Andrea Dufournel ......
¿Cuánto
costará el voto de un diputado?; ¿a cambio de qué obtuvo los votos
necesarios el gobierno para aprobar su tan cacareado, pero insuficiente
presupuesto de educación?, seguramente habrá muchas preguntas sin
respuesta frente a esta nueva afrenta al pueblo chileno.
Un parlamento
en que sus miembros, en muchos casos, se niegan a escuchar a pesar de
que dicen representar a sus “entusiastas” votantes, y que sólo en época
de campaña electoral les recuerdan, respetan, saludan y les tratan de
usted; hoy, esos mismos votantes, esos que han salido a las calles a
exigirles que cumplan con su deber y que, por una vez, legislen de
acuerdo a lo que se les pide, según ellos, se han transformado en
intransigentes.
Cuando vemos a diputados
como René Alinco que llamó a votar en conciencia, y vaya que lo hizo:
con su voto se aprobó la partida de educación, comprobamos que las
negociaciones no son algo nuevo en el parlamento, pensamos ¿cuál es el
precio de la conciencia del Sr. Alinco?... recordemos que también apoyó
la construcción de hidroaysén. Eso no habla muy bien del parlamentario
“independiente” ex PPD y cercano al “partido progresista” (PRO).
La
falta de respeto hacia los votantes, seguramente será “recuperada” en
la campaña que se viene el próximo año, nuevamente nos tratarán de
usted, recordarán que estuvieron con el movimiento estudiantil y social,
apoyo que nos recordarán tiene tanto valor cómo el voto por el “NO” de
Piñera en el plebiscito que echó a Pinochet.
Nuevamente el gobierno, y
en particular la derecha, tiene mucho que agradecerle al PRO de Enriquez
Ominami, cuando uno de sus cercanos les brinda su apoyo.
Cuando
nuevamente la traición hace sombra en los cielos chilenos, debemos
analizar más que nunca qué valor tienen quienes pretenden erigirse cómo
representantes del pueblo, cuando más que representantes transforman su
labor en ganapanes, y vaya que salen caros… bastaría con hacer un
currículo contemplando en vez de pretensiones de sueldo “valor de su
voto”.
Tengo pleno derecho a pensar, sin temor a equivocarme, que algo
deben haber conseguido a cambio.
Las prácticas tan criticadas por la derecha, cuando era oposición, son hoy políticas de gobierno y obvio, ya no extrañan.
El
mayor pecado de los chilenos ha sido permitir que nos traten como
“terroristas, subversivos y revoltosos”, es que nos compran por tontos y
no sólo quienes nos gobiernan, sino quienes llegaron al parlamento
pensando en obtener un trabajo muy bien remunerado, salvo honrosas
excepciones.
Desde que asumió la derecha ha
demostrado que su intención no ha sido mejorar la educación: se han
quitado horas de historia, artes y música, se niegan a reponer las
clases de educación cívica en los planes de estudio de los colegios, se
pretende terminar con la educación pública.
El juego del gobierno, es
dividir para reinar, lo han conseguido… lo que si me queda claro es que
el movimiento estudiantil continuará.
A partir de hoy habrá que organizar y plantarles cara a quienes tienen como único objetivo continuar con su religión neoliberal.
Alguien podrá decir: ¿qué
se ha ganado con tantas marchas, paros y movilizaciones?... se ha
ganado, claro que se ha ganado, poner en el lenguaje de los chilenos lo
injusto del sistema, la diferencia que existe entre la educación de
ricos y pobres, la necesidad de hacer cambios estructurales al sistema
político y social del país, el tema está y quedará instalado, me podrán
preguntar si valió la pena y les puedo decir categóricamente que sí,
valió la pena, esto ha sido la semilla que han sembrado los jóvenes que,
apoyados por sus familias, volveremos a movilizarnos junto a los
trabajadores y espero que ya no nos vuelvan a meter el dedo en la boca
cuando nos vuelvan a tratar de “usted”.