Los Somoza “Estirpe Sangrienta”
Pedro Joaquín Chamorro
Pedro Joaquín Chamorro
“De las cárceles de Somoza tenía una dolorosa experiencia. Sabía que torturaban y asesinaban a los prisioneros. Una vez vi a Anastasio, hijo, con una venda de boxeador atada a su mano derecha, entrar en una pequeña estancia de donde salían los quejidos del mayor Domingo Paladino, quien --atado de manos y pies-- recibía estoicamente los golpes. Sabía que, junto con Teodoro Picado, hijo, Anastasio, hijo, había colgado de los testículos a Jorge Ribas Monte. Conocí las torturas de mis primos Humberto y Tito Chamorro, y de centenares de nicaragüenses torturados en investigaciones presididas por los Somoza”
Hasta los perros aullaban de terror
“Además del foso y la electricidad, los Somoza usaban el innoble expediente de atar los testículos de los prisioneros con un fino mecate de manila y hacer un nudo corredizo y tirar bestial o delicadamente de él… A Jorge Ribas Monte, asesinado en las cárceles de Managua, le hicieron eso en 1954, y contaba él a sus compañeros de prisión, entre los que me encontraba yo, que Tacho, hijo, le puso el pie sobre el pecho para que el encargado de la manila la halara con más eficacia… los gritos de dolor se escuchaban en las celdas de los demás prisioneros, y los perros de la Casa Presidencial aullaban cuando torturaban a los presos”
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