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Cuba: Rosa María Payá no debe estar al frente de la CIDH

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Marco Rubio y Rosa María Payá

El Secretario de Estado Marco Rubio ha propuesto a la agente anticubana Rosa María Payá Acevedo como Comisionada de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la Organización de Estados Americanos.

Más allá de la opinión que se pueda tener de la OEA, calificada por muchos como el Ministerio de Colonias de los Estados Unidos para América Latina, esto es una amenaza seria para nuestros pueblos.

A pesar del claro sesgo que la OEA y sus organismos siempre han mostrado contra los gobiernos antiimperialistas de la región como Cuba, Venezuela, Nicaragua y Bolivia, la OEA de alguna manera ha significado una estructura en la que la diplomacia de carrera y el derecho han tenido han tenido cierto espacio de maniobra, ya sea contribuyendo a la resolución de conflictos, e incluso como foro ante el cual los movimientos sociales y populares en determinados momentos han logrado defender sus derechos ante ciertos gobiernos.

Con una persona como Rosa María Payá en la CIDH se vendría abajo cualquier pretensión al respecto lo que, de más está decir, pondría en peligro la estabilidad de la propia región.

Rosa María Payá no es una "activista" más por los derechos humanados. De hecho, su prontuario tiene más que ver con --a menudo fallidas-- campañas políticas contra determinados gobiernos, especialmente el de Cuba, que con el más mínimo compromiso con los derechos humanos en la región.

Por ejemplo, jamás se ha pronunciado sobre los derechos de los pueblos originarios, sobre temas como la discriminación, el racismo y la pobreza en Las Américas y, en una cuestión de candente actualidad, contra las deportaciones masivas de migrantes realizadas por la administración Trump.

La agente anticubana no es abogada ni posee formación académica en la defensa de los derechos humanos, un requisito que sí cumplen los otros nominados al cargo de Comisionada de la CIDH.

Desde su llegada a Estados Unidos en el 2013, Payá Acevedo ha recibido apoyo, no solo de todo tipo de políticos ultracoservadores de Estados Unidos, sino también millones de dólares de la USAID -- una organización que en apariencia eliminó la mayoría de sus programas de injerencia política por ineficaces y corruptos. Uno de los padrinos de toda la vida de Payá ha sido el hoy Secretario de Estado Marco Rubio.

En realidad, en caso de ser electa comisionada de la CIDH, Rosa María Payá promete poner a la OEA al servicio de las políticas de la Casa Blanca contra Cuba, Venezuela y Nicaragua, tres países que ni siquiera son miembros de la organización. Las organizaciones de Derechos Humanos de los otros países miembros que crean que podrán hacer avanzar sus agendas con Payá serán olímpicamente ignoradas en la medida que estas no coincidan con los intereses de los Estados Unidos.

Rosa María Payá guarda un silencio vergonzoso respecto a las deportaciones masivas de migrantes a países latinoamericanos y caribeños, callando también sobre la represión en las redadas de ICE en Estados Unidos, así como sobre la violenta represión militar de las protestas sobre estos temas en varias ciudades de Estados Unidos.

El apoyo de Payá y su patrón político, Marco Rubio, al ilegal bloqueo estadounidense contra Cuba, rutinariamente condenado por la Asamblea General de la ONU desde hace décadas y defendido por Israel y algún otro país aislado, no son compatibles con el respeto a los Derechos Humanos porque de manera comprobada violan indiscriminadamente los derechos de toda la población cubana.

El apoyo de Payá a la campaña de desprestigio de Estados Unidos contra las misiones médicas de Cuba en países de la región es otro aspecto difícilmente compatible con la defensa de los derechos humanos, especialmente tomando en cuenta de que estas misiones tienen el total apoyo de los gobiernos que las albergan y que con ello logran paliar sus carencias en el terreno de la salud.

Payá en diversas ocasiones ha insultado a la mayoría de los gobernantes progresistas de la región que en un punto u otro no se hayan plegado a la línea oficial de Washington, llamándolos "déspotas", "terroristas", o "agentes de Cuba". Estamos hablando de gobiernos de países grandes como Brasil, Chile o México. Por otro lado, ha elogiado regímenes dictatoriales como el de Jeanine Áñez en Bolivia, responsables de verdaderas masacres contra la población.

La elección de una persona como Rosa María Payá Acevedo, que no cumple con los más elementales estándares de los derechos humanos universalmente reconocidos significaría un duro revés para los mismos en nuestra región. Ciertamente, sería un elemento más de la deriva de la OEA hacia su irrelevancia política, pero al mismo tiempo, mientras no existan otras instancias a nivel regional, significaría también un grave peligro de acelerada brutalización de la política en nuestro hemisferio.

https://telegra.ph/Rosa-Mar%C3%ADa-Pay%C3%A1-no-debe-estar-al-frente-de-la-CIDH-06-23

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