La guerra en Libia ha causado graves daños económicos al país norteafricano: la industria petrolera
perdió 50.000 millones de dólares y es solo una cara de la moneda ya
que los costes del conflicto para los países occidentales superan esta
suma varias veces.
¿Sus gastos están justificados?
En realidad las pérdidas ocasionadas por la suspensión de las
exportaciones de petróleo se estiman en torno a los 20.000 millones de
dólares.
"Si sumamos las pérdidas de la consiguiente destrucción de infraestructura,
la cifra total podría elevarse a 50.000 millones de dólares", indicó el
ministro de Planificación y Finanzas de Libian del Gabinete de Gaddafi,
Abdulhafid Zlitni.
Pero los expertos añaden que si Libia puede alcanzar la estabilidad
política, podría comenzar a producir entre 250.000 y 300.000 barriles
diarios dentro de 3-4 meses.
Alcanzar los niveles anteriores a la guerra
(1,6 millones de barriles diarios) llevará un año o más.
Los analistas indican que a diferencia de Irak, donde las sanciones
económicas afectaron gravemente al estado de la infraestructura
petrolera, las instalaciones de Libia se encuentra en buena forma y se
han beneficiado de las inversiones occidentales.
Los meses de lucha han sacudido también a los mercados mundiales del
petróleo.
Los Estados Unidos importan menos del 1% de su crudo de Libia
pero países europeos como Francia e Italia dependen fuertemente de las exportaciones del país.
Lo que, según varios expertos, figura como una de las razones principales del conflicto.
El precio de la participación de EE. UU. en la guerra en Libia ya
ascendía a 896 millones de dólares el 31 de julio, según el Pentágono.
Si la misión mantiene el mismo ritmo que en los primeros cuatro meses,
su coste llegaría a 2.700 millones de dólares durante el transcurso de
un año, aunque es poco probable.
Los contribuyentes estadounidenses
simplemente no sostendrán el peso de una guerra más larga. Se prevé que el conflicto en Libia termine en septiembre.
Pero si tomar en consideración los planes de Occidente, sus gastos
podrían ser justificados ya que los países esperan recibir no solo el
crudo libio, sino también las concesiones para su extracción.
Para
acelerar la resolución de la cuestión del petróleo, los países
occidentales se declaran dispuestos en un futuro próximo a poner a
disposición de los rebeldes los activos bloqueados de Gaddafi, que se
destinarán a cumplir varios objetivos, incluida la reconstitución del
sector petrolero.
Los intereses en Libia ya han sido expresados por
Italia, Francia, Gran Bretaña y Alemania.
El grupo energético italiano ENI fue el primero en firmar con el
Consejo Nacional de Transición de Libia un memorando que refuerza la
colaboración entre ambas partes.
El jefe de la compañía italiana, Paolo
Scaroni, declaró que en futuro próximo la empresa reanudará su trabajo
en la región.
Esto no es sorprendente porque a pesar de los planes de la creación de
la desarrollada Yamahiriya, Libia sigue formando parte del Gran Oriente
Próximo, la principal 'gasolinera' del mundo occidental.
Y Occidente ha
vuelto a demostrar que puede influir profundamente y que los otros
jugadores (Rusia, China, Brasil) aquí tienden a ser forasteros.
Articulo completo en: http://actualidad.rt.com/economia/global/issue_28964.html
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