La norma sobre inmigración más inflexible de Estados Unidos, la ley
HB56 de Alabama, resultó ser también una trampa para ciudadanos y
residentes legales, además de agudizar la confusión de la policía y el
terror de los inmigrantes.
Han pasado exactamente cuarenta días desde la puesta en marcha de la
ley que otorga poderes extraordinarios a la Policía local para que
detenga a individuos cuyo estatus migratorio arroja dudas.
Algunas de
sus partes fueron bloqueadas por un tribunal federal.
La situación ha llegado hasta el punto de que el propio gobernador
republicano Robert Bentley, reconoció ante cerca de 700 miembros de la
Alianza Empresarial de Birmingham que se trata de una norma "muy
complicada", "algo confusa y difícil de explicar".
La ley se ha ensañado con los inmigrantes sin papeles y miles lo han
abandonado todo.
Según el diario 'Huffington Post', el pasado 31 de
octubre la tasa de absentismo en las escuelas públicas registró un
incremento del 80 % en comparación con el promedio del año pasado para
esas mismas fechas.
El impacto económico
El éxodo está dejando sin mano de obra a importantes sectores de la economía estatal, sobre todo en el sector agrícola.
Además, un 25 % de los trabajadores de la construcción se ha ido de
Alabama por culpa de la persecución de los indocumentados.
Faltan manos
que coloquen ladrillos en zonas como el área de Tuscaloosa, afectadas
por los tornados de hace siete meses.
En 2010 Alabama recabó alrededor de 130 millones de dólares en concepto
de impuestos pagados por los indocumentados.
El daño que la ley
supondrá a la economía del estado está por calcular.
Confusión policial
Los pocos inmigrantes que quedan en Alabama, alrededor de 200.000 latinos, describen el clima de miedo
y de incertidumbre en el que viven sumidos.
Incluso ciudadanos y
residentes legales han sido arrestados bajo la presunción de que eran
inmigrantes indocumentados.
En respuesta a las denuncias por discriminación racial, las autoridades
policiales del suroeste de Alabama tienen previsto iniciar este jueves
una serie de talleres de capacitación para policías sobre cómo tratar
con los indocumentados.
No son agentes de inmigración y, según el Gobierno federal, tampoco les
corresponde serlo. Pero la ley HB56 no tiene precedentes y la policía
no cuenta con una guía sobre cómo hacer cumplir la polémica ley sin
atropellar los derechos civiles.
La ley de Alabama forma parte de una serie de normas antiinmigratorias aprobadas en Estados Unidos, tales como la ley de Arizona, que ha generado una sonada polémica en el país.
http://actualidad.rt.com/actualidad/ee_uu/issue_32163.html
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