Las fuerzas del Ejército sirio acabaron con la vida de decenas de terroristas e hirieron a centenares de ellos el viernes, durante diferentes operaciones de limpieza de grupos armados en distintas partes del país árabe.
Al menos 74 terroristas que intentaban infiltrarse en una prisión en la provincia noroccidental de Idlib perdieron la vida y decenas de ellos resultaron heridos, en los enfrentamientos con las tropas gubernamentales.
Durante otras maniobras acaecidas en las afueras de la misma provincia, el Ejército eliminó a un total de 80 terroristas, entre ellos un cabecilla de las bandas terroristas, Yafar Tayar, y arrestó a un gran número de ellos.
Asimismo, los soldados sirios lograron tomar el control total de la parte sureña de la ciudad de Al-Qasir, que fue ocupada hace casi un año por los grupos terroristas secundados por países extranjeros.
Los uniformados sirios dieron muerte, también, a otro líder terrorista, Faras Abdulazim, en la provincia occidental de Homs.
La tensión interna desencadenada hace más de dos años en Siria, se profundizó debido a la intervención de algunos países regionales y occidentales, entre ellos EE.UU., Arabia Saudí, Catar y Turquía, que brindan apoyos armamentísticos, logísticos y financieros a los grupos terroristas.
Washington y sus aliados acusan al presidente sirio, Bashar al-Asad, por usar armas químicas contra la población civil, mientras que Damasco considera a estas acusaciones infundadas como una excusa para facilitar la injerencia militar en su territorio.
mrg/kt/msf
Al menos 74 terroristas que intentaban infiltrarse en una prisión en la provincia noroccidental de Idlib perdieron la vida y decenas de ellos resultaron heridos, en los enfrentamientos con las tropas gubernamentales.
Durante otras maniobras acaecidas en las afueras de la misma provincia, el Ejército eliminó a un total de 80 terroristas, entre ellos un cabecilla de las bandas terroristas, Yafar Tayar, y arrestó a un gran número de ellos.
Asimismo, los soldados sirios lograron tomar el control total de la parte sureña de la ciudad de Al-Qasir, que fue ocupada hace casi un año por los grupos terroristas secundados por países extranjeros.
Los uniformados sirios dieron muerte, también, a otro líder terrorista, Faras Abdulazim, en la provincia occidental de Homs.
La tensión interna desencadenada hace más de dos años en Siria, se profundizó debido a la intervención de algunos países regionales y occidentales, entre ellos EE.UU., Arabia Saudí, Catar y Turquía, que brindan apoyos armamentísticos, logísticos y financieros a los grupos terroristas.
Washington y sus aliados acusan al presidente sirio, Bashar al-Asad, por usar armas químicas contra la población civil, mientras que Damasco considera a estas acusaciones infundadas como una excusa para facilitar la injerencia militar en su territorio.
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