La publicidad ha evolucionado a ritmo del talento de los creativos más audaces e independiente al devenir de la conciencia social sobre el medio y nosotros mismos.
Lo que en su día eran campañas inocuas de la industria hoy se han revelado, cuanto menos, política y socialmente incorrectas o ridículas.
Otras veces, pequeñas casualidades, endurecimiento de la normativa o terribles accidentes han convertido aquellos anuncios en recuerdo irónico de nuestros peores tropiezos.
Aquí unos pequeños pero increíbles ejemplos.
Anuncio aparecido en la revista Life en febrero de 1962: ” [...] Este glaciar gigante se ha mantenido durante siglos sin derretir.
Sin embargo, la energía proporcionada por el petroleo de Humble - si se convierte en calor – puede hacer que se derrita a un ritmo de 80 toneladas cada segundo [...].”
Uno de los símbolos de la lucha contra el cambio climático utilizado como banco de pruebas para la industria del petroleo. Hoy podría ser perfectamente una campaña de concienciación de Greenpeace
Fuente: Snopes
Campaña institucional pronuclear del Consejo de Energía Norteamericano en varios medios durante la primavera de 1999.
Si bien estadísticamente ofrece una afirmación poco cuestionable y llamativa, los grandes accidentes la convierten en ironía al servicio antinuclear.
Las plantas nucleares son tan ‘buenas’ para la atmósfera como la Ciudad Encantada de Cuenca o el monolito de “2001 una odisea en el espacio” …eso siempre y cuando no ocurra en ellas ningún desgraciado accidente.
Fuente: Ecologist
Años cuarenta. Otro de los ‘futuros’ grandes símbolos contra el cambio climático antropogénico al servicio de una empresa de anticongelantes.
Una campaña que hoy no pasaría el filtro ni del peor fabricante de braseros para jubilados, teniendo en cuenta el papel de ‘emprendedor ‘ que le está tocando protagonizar al Oso Polar en su deteriorado hábitat.
Un ejemplo brutal de la ironía retrospectiva de la historia cuando se mezcla fatalidad con la ineptitud del desarrollo mal concebido. Anuncio de 1962. 22 años antes de la más grave catástrofe industrial de la historia.
El accidente de la fábrica de pesticidas que la misma empresa construyó con graves deficiencias en Bhopal.
Lo realmente irónico de la campaña es la imagen del anuncio derramando como ‘elixir’ o ‘abono al desarrollo’ el mismo engendro que dos décadas más tarde iba a provocar la muerte y contaminación de toda una comarca.
Si un guionista de South Park tuviera hoy que ambientar un capítulo en Nueva York, seguro se inspiraría en esta campaña.
La historia vapulea con grandes dosis del humor negro a esta empresa y por partida doble. Eligiendo un material que se demostró insano y cancerígeno y seleccionando el peor de los escenarios posibles.
El mensaje hoy parece decir: “Tranquilo, si no te mata el fuego, te matará el amianto, Bin Laden, o las hordas de conspiranoicos…”
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