La Casa Blanca sufrió una sacudida el martes, no solo a causa del
terremoto de magnitud 5,8, sino también por las crecientes protestas
frente a la casa presidencial. Más de 2.100 personas dicen que se
arriesgarán a que las arrestasen en las próximas dos semanas.
Se oponen
al proyecto del oleoducto Keystone XL, diseñado para transportar crudo
pesado de las arenas de alquitrán de Alberta, Canadá, a refinerías de la
Costa del Golfo de México en Estados Unidos.
En arquitectura,
'Keystone', que significa “piedra angular”, es la piedra en la cima de
un arco que lo mantiene en pie.
Sin ella, la estructura se caería.
Al
exponerse al riesgo de ser arrestados, como ya sucedió al momento de
escribir esta columna con más de 200 activistas, estos practicantes de
la orgullosa tradición de la desobediencia civil estadounidense esperan
hacer colapsar no solo el proyecto del oleoducto, sino también hacer
tambalear la dependencia de los combustibles fósiles que está acelerando
el cambio climático.
Bill McKibben fue uno de los arrestados.
McKibben es el ambientalista y autor que fundó el grupo 350.org,
nombrado así por el límite máximo seguro de dióxido de carbono en la
atmósfera, que es de 350 ppm (partes por millón).
El planeta actualmente
está en las 390 ppm.
En el llamado a la acción para sumarse a la
protesta, McKibben, junto a otros como la periodista Naomi Klein, el
actor Danny Glover y el científico de la NASA James Hansen, afirman que,
en palabras del propio McKibben, el oleoducto de Keystone “equivale a
encender la mecha de la mayor bomba de carbono del planeta.
De modo que
necesitamos que el Presidente y el resto del gobierno centren mucho más
su atención en el cambio climático”.
El movimiento de oposición a
Keystone XL abarca desde activistas y científicos hasta pueblos
indígenas de los llanos y bosques boreales que corren peligro en Canadá,
donde se encuentran las arenas de alquitrán, pasando por productores
rurales y agropecuarios de la región ecológicamente vulnerable de Sand
Hills en Nebraska, estudiantes y médicos.
Cuando le preguntaron
por qué las protestas frente a la Casa Blanca se desarrollaban mientras
el Presidente Obama está de vacaciones con su familia en Martha’s
Vineyard, McKibben respondió:
“También estaremos aquí cuando regrese.
Nos quedaremos durante dos semanas, todos los días.
Se trata del primer
acto de desobediencia civil de esta magnitud del movimiento
ambientalista en años”.
Apenas a unos kilómetros al este de
Martha’s Vineyard y hace exactamente 170 años, en Nantucket, Frederick
Douglass, el esclavo escapado, abolicionista, periodista y editor, dio
uno de sus discursos más importantes ante la Sociedad de Massachusetts Contra la Esclavitud.
Douglass es famoso por haber pronunciado una de las verdades
fundamentales acerca de la organización de las bases:
“El poder no
otorga nada si no se le presiona. Jamás lo hizo y jamás lo hará”.
Exigir
cambios es una cosa y lograr un cambio en Washington D.C. es otra, en
particular considerando la hostilidad de la Cámara de Representantes
—controlada por los republicanos— a cualquier legislación contra el
cambio climático.
Es por eso que las protestas contra el oleoducto
Keystone XL se están desarrollando frente a la Casa Blanca.
Obama
tiene el poder de detener la construcción del oleducto.
La empresa
canadiense que está detrás del proyecto, TransCanada, solicitó un
permiso al Departamento de Estado de Estados Unidos para construir el
oleoducto.
Si el Departamento de Estado niega el permiso, el oleoducto
Keystone XL estará muerto.
La gran devastación ambiental provocada por
la extracción de petróleo de las arenas de alquitrán continuaría, pero
sin fácil acceso a las refinerías y al mercado estadounidenses, el
proceso sin duda se demoraría.
Los ejecutivos de TransCanada
confían en que Estados Unidos les otorgará el permiso a fin de año.
Los
políticos republicanos y la industria petrolera publicitan el proyecto
diciendo que generará puestos de trabajo en la construcción bien
remunerados, e incluso han tenido apoyo de algunos sindicatos.
En
respuesta a esto, dos grandes sindicatos, el Sindicato Unido de Tránsito
y el Sindicato de Trabajadores del Transporte, que representan a más de
300.000 trabajadores, pidieron al Departamento de Estado que negara el
permiso a la empresa canadiense.
Expresaron en un comunicado de prensa
conjunto: “Necesitamos puestos de trabajo, pero no basados en aumentar
nuestra dependencia del petróleo de las arenas de alquitrán. ...Se
podrían generar muchos empleos basados en el desarrollo de la
conservación energética, en la modernización de la red de electricidad,
en el mantenimiento y la expansión del transporte público; empleos que
nos pueden ayudar a disminuir la contaminación del aire, las emisiones
de gases de efecto invernadero y mejorar la eficiencia energética”.
Dos mujeres canadienses, la actriz indígena Tantoo Cardinal, que protagonizó la película Bailando con lobos y Margot Kidder, que hizo el papel de Luisa Lane en Supermán,
fueron arrestadas junto a más de 50 personas justo antes de que el
terremoto sacudiera la costa este el martes.
El ambientalista Bill
McKibben dijo en Washington:
“Se necesitará más que un terremoto o un
huracán para lograr preocuparnos. Estaremos aquí hasta el 3 de
septiembre”.
Y continuó: “Tenemos la esperanza de generar un temblor de
magnitud 8 en la escala de Richter en el sistema político el día que
Barack Obama diga 'no' a los grandes proyectos petroleros y nos recuerde
a todos por qué nos alegró tanto su elección.
El oleoducto de arenas de
alquitrán es la prueba a la que deberá someterse”, concluyó.
Denis Moynihan colaboró en la producción periodística de esta columna.
© 2011 Amy Goodman
Texto en inglés traducido por Mercedes Camps. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español. Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org
Amy
Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional
que se emite diariamente en más de 550 emisoras de radio y televisión en
inglés y en más de 250 en español. Es co-autora del libro "Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos", editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.