
Han visto a miembros de la familia real saudí bailando en los
corredores del palacio en Riad.
El heredero del trono libio, el príncipe
al-Senussi, sobrino del rey Idriss que fue depuesto por Muamar Gadafi y
otros en un incruento golpe militar en 1969, se ha lanzado a una
ajetreada campaña de autopromoción, diciendo que está listo para volver a
Libia e incluso para “dirigir el país”.
Nada en el mundo podría
ser más dulce para la Casa de Saud –profundamente disgustada por la
mayoría de las repúblicas seculares árabes– que un emirato amistoso
totalmente nuevo en el Norte de África.
Pero la OTAN, la
verdadera vencedora de la guerra tribal/civil libia, puede tener otras
ideas. Mahmud Jibril –el incierto primer ministro del Consejo Nacional
de Transición, hablando en Qatar, ha agradecido explícitamente por su
nombre a los vencedores: Francia, Gran Bretaña, EE.UU., Qatar y los
Emiratos Árabes Unidos.
De estos cinco primeros, los tres occidentales
principales podrían aceptar, en teoría, un emirato dócil –mientras no
muestre tendencias ultra fundamentalistas al estilo de Waziristán del
Norte, como en el área tribal de Pakistán.
Queda por ver, porque
en esta etapa nadie conoce realmente el grado de influencia que podrán
tener los islamistas en la Libia post Gadafi. Dentro de una semana, en
París, podrán poner sobre la mesa algunas respuestas: es cuando los
“amigos de Libia” (FOL, por sus siglas en inglés) se reunirán con el
líder del Consejo Mustafa Abdul Jalil y el primer ministro Jibril para
hablar en serio sobre lo que preparan para que sea un nuevo protectorado
de la OTAN.
Mientras tanto, de Bengasi a las capitales europeas se baila al ritmo de un super éxito de Guns 'n Roses rebautizado ahora Sweet Crude of Mine
(Dulce crudo mío). Francia y Alemania ya están presionando a la
dirigencia de los “rebeldes de la OTAN” para obtener suculentos
acuerdos, Italia comienza hoy (el primer ministro Silvio Berlusconi se
reúne con Jalil en Milán) y los británicos y estadounidenses están a
punto de hacer lo mismo.
Hasta ahora la Compañía Petrolera
Nacional de Libia otorgaba los contratos de servicio para antiguos y
lucrativos campos petroleros esencialmete a las subsidiarias nacionales
libias.
Pero lo que quieren realmente BP, Total, Exxon Mobil y la
compañía petrolera de Qatar es una participación seria en nuevos
yacimientos, y esos famosos acuerdos para compartir la producción (PSA)
que permiten beneficios estratosféricos.
Quieren todo el auge que no
consiguieron en Iraq –donde algunos de los contratos más suculentos se
entregaron a protagonistas rusos, chinos o malasios.
En cuanto a
los protagonistas que ya estaban en suelo libio, como Repsol de España y
ENI de Italia, planifican volver a operar antes del fin de septiembre.
Nadie sabe lo que pasará con las inversiones chinas.
Lo que WikiLeaks
ya había revelado [1] ciertamente volverá a ocurrir en la forma de
peleas de perros, como entre compañías estadounidenses y ENI de Italia
por los mejores contratos.
En gran parte debido a los estrechísimos
lazos de “bunga bunga” Berlusconi con Gadafi, ENI ya estaba bombeando
casi 200.000 barriles de petróleo al día antes de la guerra
tribal/civil.
En todo caso, desde el punto de vista de las
corporaciones vinculadas a los “vencedores” de la guerra, la
desaparición de Gadafi ya es una garantía segura de contratos ultra
dulces y de una serie de concesiones.
Seguid la pista del dinero
En el frente bancario, una vez más, WikiLeaks
ya había revelado [2] que la privatización del banco central de Libia
se consideraba una “oportunidad” dorada para los bancos de EE.UU.
Es muy
probable que el banco “rebelde” fantasma facilitado por HSBC se haga
cargo, obviamente no de forma independiente como el anterior Banco
Central de Libia, sino alineado con el Banco de Pagos Internacionales
(BIS) basado en Suiza, el banco central de los banqueros centrales.
De
modo que adiós a las “subversivas” ideas unificadoras de Gadafi
como librarse del dólar estadounidense y del euro de modo que las
naciones árabes y africanas comenzaran a comerciar con una nueva moneda
única, el dinar de oro.
Es crucial señalar que la mayoría de las
naciones africanas –y muchos árabes– respaldaron la idea.
Los únicos
serios oponentes en la región fueron Sudáfrica y la Liga Árabe
(influenciada por la Casa de Saud). Obviamente Washington y la Unión
Europea (UE) estaban furiosos, hasta el punto de llamar a la OTAN al
rescate.
Nunca se recordará lo suficiente que Iraq a finales de
2002, bajo Sadam Hussein, comenzó a aceptar pagos en euros en lugar de
dólares de EE.UU. por su petróleo.
Todos saben lo que pasó a
continuación. No os metáis con el petrodólar o ya veréis…
De modo
que el petróleo y el flujo de dinero estarán seguros en manos de los
“vencedores”.
Ahora, en cuanto al propósito estratégico el Africom del
Pentágono –después de su primera guerra africana exitosa– será
recompensado con su primera base africana, abandonando así su cuartel en
esa adorable selva africana, Stuttgart.
Y la OTAN continuará su sagrada
misión de convertir el Mediterráneo en un “lago de la OTAN”.
Ya tiene
el Norte de África en el bolsillo; ahora va a por el Mediterráneo
Oriental, para darles una lección a esos molestos sirios.
¿Quién es dueño de esta bandera?
Calificar
el reparto de personajes del CNT de “incierto” en realidad es un
eufemismo.
Virtualmente todos son “invisibles”. Pocos recordarán que
Jalil del CNT fue el juez que condenó a muerte a las enfermeras
búlgaras, un caso tristemente célebre en Francia que justificó la dura
intervención del neo napoleónico Nicolas Sarkozy, quien incluso dispuso
que su esposa-trofeo, Carla Bruni, sedujera al Gran G.
Una vez liberadas
las enfermeras, Jalil fue ascendido por Gadafi a ministro de justicia y
estuvo en el cargo desde 2007 hasta su deserción oportunista en febrero
pasado.
Es un espejismo creer que ese variopinto grupo variado
de miembros contrariados de las tribus, islamistas radicales,
“socialistas” falsos del tipo Tony Blair, oportunistas cínicos en la
nómina de gigantes petroleros, desertores militares y gamberros totales,
orará en el altar de la “democracia”.
Además de que invitaron a la OTAN
y a las retrógradas monarquías árabes a bombardear su patria,
ciertamente no donde viven, sino “el otro lado”, Tripolitania.
Queda
por ver cómo se relacionarán la mayoría de la gente y de las tribus en
Tripolitania con la toma del poder por los de Cirenaica, a los que
ven como humildes patanes campesinos.
Ya están furiosos por que los han
degradado en la nueva bandera libia, que es básicamente la bandera de
Cirenaica (rectángulo negro con una media luna islámica blanca) con dos
franjas adicionales, rojo para Fezzan y verde para Tripolitania.
Nadie
sabe cómo se desarrollará la próxima etapa de esta guerra “cinética”
que no es una guerra (copyright: La Casa Blanca).
Sin embargo, hay
motivos serios para creer que puede convertirse en un remix devastador
de los escenarios de los “talibanes derrotados” en 2001 y de “Misión
Cumplida” en 2003.
Beduinos y bereberes, en la guerra, se
concentran en retiradas estratégicas y emboscadas.
Es decir: guerrilla.
Nadie sabe con qué grado de apoyo tribal puede seguir contando Gadafi no
solo alrededor de Trípoli sino en su feudo de Sirte o en los altos
desiertos.
Pero es seguro que irá por el camino de la guerrilla.
La
pregunta de los 100.000 millones de dólares (la cantidad de fondos
libios que serán descongelados por los “vencedores) es si terminará como
Sadam o escenificará “la ruta sin fin” como los talibanes.
Nota
Pepe Escobar es autor de “ Globalistan: How the Globalized World is Dissolving into Liquid War ” (Nimble Books, 2007) y “ Red Zone Blues: a snapshot of Baghdad during the surge ”. Su último libro es “ Obama does Globalistan ” (Nimble Books, 2009). Puede contactarse con él en: pepeasia@yahoo.com .
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