La Plaza Tahrir volvió a recuperar ayer el furor revolucionario que
había perdido en las últimas convocatorias de las ya tradicionales
manifestaciones de los viernes.
Al igual que sucediera unos nueve meses atrás, decenas de
miles de personas llenaron la simbólica plaza para pedir al Ejército que
entregue el poder a un Gobierno civil, y renuncie definitivamente a
tutelar la vida política del país.
Sin embargo, la atmósfera que
se respiraba ayer en el centro de El Cairo era bastante diferente a la
del pasado mes de febrero.
Y no sólo porque el mariscal Mohammed
Tantawi, presidente de la Junta militar, haya sustituido a Hosni Mubarak
como blanco de la ira popular, sino más bien por el perfil ideológico
de los manifestantes. Mientras la Revolución fue liderada por los
jóvenes activistas laicos, ayer Tahrir reflejaba una clara mayoría
islamista.
La Junta quiere designar a 80 de los '100 padres' de la Carta Magna
En
toda una demostración de fuerza a sólo diez días de las primeras
elecciones libres, los Hermanos Musulmanes, el principal partido
islamista de Egipto, así como diversos movimientos salafistas,
trasladaron en autocares hasta la capital egipcia a miles de personas
procedentes de varias partes del país.
Una de ellas era Mohamed Mukhtar,
un estudiante de ingeniería de Tanta, una ciudad situada a unos cien
kilómetros al norte de El Cairo.
"La Junta militar debe abandonar el
poder.
Es inaceptable que quieran imponer su voluntad a la del pueblo a
través del documento Selmy", declaró Mukhtar a Público en un perfecto inglés.
El
joven estudiante se refería al borrador presentado hace un par de
semanas por el viceprimer ministro, Aly al Selmy, que recoge los
llamados "principios supraconstitucionales", una serie de criterios que,
según el Ejército, la futura Constitución no podría violar.
De
aprobarse el documento, el estamento militar gozaría de unos poderes
extraordinarios, situándolo en algunos aspectos por encima del
Parlamento.
Por ejemplo, el Artículo 9 establece que el
presupuesto del Ejército será secreto, y reserva a un comité militar la
iniciativa legislativa en todos los asuntos relativos a las Fuerzas
Armadas.
Además, en un anexo se asigna al Consejo Superior de las
Fuerzas Armadas la capacidad de nombrar a la mayoría de los miembros del
comité que deberá redactar la futura Carta Magna.
En concreto, la junta
seleccionará a dedo a 80 de los 100 miembros entre representantes de la
sociedad civil, como líderes sindicales, religiosos e intelectuales.
Al
nuevo Parlamento sólo le correspondería elegir a los 20 miembros
restantes.
El mariscal Tantawi sucede a Mubarak como blanco de la ira popular
Convencidos
de que obtendrán una gran victoria en las próximas elecciones
legislativas, los islamistas rechazan la posibilidad de quedar relegados
en un segundo plano en la redacción de la nueva Constitución.
De
ahí que, por primera vez desde la pasada primavera, los líderes de los
Hermanos Musulmanes optaran por ocupar las calles como herramienta de
presión a la Junta militar.
Si bien algunos partidos laicos se
sumaron ayer a la convocatoria, otros como el liberal Wafd o los
nasseristas del Karama se descolgaron de la jornada reivindicativa ante
el temor de que fuera capitalizada por los islamistas.
En su posición
subyace el recelo a que una mayoría islamista pueda imponer una
Constitución de tintes teocráticos.
Precisamente, esta división entre
laicos e islamistas ha sido explotada por parte del Ejército durante los
últimos meses para evitar que se constituya un frente opositor único.
Los islamistas están seguros de lograr una gran victoria electoral
Desactivar tensiones
Sin
embargo, algunos candidatos se esfuerzan en desactivar las tensiones
entre ambas tendencias. "Yo no tengo ningún problema con los islamistas.
Ellos están compitiendo de forma legal. Nuestros verdaderos adversarios
son los exmiembros del partido único, que continúan con su práctica
habitual de comprar votos", sostiene Amr Hamzawy, candidato en un
acaudalado barrio cairota, y valor al alza dentro de los sectores
liberales.
Tras la exitosa movilización de ayer, los líderes
políticos confiaban en poder forzar a los militares a introducir
enmiendas sustantivas en el documento Selmy, o bien
descafeinarlo a base de convertirlo en un texto no vinculante.
Otra de
las demandas de la oposición consiste en la consecución del traspaso de
poderes a un Gobierno civil antes del mes de mayo del año próximo.
Según el calendario de los militares, no se formará Gobierno hasta entrado 2013
Según
el calendario actual de la Junta , no se formaría un Ejecutivo
representativo hasta entrado el año 2013, después de las elecciones
presidenciales, ya que tras las elecciones legislativas, en teoría, el
Gobierno continuará respondiendo ante el Consejo Superior de las Fuerzas
Armadas.