CHEVIGE GONZÁLEZ MARCÓ – ESPECIAL CIUDAD CCS – Ninguna zona de exclusión aérea aprobada por el Consejo de Seguridad de la ONU ha finalizado sin el despliegue de tropas terrestres en el país agredido.
Sucedió en Irak, sucedió en la antigua Yugoslavia. Las mismas potencias que se encomendaban a la “protección” de la población civil y a la defensa de la paz mundial coronaron con horribles masacres su actuación.
No tenemos razones para pensar que en Libia dejará de pasar lo mismo. Sobre todo cuando el secretario de Defensa de Estados Unidos, Robert Gates afirma que la división de Libia en dos pedazos puede ser una salida a la crisis.
La misma receta aplicaron en Yugoslavia.
Desde el inicio de la zona de exclusión aérea hasta nuestros días, la antigua República Federal de Yugoslavia fue separada en 7 nuevos países. Incluso, Serbia fue vuelta a picar para crear Kosovo. Todo a la medida de Estados Unidos y las potencias europeas.
La zona de exclusión aérea en los Balcanes funcionó de 1992 a 1995. En 1994, la OTAN inició los bombardeos. El presunto objetivo era parar los enfrentamientos entre croatas, serbios y bosnios. Desde entonces, la ocupación y la intervención no paró.
Entre marzo y junio de 1999, la OTAN efectuó indiscriminados ataques aéreos, destruyó la infraestructura de Serbia y causó la muerte a más de 3 mil personas.
Mientras las fuerzas militares atlánticas asfixiaban a Belgrado; la guerrilla kosovar culminaba su campaña de terror, al contrario de lo que informaban los medios. Ellos sí aplicaban las políticas de tierra arrasada contra los civiles.
Kosovo es, hoy en día, una gran base militar estadounidense y uno de los centros más importantes de operación del narcotráfico internacional. La fórmula inicial les va a sonar familiar, satanizaron al Gobierno de Serbia y lo acusaron de ejecutar limpieza étnica y crímenes de lesa humanidad.
En Libia han cumplido paso a paso el libreto. En el Oriente se encuentran los bastiones opositores, en el Oriente está el petróleo.
La ONU aprobó una zona de exclusión aérea, los militares británico dicen que ya han cumplido el “objetivo”: destruyeron, según ellos, la infraestructura de defensa aérea y la aviación militar.
¿Por qué siguen, entonces, bombardeando?
