar en el futuro.
 Propusimos enriquecer uranio en nuestro territorio, pero nuestros socios iraníes se negaron a hacerlo. 
Ellos insisten en que se ocupan de enriquecer uranio al amparo de las reglas internacionales.

Como he dicho al principio, si no violan nada, tienen derecho a eso y vamos a apoyar ese derecho, aunque no vamos a olvidar las preocupaciones de los estados aledaños y la comunidad internacional.

OXANA BOIKO: Mi pregunta fue sobre no solo las relaciones entre EE.UU. e Irán, sino también entre EE.UU. y Rusia.
 ¿Hay diferencias fundamentales?

VLADÍMIR PUTIN: Usted es una verdadera luchadora. 
Casi no tenemos controversias ideológicas, pero culturales sí. 
En el fundamento de su identidad yace una conciencia individualista, mientras que en nuestra mentalidad, la mente de un ruso, es colectivista. 
Recuérdense, en 'Lo que el viento se llevó' la protagonista principal decía que no podía imaginar que iba a pasar hambre. 
Para una persona rusa las tareas son distintas. 
Es algo vinculado con Dios, son filosofías de vida diferentes.
 Pero entendernos es bastante difícil, pero posible.

OXANA BOIKO: Pero para eso existe el derecho internacional.

VLADÍMIR PUTIN: Estados Unidos, sin duda es un país democrático, se estaba desarrollando desde el principio como país democrático, cuando la gente empezó a explorar el continente, tuvo que construir relaciones con otros mediante el diálogo. 
Al mismo tiempo no vamos a olvidar que la exploración del continente americano se inició a partir de una limpieza étnica de gran escala, sin análogos en la historia.
 Los europeos que vinieron actuaban como en el caso del sometimiento de Cartago por los romanos, donde según reza una leyenda, polvorearon la tierra con sal para que no creciera nada. 
La exploración del continente americano por los europeos se desarrollaba de una manera diferente, pero allí exterminaban a la población autóctona.

Después de eso en América existió la esclavitud.
 Y ella penetró en la conciencia muy profundamente, que incluso Colin Powell dijo en su libro qué difícil le salió vivir con la piel oscura. 
Eso significa que eso está presente y perdura en la profundidad de las almas.

Conocemos desde distintos lados el régimen soviético.
 Conocemos a Stalin como nunca antes. 
Sabemos que fue dictador, tirano. 
Pero dudo mucho que Stalin habría empleado en 1945 la bomba atómica contra Alemania, si la hubiera tenido.

Previamente, en 1941, cuando se planteaba una cuestión de vida o muerte del estado, probablemente sí hubiera sido necesario. 
Y en el año 1945, cuando el adversario ya estaba cediendo y no tenía ninguna oportunidad para vencer, dudo mucho que lo habría hecho.

Los estadounidenses usaron armas nucleares contra Japón, un estado no nuclear, que ya casi estaba derrotado. 
Nos diferimos entre si de una manera muy importante. 
Pero es normal cuando la gente con tantas diferencias busque un camino para la comprensión mutua. 
Y creo que no tenemos otra opción y es más, no por mera casualidad los momentos críticos de la historia contemporánea Rusia y EE.UU. se unían: tanto en la Primera Guerra Mundial, como en la Segunda. 
No se oponían uno al otro, sino que cuando tronaba, eso nos fusionaba. 
Eso significa que algo nos une, intereses fundamentales. 
Necesitamos prestar atención a eso ante todo: darnos cuenta de nuestras diferencias y prestar atención a lo positivo que nos ayudará a colaborar.

MARGARITA SIMONIÁN: Para nosotros es un tema muy importante, el de las relaciones con EE.UU., porque nuestros televidentes en su mayoría son estadounidenses. Está claro que en los canales rusos de televisión no le van a preguntar este tipo de preguntas.

Si vemos la estadística de visitantes de nuestro sitio, nuestra audiencia principal es de EE.UU., por eso es un tema primordial para nosotros, así como todos los asuntos relacionados con él. Anastasia Chúrkina vino de Nueva York especialmente para participar en nuestra conferencia. Trabaja en RT America, la redacción de RT en Nueva York, y es responsable de la cobertura de los temas de EE.UU.

ANASTASIA CHÚRKINA: Sí, gracias. Llevo viviendo en Nueva York cinco años. 
Ya hemos discutido aquí las diferencias históricas y más fundamentales y también los asuntos comunes de Rusia y EE.UU. Quisiera regresar a los problemas diplomáticos o a los problemas del derecho internacional, porque por el momento, hablando últimamente con los políticos y expertos estadounidenses sobre las relaciones ruso-estadounidenses podemos concluir que, con las cámaras apagadas, muchos de ellos dicen que la Ley Magnitski se ha convertido en una especie de continuación o sustituto de la enmienda Jackson–Vanik, reflejando así un enfoque algo obsoleto hacia las relaciones con Rusia. Barack Obama, como sabemos, en una cumbre en Seúl el año pasado insinuó a Medvédev que después de su reelección dejaría de tener las manos atadas.

VLADÍMIR PUTIN: ¿Tienen obsesión con el tema? ¿Cómo trabajan aquí?

ANASTASIA CHÚRKINA: Es la última pregunta, lo prometo.

ANASTASIA CHÚRKINA: [Obama] decía que el trabajo iba a ser más fácil con Rusia, pero por el momento no podemos verlo muy claramente, como en otros temas que tratamos hoy.
 ¿Por qué cree que no tuvo lugar este ‘reinicio’ [de las relaciones]?
 ¿Y puede tener lugar según el concepto de paridad de derechos, o siempre esperan de Rusia que renuncie a sus intereses?

VLADÍMIR PUTIN: Básicamente ya he empezado a responder a su pregunta. 
Cada Estado se compromete a garantizar sus intereses nacionales y en este sentido, EE.UU. no es una excepción. 
Esta situación es única, ya que está claro para todos que después de la descomposición de la Unión Soviética, EE.UU. mantuvo el liderazgo mundial durante algún tiempo, algo que se convirtió en una trampa para ellos, que consiste en que EE.UU. comenzó a sentirse como un imperio y el imperio genera ciertos elementos no solo en la política exterior, sino también en la interior.
 El imperio no puede permitirse ningún tipo de debilidad y cualquier intento de negociar algo en igualdad de condiciones se percibe como debilidad, y las autoridades del país no lo pueden permitir por razones políticas internas.

Creo que, por un lado, el Gobierno actual de EE.UU., lo sé, entiende que es imposible resolver los problemas del mundo contemporáneo a solas, aunque lo desea mucho; pero por otro lado, ve que no puede actuar de otro modo que no sea aplicando métodos imperialistas, ya que es difícil por razones de política interior, porque sería acusado de debilidad.
 Para poder actuar de otra manera hay que tener un apoyo sin límite de los votantes, de la población, o tiene que pasar algo que cambie la opinión pública dentro del país para que todos entiendan que negociar y buscar compromisos es más productivo que imponer su punto de vista por todo el mundo. 
Tiene que pasar algún tiempo para que la comprensión de ello prevalezca en el país, en EE.UU. 
En primer lugar, en la clase dirigente, en el sentido más amplio de la palabra. 
No creo que sea imposible, me parece que en general tenemos que acercarnos a eso, cuento con ello.

  http://actualidad.rt.com/actualidad/view/97159-version-completa-conversacion-putin-rt

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