
El ex presidente Manuel Zelaya dijo el jueves que Honduras es un Estado fallido debido a la violencia que agobia a los hondureños desde que los militares lo derrocaron en 2009.
“Estamos viendo como el Estado se ha deteriorado”, dijo el ex mandatario en un comunicado.
“Y en Honduras se ha producido un Estado fallido desde el golpe a la fecha”.
Afirmó que “no hay otra manera de ver la situación porque se ha
triplicado el crimen y también la impunidad en el país”, tras recordar
que el presidente Porfirio Lobo “prometió (en su campaña) seguridad y no
ha podido cumplirle al pueblo porque hay más violencia”.
El gobierno de Lobo no se ha pronunciado aún al respecto.
Zelaya advirtió que “frente a un Estado fallido, el diálogo por la vida es imperativo”.
Añadió que su recién creado Partido Libertad y Refundación, del cual
es el líder, “hace un llamado vehemente al gobierno de Lobo para que
cese de inmediato su política de buscar soluciones parciales a los
graves problemas y llame inmediatamente a un gran diálogo nacional para
construir las bases de la seguridad democrática y ciudadana en el país”.
“Desde que se perpetró el Golpe de Estado se han fortalecido la
injusticia, la impunidad y el crimen.
El Estado de Derecho como tal ha
dejado de ser el principal agente regulador de las relaciones entre los
ciudadanos de este país, lo que nos ha llevado hasta este estado
fallido”, subrayó.
Para Zelaya, “en Honduras se está generando una crisis que aterroriza
a la población y se ha demostrado que el brazo del crimen se ha
infiltrado en la policía y el sistema de la justicia”.
Zelaya fue depuesto siete meses antes de cumplir su mandato de cuatro
años por intentar convocar una Constituyente para elaborar una nueva
ley fundamental, fundar de nuevo a Honduras y continuar en el poder.
La actual Constitución prohibe la reelección del presidente.
Las declaraciones de Zelaya se producen en momentos en que la
criminalidad agobia a los 8,2 millones de hondureños con el asesinato a
tiros en tres años de unos 23 periodistas, 34 abogados, 58 homosexuales y
numerosos profesionales y políticos.
Las autoridades atribuyen la ola de violencia al crimen organizado y
el narcotráfico internacional que han infiltrado la policía, la que es
depurada por Lobo.
Para el Comisionado Nacional de Derechos Humanos, Ramón Custodio, la
escalada mundial de homicidios de 8,8 por cada 100.000 habitantes es
superada en Honduras.
Esa cifra aquí es de 72,8 por 100.000 habitantes y es superior en más de ocho veces a la tasa mundial.
Al menos 36.036 personas murieron de forma violenta en diez años en
el país, lo que representa un promedio mensual de 286 víctimas, según
estadísticas oficiales.