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La leyenda negra de Frank Sinatra

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Francis Albert Sinatra nació el 12 de diciembre de 1915 en Hoboken, Nueva Jersey.

Hijo de unos emigrantes italianos luchó mucho hasta hacerse un gran hueco en el espectro musical en los años 40. 

La carrera musical de “la voz” es sobradamente conocida, así como su carrera cinematográfica que fue recompensada con un Oscar de la Academia de Hollywood.

Pero las luces de Frank Sinatra se ven eclipsadas de vez en cuando por decenas de leyendas urbanas acerca de su carrera profesional y su vida privada.

Algunas son más conocidas que otras.

En el décimo aniversario de su fallecimiento queremos rescatar algunas de ellas.

Sinatra fue ligado a la mafia desde que su carrera profesional empezó a cosechar éxitos.

Quizá se podría atisbar algún contenido xenófobo en esos comentarios que corrían por los mentideros de la sociedad norteamericana de la época, pero era difícil entender como un humilde italo-americano podía hacer carrera de manera honrada.

O eso pensaba parte de la sociedad.

Investigando en la leyenda negra de Sinatra siempre la mafia es el denominador común.

Incluso cuando se hablaba de su relación con J. F. Kennedy.

Es conocida, aunque no demostrada, la gran labor que hizo Sinatra para que JFK consiguiese una apretada victoria en el populoso estado de Illinois. 

Y claro, la leyenda no sería leyenda si el bueno de Frank no hubiese acudido a sus amigos de la mafia para interceder en favor de Kennedy. 

“Qué mejor que un presidente católico”, pensarían los chicos de Sam Giancana y compañía.

Según contaba esta maliciosa leyenda, Kennedy estaba tan enfangado con la mafia que el propio Robert Kennedy aconsejó a su hermano romper su relación con Frank y “sus amigos”.

¿Habría algo más detrás de la ya misteriosa muerte del Presidente? ¿Pudo tener la mafia algo que ver? Quién sabe, las leyendas urbanas se alimentan de esto, y las teorías de la conspiración más.

Pero cómo no dar pávulo a las teorías que relacionaban a Sinatra con la mafia si hasta Mario Puzzo, en su célebre obra “El Padrino”, incluía un pasaje “totalmente” inspirado en sus acciones mafiosas.

O eso se dice.

Todo el mundo recuerda la escena en la que un productor de cine amanece con una cabeza de caballo en su cama por no darle un papel al ahijado de Don Vito.

Obviamente, tras el incidente, la carrera cinematográfica de Johnny Fontana, el cantante de la novela de Puzzo, se relanzó. 

Se rumoreaba en la época que, al igual que Fontana, Sinatra tuvo una crisis en su carrera artística a principio de los cincuenta.

En ese preciso momento Sinatra recibió un papel en una película: “De aquí a la eternidad”. Ganó su único Oscar y su carrera volvió a ser lo que era.

De hecho, sigue la leyenda, Sinatra llegó a tener más que palabras con Mario Puzzo por haber incluido esta nota de su biografía que quería haber mantenido en el anonimato. 

Si es que realmente algo de lo dicho hasta aquí ocurrió de verdad.

Y es que esta historia contradeciría otra leyenda urbana que aseguraría que Frank Sinatra rogó a Coppola un papel importante en la gran obra maestra del cine que llevó al celuloide la novela de Puzzo.

¿Sería por esto por lo que llegaron a las manos? Nunca lo sabremos a ciencia cierta. Ni siquiera si realmente existió dicha pelea.

Y es que la vida de Sinatra, por lo menos la “no autorizada”, pone a Frank en un papel conspiratorio muy importante en la vida de la mafia italo-americana.

Porque ¿quién si no Frank amenizaría las reuniones donde los capos de la mafia se reunían para repartirse los territorios en los que extenderían su negocio “comercial”, por llamarlo de alguna manera? 

Y es que si es una gran leyenda urbana unir a Sinatra con la mafia, también lo es que estas reuniones se producían, con Sinatra como banda sonora y en vivo, y en La Habana prerrevolucionaria. Ahí es nada.

Pero puede que detrás de tanta leyenda haya algo de historia. 

No deja de ser cierto que muchos de los locales en los que cantaba Sinatra pertenecían a gentes de los bajos fondos del hampa y organizaciones mafiosas de todo tipo. 

Además era natural que entre la mafia italiana de EE.UU. gustase más “uno de los suyos” que otro cantante, y más si tiene la categoría contrastada que tenía Frank Sinatra.

Eso sí, muchos le estigmatizaron por frecuentar esas compañías, aunque quizá sólo lo hacía para ganarse el pan.

Y para saber más sobre la mafia italiana, quizá debas visitar Italia.

Las cosas allí no son como en la película de Coppola, pero sigue siendo un lugar más que interesante que visitar y lleno de misterios.

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