En la Fiscalía se radicó una petición para
reabrir uno de los casos emblemáticos de desaparición forzada en el
país.
Al mediodía de el lunes el abogado Pedro Mahecha presentó ante la Fiscalía un derecho de petición para que se reabriera un caso emblemático de desaparición forzada en el país: el de Miguel Ángel Díaz.
Al mediodía de el lunes el abogado Pedro Mahecha presentó ante la Fiscalía un derecho de petición para que se reabriera un caso emblemático de desaparición forzada en el país: el de Miguel Ángel Díaz.
Ese mismo día y hora, pero hace 27 años, Díaz fue
desaparecido en el Magdalena Medio junto a otro dirigente del Partido
Comunista Colombiano.
El episodio cambió la vida de Gloria Mancilla de
Díaz, quien, por emprender una batalla jurídica y social para encontrar a
su esposo, fue forzada desde entonces al exilio junto a sus tres hijas,
ante la gravedad de las amenazas.
Hoy pide que el crimen sea
considerado de lesa humanidad y continúe su investigación.
Si la Fiscalía accede a reabrir esta investigación, de acuerdo con la petición radicada , deberá indagar la responsabilidad penal que puedan tener otros funcionarios que para la época de la desaparición (1984) fungían como autoridades nacionales y locales.
Si la Fiscalía accede a reabrir esta investigación, de acuerdo con la petición radicada , deberá indagar la responsabilidad penal que puedan tener otros funcionarios que para la época de la desaparición (1984) fungían como autoridades nacionales y locales.
El 5 de septiembre de
1984, Miguel Ángel Díaz y Faustino López se dirigieron a la oficina de
Registro de Instrumentos Públicos de Puerto Boyacá (Boyacá) para
legalizar la escritura de una casa de propiedad del Partido Comunista.
A
las 11:30 a.m., Miguel Ángel fue a recoger la escritura y al momento de
salir de la oficina fue introducido a la fuerza en un carro Renault 12,
al que seguía una motocicleta roja, conducida por el detective rural
del DAS Jorge Luis Barrero.
Siete horas después, cuatro encapuchados y el agente del DAS irrumpieron en el apartamento de Faustino, de donde, de acuerdo a la versión de los vecinos, lo sacaron en un costal y lo subieron a un carro.
Siete horas después, cuatro encapuchados y el agente del DAS irrumpieron en el apartamento de Faustino, de donde, de acuerdo a la versión de los vecinos, lo sacaron en un costal y lo subieron a un carro.
Por estos hechos, el Juzgado
Primero Penal del Circuito de Tunja, el 29 de mayo de 1986, condenó por
el delito de secuestro simple al agente Barrero, capturado el 17 de
julio de 1987 y recluido en la cárcel El Barne, hasta el 27 de febrero
de 1990, cuando fue puesto en libertad por pena cumplida.
Las
amenazas y los seguimientos a Gloria y sus hijas fueron recurrentes
desde el día de la desaparición. Eran comunes las llamadas telefónicas
que decían “las vamos a matar a todas, dile a tu mamá que no lo siga
buscando, porque las vamos a matar”.
Por esas circunstancias, cada dos
años cambiaban de vivienda, hasta que en 2002, cansadas de la
persecución, se exiliaron en España.
Gloria volvió a Colombia en 2003,
pero, dos años después, luego de que personas extrañas entraran a su
casa, revolcaran todo y le dejaran sobre su escritorio un libro escrito
por el jefe paramilitar Salvatore Mancuso, volvió al exilio.
Recientemente, en el mes de febrero, un mural con la foto de Miguel
Ángel, que realizaron sus familiares para exaltar su memoria, fue
tachado con mensajes que lo calificaban como terrorista.
La historia de Miguel Ángel y su familia, sin embargo, no empieza con su desaparición.
La historia de Miguel Ángel y su familia, sin embargo, no empieza con su desaparición.
En septiembre de 1979 fue declarado insubsistente de su
cargo en el Instituto Colombiano de Cultura, junto a su esposa, por
participar en un paro nacional de trabajadores al servicio del Estado.
Ocho años después, el 7 de octubre de 1987, el Tribunal Contencioso
Administrativo de Cundinamarca les dio la razón y ordenó el reintegro de
Miguel Ángel a su cargo.
Pero él no asistió, llevaba tres años
desaparecido.
Tres meses después, el entonces director de Colcultura
revocó el reintegro argumentando simplemente que Miguel Ángel Díaz no se
presentó.
Como si fuera poco, por todas las dificultades
derivadas de la desaparición forzada de su esposo, Gloria Mancilla
empezó a atrasarse en el pago de una casa que había adquirido con su
esposo a través de un crédito.
Y el Fondo Nacional del Ahorro (FNA)
inició un proceso de embargo que terminó el pasado 12 de mayo, cuando la
mitad de la casa fue rematada por el juez 26 Civil del Circuito de
Bogotá, Leonardo Antonio Caro, cumpliendo órdenes de la Sala Civil del
Tribunal Superior de Bogotá.
Ese día, el juez recibió en sobre cerrado
12 ofertas.
Pero sólo una prometía una suma por la mitad de la casa.
Las
otras 11 contenían una hoja con el rostro de Miguel Ángel y un letrero
que decía: “Los bienes de los desaparecidos no se rematan”.
Veintisiete
años después de la desaparición de Miguel Ángel Díaz, en el derecho de
petición de 26 páginas que radicó ayer su apoderado, Gloria Mancilla
expresa:
“No es fácil describir el impacto emocional familiar por la
desaparición de Miguel Ángel.
Aquí sólo menciono lo difícil que ha sido
explicar a las niñas la ausencia de su padre, el esfuerzo de mitigar su
dolor (...)
El impacto para los padres de mi esposo fue tan grande que
los fue consumiendo la tristeza, hasta que finalmente se los llevó”.
La
historia de Miguel Ángel Díaz hace parte de los cerca de 27.000 casos de
desaparición forzada que existen en el país.
Fuente: http://www.elespectador.com/impreso/judicial/articulo-297185-lucha-de-familia-diaz-mancilla