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Margaret Thatcher acabó con la investigación científica en el sector público


Margaret Thatcher, de 87 años de edad, murió ayer.
 
 Es aclamada como la Dama de Hierro que transformó Gran Bretaña. 
 
Todos los periódicos le han rendido homenaje, incluso los obituarios han aparecido en primera página, lo cual es un honor nada habitual.

Lo único que sé es que tenía una firma determinación, y lo que pensaba hacer lo hacía. 
 
Esto es lo que he leído sobre ella los últimos años. 
 
Conociendo su determinación, se empeño en acabar con la investigación científica en el sector público, así que puedo entender por qué se ganó el título de la Dama de Hierro.

Permítanme que les cuente esta historia de como la única mujer que ha sido Primer Ministro de Gran Bretaña, la implacable Margaret Thatcher cerró uno de los mejores centros de investigación sobre las plantas del mundo, y que se perfilaba como líder mundial en Biología Molecular y genómica de las plantas.

Estoy hablando del famoso Plant Breeding Institute (PBI) en Cambridge.

Para cualquier investigador de las plantas, Plant Breeding Institute de Cambridge era la Meca. 
 
Como estudiante de la mejora de las plantas, mi deseo esa llegar algún a trabajar en el PBI. 
 
Pero cuando llegué allí como investigador, el centro ya se había vendido a Unilever. 
 
Más tarde, en 1998, se vendió a Monsanto. 
 
Me acuerdo de la controversia que se generó sobre las valiosas colecciones de germoplasma de las plantas que había en el PBI en el momento de ser vendida a Unilever. 
 
Debido a la presión pública, las colecciones de plantas fueron trasladadas a otro sector público del Instituto de Investigación, el John Innes en Norwich.

La venta del PBI a Unilever fue gran pérdida para la investigación independiente, y por supuesto una pérdida para la Humanidad.

Fue en 1996 cuando fui a Cambridge con una beca de investigación. 
 
Un buen día me llamó Sir Ralph Riley, un conocido genetista de las plantas, que luego pasó a ser director del PBI.
 
 Vino a verme al Colegio Wolfson, y muy amablemente se ofreció a dar un paseo para mostrarme los alrededores y también el centro de investigación fitogenética. 
 
Fue una delicia.

Después de mostrarme el lugar donde Watson y Crick habían descubierto la estructura del ADN, me llevó al lugar donde antaño estuvo el PBI, y me dijo: 
 
“Aquí es donde el Instituto de mejora de las plantas murió”.

Nunca podré olvidar esas palabras.

Le pregunté si es que el Instituto tenía pérdidas, porque entendía que era la única razón para que un centro de investigación fuese vendido. 
 
“Todo lo contrario, cuando el PBI fue vendido por Margaret Thatcher a la multinacional Unilever, generaba unos ingresos de 10 millones de libras al año, frente a un gasto de 4 millones de libras al año”. 
 
Entonces, ¿cómo puede una persona en su sano juicio vender un centro de investigación que genera ganancias? 
 
Pero era la Dama de Hierro, que ejerció un papel dictatorial en las privatizaciones.

No fui capaz de recordar algunas cosas importantes que había compartido, así que tuve hacer una búsqueda rápida. 
 
En una de las publicaciones de la Royal Society encontré el siguiente párrafo: 
 
“Cuando Riley se convirtió en Secretario del Consejo de Investigación en Agricultura y Alimentación (ARC) en 1978, Shirley Williams como Secretario de Estado de Educación y Ciencia, aumentó el gasto en investigación y sin duda fue el que promocionó a Riley para ocupar el cargo. S
 
in embargo, después de la elección del Gobierno conservador presidido por Margaret Thatcher ( luego baronesa), en 1979, se aplicaron de inmediato recortes y reducción en el gasto en los años posteriores. 
 
A lo largo de sus seis años y medio en el cargo se produjeron importantes disminuciones del presupuesto. 
 
Esto hizo que el cargo de Secretario fuese difícil, cansado, nada agradecido.
 
 Se cerraron muchas instituciones ( el Laboratorio Letcome y la Organización de Investigación Weed) y también hubo reducciones en otras áreas de investigación.

Así que el primer paso antes de privatizar es cortar el presupuesto. 
 
Los recortes y los programas de reducción de personal estaban dirigidos a acabar con la investigación en el sector público y así justificar la necesidad de buscar la financiación privada. 
 
Eso es lo que ocurre en muchas partes del mundo, incluida la India.

“La reducción de plantilla se hizo mediante el cierre de programas o los despidos obligatorios. 
 
Todo esto hizo que el desarrollo de la Biología molecular y celular, la nueva ciencia, fuese más difícil y controvertido”.

Posteriormente, Sir Ralph Riley escribió: 
 
“Por desgracia, después de cesar en mi relación con el AFRC, el Gobierno privatizó la actividad relacionada con el PBI, a pesar de que generaba ganancias, alrededor de 10 millones de libros al año, cuando los gastos eran de sólo 4 millones de libras al año. 
 
Así que todo el trabajo que habíamos hecho en estrecha colaboración, todo fue destruido. 
 
Sin embargo, puede ser que el PBI sirviese de modelo para otros que se abrieron posteriormente”
 
 (Véanse las páginas 395-396 de esta publicación la Real Sociedad: http://rsbm.royalsocietypublishing.org/content/49/385.full.pdf ).
 

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