La administración Obama distribuye miles de millones de dólares como
estímulo monetario para algunos de los más grandes contaminadores de
Estados Unidos y les concede exenciones ante abusos ambientales básicos.
En palabras de Steven Chu, secretario de Energía, el objetivo principal
de la administración es “obtener el dinero y gastarlo lo más
rápidamente posible”, para “impulsar la economía y crear puestos de
trabajo para los desempleados”.
Esta información fue difundida por
Kristen Lombardi y John Solomon en Iwatchnews.org, del Centro por la
Integridad Pública (The Center for Public Integrity) y calificada por
Proyecto Censurado 2012 como la 15ª historia periodística más ocultada
por los grandes medios.
El gobierno
concedió más de 179.000 “exclusiones categóricas” para estimular
proyectos financiados por agencias federales, sin la obligación de
someterlos a la revisión dispuesta por la Ley de Políticas Nacionales
Medioambientales (NEPA, por su sigla en inglés).
Los beneficiarios,
entre otros lucrativas compañías energéticas dedicadas a quemar carbón,
como Westar Energy y Duke Energy, el manufacturador químico Du Pont y el
fabricante de etanol Didion Milling, tienen el mayor historial de
serias violaciones ambientales,m pero ahora se han ganado las exenciones
combinadas de la NEPA.
La exclusión del
control ambiental favorece un proyecto de la British Petroleum (BP), que
ostenta el record mundial de inseguridad en la industria petrolera, con
el gigantesco derrame de 2010 en una plataforma submarina en Estados
Unidos y en 2005 tuvo la peor explosión mortal, así como un escape de
benceno a principios de este año.
La exención también libera de control a
la fase preliminar de un experimento de captura de carbón a dos
compañías que levantarán un proyecto con severos reparos
medioambientales que ordinariamente no habría recibido conformidad.
El
llamado financiamiento de “estímulo” por hasta 787 mil millones de
dólares, conocido oficialmente como Ley de Recuperación y Reinversión
Americana”, fue aprobado en febrero de 2009.
Documentos
obtenidos por el Centro para la Integridad Pública demuestran que el
gobierno de Obama ideó un proceso rápido de revisión para determinar si
los proyectos de favorecidos por el estímulo plantean riesgo de daño
ambiental, privilegiando informes entregados de manera voluntaria por
las propias compañías beneficiadas.
Los contaminadores corporativos a
menudo omiten mencionar los riesgos de sus aplicaciones para la salud,
seguridad y, menos, las violaciones ambientales.
De hecho, los
funcionarios de la administración dijeron al Centro que optaron por
ignorar los expedientes ambientales de las compañías, que consideraron
información inútil, de conformidad con la exención del alcance de la
NEPA establecida por los estímulos concedidos.
Traición a los aliados ambientalistas
Los
documentos obtenidos por el Centro muestran que algunos contaminadores
reportaron que sus proyectos podrían causar “riesgos ambientales
desconocidos” o traerían “efectos adversos” sobre recursos sensibles.
Otros reconocieron que producirían peligrosos contaminantes de aire o
metales tóxicos.
Y algunos obtuvieron el dinero del estímulo apenas unas
semanas después de establecerse casos importantes de contaminación. Con
todo, consiguieron exenciones completas de análisis ambientales.
Este
acercamiento de la administración Obama a los beneficiarios de los
proyectos de estímulo lo aleja de sus aliados usuales en el movimiento
verde.
Algunos abogados ambientales dijeron al Centro que las metas de
crear una economía de energía limpia y más trabajos no sobrepasan los
riesgos de entregar el dinero y la supervisión a los más repetidos
violadores de las leyes anticontaminación.
“¿Por
qué traen a alguien que es un actor conocido, le dan dinero del
gobierno y una exclusión ambiental categórica para sus proyectos?”,
preguntó David Pettit, abogado del Consejo de Defensa de los Recursos
Naturales, especializado en litigar casos bajo la ley NEPA.
Los
funcionarios de alto nivel de la administración y los empleados de
carrera que concedieron las llamadas “exclusiones categóricas” de la
NEPA defendieron sus decisiones. Alegaron que estas exenciones eran
esenciales para acelerar más de 30 mil millones de dólares en proyectos
de energía limpia financiados con el estímulo y asignados por el
ministerio de Energía, que ya habrían creado 35.000 trabajos. Observan
que el ministerio otorga con frecuencia exenciones de la NEPA a
proyectos de toda clase.
Y a largo plazo, dijeron, las actividades
eximidas bajo el estímulo servirán para impulsar la eficiencia
energética y reducir la contaminación.
“Lo que
estamos haciendo está proporcionando financiamiento federal al aumento
del rendimiento energético e incrementa el uso de energía limpia”,
aseguró Scott Blake Harris, director jurídico del ministerio de Energía,
que tiene la última responsabilidad en sus decisiones NEPA.
“Pienso que
se envía un buen mensaje al público norteamericano entero,
independientemente de si hay compañías que han decidido hacer
ambientalmente bien las cosas después de hacer malas cosas”.
Fuentes:
-
“Big Polluters Freed from Environmental Oversight by Stimulus,” Kristen
Lombardi and John Solomon, The Center for Public Integrity, November
28, 2010.
http://www.publicintegrity.org/articles/entry/2565/
- Proyecto Censurado:
http://www.mediafreedominternational.org/2011/03/15/big-polluters-freed-from-environmental-oversight/
Student Researcher: Courtney Rider, Sonoma State University
Faculty Evaluator: Keith Gouveia, Sonoma State University
*) Ernesto Carmona, periodista y escritor chileno