México.- Marinos y policías estatales del estado de Veracruz encontraron una fosa clandestina en la entidad tras la detención de un presunto colaborador de la organización criminal Los Zetas, quien reveló el paradero de 15 cadáveres que se suman a alrededor de 1.300 localizados previamente
Los entierros clandestinos relacionados al crimen organizado han sido localizados principalmente en los estados de Tamaulipas, Coahuila, Jalisco, Nuevo León, Durango, Morelos, Guerrero Michoacán y Oaxaca, de acuerdo con un informe de la Comisión Nacional de Derechos Humanos desde 2006 al 2011.
En el más reciente evento se inició la búsqueda desde el pasado martes en el municipio de Acayucan, al sureste del Distrito Federal, cuando autoridades que participan en el operativo Veracruz Seguro capturaron a Juan Francisco Alvarado Mortagón "El Pollo", quien intentó evadir un retén de inspección en un auto sin placas, informaron la Secretaría de Marina y el gobierno veracruzano
En el interrogatorio, Alvarado habría revelado el paradero de los entierros ubicados en dos ranchos privados de la región ganadera del estado que durante el año pasado reportó más de 600 ejecuciones.
Las autoridades mexicanas han logrado la ubicación de estos cementerios clandestinos principalmente por delatores que han caído en manos del Ejército, Policía Federal, Marina y la Procuraduría General de la República.
La ubicación de uno de los hallazgos más grandes reconocido hasta la fecha (con 55 cadáveres) en una mina de la turística ciudad de Taxco, Guerrero, fue detectada en mayo de 2010 tras la detención de 15 sujetos que fueron consignados posteriormente.
Situación similar llevó hasta el paradero de 51 cuerpos en Juárez, Nuevo León, estado donde hasta la fecha suman 18 fosas clandestinas, 11 de ellas con restos calcinados en un intento de los criminales por desaparecer las evidencias de las muertes.
Fosas clandestinas en Tamaulipas
Los sitios con el mayor número de fosas clandestinas en México coincide con las cifras más altas de desaparecidos.
De acuerdo con diversas organizaciones civiles, en el presente periodo presidencial (2006- 2012) se han extraviado sin dejar rastro más de 10,000 personas en medio de una lucha frontal contra el crimen organizado.
En Coahuila, donde se tienen expedientes de 364 familias que buscan a sus parientes, la Fiscalía Especial para Desaparecidos reconoció que hay posibilidades de que algunos éstos nunca sean encontrados porque los criminales quemaron los cuerpos hasta las cenizas. "Lamentablemente es la realidad", dijo en septiembre pasado la ex fiscal Lauret Rodríguez.
Hasta esa fecha, el gobierno local tenía contabilizadas 37 fosas . En todas ellas había sólo pequeños fragmentos de los cuerpos casi pulverizados en tambos de lámina por lo que se volvió imposible la identificación a través del ADN. Eran 1,314 restos minúsculos.
Tal situación y la falta de un registro nacional de víctimas del crimen organizado explican en parte el bajo número de identificados. En Durango, por ejemplo, durante el año 2011, se localizaron once fosas con 260 cuerpos, pero únicamente se han reconocido 35.
A pesar de que hay un gran número de entierros clandestinos en los estados fronterizos; el informe de la CNDH reporta también casos en Estado de México, Sinaloa, Quintana Roo, Guanajuato, Hidalgo, Jalisco, Zacatecas, San Luis Potosí, Aguascalientes, Colima, Campeche, Nayarit, Querétaro y el Distrito Federal.
Una situación creciente: en 2007, la misma institución registró sólo once víctimas asesinadas y enterradas en cementerios clandestinos. El año siguiente la cifra ascendió a 41 y en 2009 un total de 71.
El repunte comenzó en 2010, cuando fueron hallados 339 cuerpos y de enero a noviembre de 2011 la cifra alcanzó los 768 cadáveres encontrados en 216 "narcofosas". En diciembre Nayarit reportó seis casos; Jalisco, siete en enero y 10 más en Veracruz en el reciente reporte.
Fuente: Univisión
Los entierros clandestinos relacionados al crimen organizado han sido localizados principalmente en los estados de Tamaulipas, Coahuila, Jalisco, Nuevo León, Durango, Morelos, Guerrero Michoacán y Oaxaca, de acuerdo con un informe de la Comisión Nacional de Derechos Humanos desde 2006 al 2011.
En el más reciente evento se inició la búsqueda desde el pasado martes en el municipio de Acayucan, al sureste del Distrito Federal, cuando autoridades que participan en el operativo Veracruz Seguro capturaron a Juan Francisco Alvarado Mortagón "El Pollo", quien intentó evadir un retén de inspección en un auto sin placas, informaron la Secretaría de Marina y el gobierno veracruzano
En el interrogatorio, Alvarado habría revelado el paradero de los entierros ubicados en dos ranchos privados de la región ganadera del estado que durante el año pasado reportó más de 600 ejecuciones.
Las autoridades mexicanas han logrado la ubicación de estos cementerios clandestinos principalmente por delatores que han caído en manos del Ejército, Policía Federal, Marina y la Procuraduría General de la República.
La ubicación de uno de los hallazgos más grandes reconocido hasta la fecha (con 55 cadáveres) en una mina de la turística ciudad de Taxco, Guerrero, fue detectada en mayo de 2010 tras la detención de 15 sujetos que fueron consignados posteriormente.
Situación similar llevó hasta el paradero de 51 cuerpos en Juárez, Nuevo León, estado donde hasta la fecha suman 18 fosas clandestinas, 11 de ellas con restos calcinados en un intento de los criminales por desaparecer las evidencias de las muertes.
Fosas clandestinas en Tamaulipas
Los sitios con el mayor número de fosas clandestinas en México coincide con las cifras más altas de desaparecidos.
De acuerdo con diversas organizaciones civiles, en el presente periodo presidencial (2006- 2012) se han extraviado sin dejar rastro más de 10,000 personas en medio de una lucha frontal contra el crimen organizado.
En Coahuila, donde se tienen expedientes de 364 familias que buscan a sus parientes, la Fiscalía Especial para Desaparecidos reconoció que hay posibilidades de que algunos éstos nunca sean encontrados porque los criminales quemaron los cuerpos hasta las cenizas. "Lamentablemente es la realidad", dijo en septiembre pasado la ex fiscal Lauret Rodríguez.
Hasta esa fecha, el gobierno local tenía contabilizadas 37 fosas . En todas ellas había sólo pequeños fragmentos de los cuerpos casi pulverizados en tambos de lámina por lo que se volvió imposible la identificación a través del ADN. Eran 1,314 restos minúsculos.
Tal situación y la falta de un registro nacional de víctimas del crimen organizado explican en parte el bajo número de identificados. En Durango, por ejemplo, durante el año 2011, se localizaron once fosas con 260 cuerpos, pero únicamente se han reconocido 35.
A pesar de que hay un gran número de entierros clandestinos en los estados fronterizos; el informe de la CNDH reporta también casos en Estado de México, Sinaloa, Quintana Roo, Guanajuato, Hidalgo, Jalisco, Zacatecas, San Luis Potosí, Aguascalientes, Colima, Campeche, Nayarit, Querétaro y el Distrito Federal.
Una situación creciente: en 2007, la misma institución registró sólo once víctimas asesinadas y enterradas en cementerios clandestinos. El año siguiente la cifra ascendió a 41 y en 2009 un total de 71.
El repunte comenzó en 2010, cuando fueron hallados 339 cuerpos y de enero a noviembre de 2011 la cifra alcanzó los 768 cadáveres encontrados en 216 "narcofosas". En diciembre Nayarit reportó seis casos; Jalisco, siete en enero y 10 más en Veracruz en el reciente reporte.
Fuente: Univisión