“Como no te comas las lentejas va a venir Sor María y te va a llevar”.
Esta es la frase con la que ahora miles de padres tratan de meter en vereda a sus hijos.
Según el psicólogo Rodrigo Peláez del Charro, autor del libro “Mamá, no apagues la luz”, “el Coco ha perdido gran parte de su eficacia intimidatoria con los menores: que aparezca el Coco, en muchos casos, ya se puede considerar hasta un estímulo positivo para el niño, sobre todo desde que apareció en Barrio Sésamo diciendo lo de ‘Ahora estoy aquí… ahora estoy allí’”.
Por este motivo, muchos padres han recibido con alivio la aparición en la vida pública de Sor María Gómez, la monja acusada de robar niños para darlos en adopción.
Según una encuesta del Instituto Opina, el 76% de los padres españoles ha empezado a nombrar a Sor María Gómez para amedrentar a sus hijos, dejando de lado a otros personajes más populares como el ya mencionado Coco o El Hombre del Saco.
Según una encuesta del Instituto Opina, el 76% de los padres españoles ha empezado a nombrar a Sor María Gómez para amedrentar a sus hijos, dejando de lado a otros personajes más populares como el ya mencionado Coco o El Hombre del Saco.
“La verdad es que funciona de maravilla”, cuenta Lorena Cruz, una joven madre de Almansa:
“Es mencionar a Sor María y Luisín se transforma en un ángel”.
Pero la utilización de Sor María está teniendo consecuencias inesperadas.
Pero la utilización de Sor María está teniendo consecuencias inesperadas.
Hace unos días, dos monjas provocaron escenas de pánico en un parque infantil de Barcelona cuando paseaban de camino a su congregación. Situaciones muy similares se están viviendo en toda España.
Algo previsible, según el psicólogo infantil Rodrigo Peláez del Charro:
“Los críos se adaptan con gran facilidad a las novedades. Como diría Coco, el jocoso personaje de Barrio Sésamo: Ahora estoy aquí… ahora estoy allí”.
Sin embargo, las autoridades ven este fenómeno con preocupación desde que ayer por la tarde, en Albacete, un grupo de niños apaleara a una monja de 80 años cuando ésta les preguntó si querían unos caramelos.
Por su parte, la Iglesia Católica pide serenidad, aunque el polémico obispo de Alcalá de Henares ya se ha desmarcado para hablar directamente de persecución, asegurando que todo es culpa de los medios de izquierdas que pretenden dar la imagen de una Iglesia formada por curas pederastas y monjas secuestradoras, cuando el auténtico peligro está en el colectivo gay o “Los Hombres nocturnos”, como él mismo los denomina:
“Si los padres quieren meter miedo a sus hijos”, afirma el obispo de Alcalá, “lo que tienen que decir es ‘Obedéceme o vendrá el Hombre Nocturno y te llevará a un club’”.
En palabras del psicólogo Peláez del Charro:
“Como diría Coco, el jacarandoso personaje de Barrio Sésamo: ahora estoy delante… Ahora estoy detrás”.