Isabel Soto Mayedo* / PL – Una demanda, interpuesta contra el
gobierno costarricense por enviar policías a entrenarse en la
estadounidense Escuela de las Américas, puso de relieve otra vez la
paradoja del supuesto pacifismo del único país centroamericano sin
ejército.
La denuncia, presentada por el abogado Luis Roberto Zamora a la Sala
Constitucional, recuerda que dictadores y militares practicaron a lo
largo de la historia, en todo el continente, lo aprendido en ese centro
sobre torturas, masacres y violaciones disímiles a los derechos humanos.
Hasta 2002, la institución divulgaba el nombre de sus alumnos bajo la
Ley de Transparencia estadounidense, por lo que transcendió que
estudiaron en ella personajes tenebrosos como Hugo Banzer (Bolivia),
Leopoldo Galtieri (Argentina), Efraín Ríos Montt (Guatemala) y otros.
Cada vez que ocurría alguna tragedia, como la masacre de sacerdotes
jesuitas en El Salvador (1989), también saltaba con frecuencia después
que los responsables habían estudiado en la institución militar
estadounidense.
En el caso de Costa Rica, alegó Zamora, resulta inconstitucional la
relación del aparato civil policial con escuelas militares de
adiestramiento, en particular con una reconocida por propulsar
violaciones de derechos humanos y la destrucción de las democracias de
América Latina.
“La artimaña del ex ministro Fernando Berrocal y el ex presidente
Oscar Arias, de arreglar un supuesto silencio positivo para revertir la
prohibición de envío a esa escuela de asesinos es contrario al principio
de legalidad y de buena fe”, señaló esa fuente citada por el periódico
digital El País.
La declaración de no envío de más personal a la Escuela de las
Américas, decretada por el Premio Nobel de la Paz (1987), constituye un
compromiso internacional obligatorio para Costa Rica, añade.
Zamora, conocido por sus casos para lograr el retiro del apoyo a la
guerra estadounidense contra Irak, la condena a las armas de guerra y la
declaratoria del derecho a la paz en este país, solicitó que se declare
la inconstitucionalidad del envío de personal policial a escuelas
militares.
Costa Rica debe suspender el envío de agentes del orden, en especial,
a la Escuela de las Américas -ahora presentada como Instituto de
Cooperación para la Seguridad Hemisférica-, demandó.
Según el Observatorio para la Escuela de las Américas, fundado por el
sacerdote católico Roy Bourgeois, el país envió a más de dos mil 600
policías a entrenarse en tácticas de guerra a la polémica institución,
cuya sede panameña cerró por la mala reputación ganada en el 2000.
Un año después abrió el Instituto, cuyo programa supuestamente está
orientado a formar especialistas en atención a desastres y combate al
terrorismo, pero es considerado una extensión de la primera.
Defensores de los derechos humanos coinciden en que el cambio fue
“simplemente cosmético” y que los programas de instrucción son muy
parecidos a los desarrollados por su antecesora, comentó el diario La
Nación.
Desde que fuera abolido el ejército en Costa Rica, en 1948, las
distintas administraciones defendieron en la palestra internacional la
imagen paradisíaca del país sin cuerpo armado y amante de la paz.
Sin embargo, los datos acopiados por los activistas sociales
concuerdan en que mientras repetían discursos pacifistas en todos los
foros, enviaban de forma constante a oficiales y efectivos policiales a
preparase en el centro reconocido por servir al afán de sostener el
status quo en América Latina.
El 19 mayo de 2007, Arias prometió al padre Bourgeois cesar esa
práctica cuando terminaran el curso tres agentes que estaban para la
fecha en el Instituto de Cooperación para la Seguridad Hemisférica, en
Estados Unidos.
Pese a la promesa, continuaron los envíos de policías con el
propósito de mantener una fuerza preparada ante el avance del movimiento
social -en el ámbito de la lucha contra la implantación del Tratado de
Libre Comercio Centroamérica, República Dominicana y Estados Unidos- y
en respeto a la tradicional cooperación entre ambos países.
Estados Unidos insiste en que países sin ejército acepten
adiestramiento militar para sus agentes del orden y dos cables de
Wikileaks revelaron cómo el gobierno de ese país cuestionó duramente al
Premio Nobel de la Paz por su respuesta positiva a la petición de
Bourgeois.
Durante su primer mandato (1986-1990), el ex gobernante había
mantenido a los policías ticos estudiando en la Escuela de las Américas,
pero en su segundo período (2006-2010), anunció que no seguiría
permitiendo que militares estadounidenses los entrenaran.
Frente al reclamo de la Embajada de Estados Unidos en San José, el
proponente de la desmilitarización en el hemisferio estuvo ante la
paradoja de ceder a las presiones norteamericanas o asestar un duro
golpe a su credibilidad.
Arias buscó una salomónica solución a la encrucijada: su ministro de
Seguridad Pública, Fernando Berrocal, le enviaría una carta
solicitándole reenviar policías a la Escuela, a la cual no respondería y
con ello daría vía libre al titular de esa carpeta para que procediera
por su voluntad.
Berrocal confirmó que ambos acordaron ese “silencio positivo” para
seguir capacitando fuerzas de la policía local en la academia militar
estadounidense, en 2007, refiere La Nación.
El plan de ambos ex jerarcas gubernamentales fue descrito en un
documento confidencial que el entonces consejero político de la Embajada
de Estados Unidos en Costa Rica, Peter Brennan, redactó el 20 de
diciembre de 2007.
Durante la gestión de la actual presidenta Laura Chinchilla prosigue
esa política, pese a la reiterada exigencia de numerosos sectores de
cesar el adiestramiento militar de los policías costarricenses en el
Instituto de Cooperación para la Seguridad Hemisférica, otrora Escuela
de las Américas.
*Periodista de la Redacción Centroamérica y Caribe de Prensa Latina.