Transcurrido un año del derrame de crudo en el Golfo de México,
la administración de Barack Obama ha propuesto un plan para extraer más
crudo y gas en el Golfo de México y ante las costas de Alaska.
Ecologistas y republicanos critican severamenten este plan, aunque por
razones bien distintas.
El plan, anunciado por el secretario de interior de EE. UU., Ken
Salazar, supone poner en arrendamiento 15 áreas, 12 en el Golfo y tres
en la plataforma continental cerca de Alaska para su explotación. Las
subastas están previstas para el periodo que va entre 2012 y 2017.
Este movimiento "cauteloso", como lo proclaman las autoridades,
pretende fomentar la producción doméstica del crudo y gas sin sacrificar
los tesoros culturales y medioambientales de las regiones, incluidos
aquellos localizados en la frontera con el Océano Ártico.
Según Salazar, las ventas en Alaska tendrán lugar a finales del
periodo, para que se pueda realizar la necesaria investigación
científica. Por primera vez desde 2008, EE. UU. permitirá la extracción
de crudo y gas en Alaska, una región de gran importancia y fragilidad
medioambiental.
El proyecto persigue reducir la dependencia petrolífera respecto de
países extranjeros y crear empleos, así como combatir los precios
elevados de la gasolina.
Sin embargo, el plan está siendo blanco de las
críticas, tanto por parte de los defensores del medio ambiente, como de
los republicanos.
Los ecologistas condenan la iniciativa porque -aseguran- ampliar la
producción es un “juego de azar irracional”. Aseguran que un año después
del derrame en el Golfo, un desastre que acabó con miles de animales y
de plantas y que contaminó una región famosa por su fauna marina y sus
aves, el Congreso aún no ha adoptado ninguna medida para proteger el
medio ambiente ni a los trabajadores contra este tipo de desastres.
Sostienen que la industria tampoco ha ajustado sus medidas de seguridad
para prevenir emergencias. Además, según varios expertos en asuntos
ecológicos, el clima severo de Alaska dificulta prevenir o afrontar las
consecuencias de derrames u otras incidencias peligrosas para los humanos y el medio ambiente.
Paralelamente, la Administración Obama es criticada por su enfoque en
este asunto por sus principales opositores políticos del partido
republicano, aunque por razones bien diferentes. Con las elecciones
presidenciales en el horizonte, los republicanos tratan de permitir la
explotación petrolífera de más regiones con recursos naturales,
respondiendo así a la inquietud de los norteamericanos por los precios
elevados del petróleo.
A principios de año el partido apoyó varios proyectos que permitirían
realizar una prospección petrolífera mucha más amplia que lo propuesto
este martes y que abarcará los territorios de las costas occidental y
oriental, así como en la parte occidental del Golfo de México y Alaska.
Consecuentemente, los opositores han calificado la iniciativa de los
demócrates de “demasiado limitada”.
Esta polémica generará con toda probabilidad intensos debates en torno
al plan de la administración presidencial, ya que Obama se halla entre
dos fuegos y bajo la presión de un proyecto de oleoducto entre Canadá y EE. UU. que hace unos días provocó protestas multitudinarias.
http://actualidad.rt.com/actualidad/ee_uu/issue_32167.html
http://actualidad.rt.com/actualidad/ee_uu/issue_32167.html