La mañana del 17 de octubre de 1977, las radios daban noticias alarmantes, sobre la situación de Masaya, un grupo de guerrilleros del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), sorpresivamente, atacaron el cuartel de esta ciudad, a escasos 27 kilómetros de Managua.
Pero la situación se tornó más alarmante aún, cuando en medio de que se reportaron combates de unidades GN contra comandos guerrilleros en el Kilometro 13 y medio de Carretera Masaya, se empezaron a escuchar con claridad, disparos de diversos calibres en algunos puntos de la misma capital, Managua, mientras se daba un vasto despliegue militar, que incluía medios aéreos.
Negocios como supermercados, centrales obreras, oficinas y colegios, etc. cerraron sus puertas.. La oficina de leyes y relaciones de la GN, informaba oficialmente de los combates de Masaya y el Km. 13, los Altos de Tipitapa, pero agregaban, que patrullas GN se abocaban a neutralizar “focos subversivos” surgidos en Managua. Todo daba la impresión de un estado general de guerra en el país.
Las acciones de Masaya y Km.13 y medio, formaron parte de la ofensiva de octubre, protagonizada por la tendencia insurreccional del FSLN, iniciada días antes, con los ataques al cuartel de San Carlos en Río San Juan y la emboscada de San Fabián, en Nueva Segovia.
Los otros combates, fueron producto de coincidencias de operativos realizados en el mismo día 17, contra casas de seguridad, de la tendencia GPP en Tipitapa y Managua. La GN sufrió considerables bajas, pero también valiosos cuadros del FSLN, dieron su vida en esta jornada heroica, que significó en su tiempo, uno de los golpes más contundentes que se le infligieron a la dictadura Somocista.
Uno de sus principales gestores, planteaba entre sus argumentos, que al darse una situación anómala dentro del sistema, con el repentina ataque cardiaco que sufrió el Dictador Somoza Debayle, había que incidir desde la principal fuerza del movimiento revolucionario, el FSLN, fuertemente golpeado por la represión que siguió a la acción de diciembre de 1974.Dentro de esta lógica, la única forma de reaparecer era a través de la lucha armada en tanto el FSLN si bien contaba con la simpatía popular, no tenía estructurado un movimiento de masas.
Se contaba con un poco más de 100 combatientes armados (algunos de ellos recién incorporados) y por primera vez, una alianza política, que incluía a empresarios, intelectuales, personalidades políticas y religiosas.
Las audaces acciones armadas, se dieron en un terreno fértil, que solo puede ser comprendido, si partimos de un análisis dialectico, de hechos y situaciones, aparentemente contradictorias, el mismo nos obliga, a remitirnos a pocos años antes de los sucesos de octubre.
Desde los años que siguieron al terremoto de 1972, entre 1973 y 1975, hay un proceso de agudización de las contradicciones sociales y políticas, dentro del sistema. La voracidad de Somoza y allegados, lo llevaron a tener fuertes contradicciones con la clase empresarial; los obreros pierden el miedo a la represión patrono-militar y en medio de estados de sitios, (como los de 1973 y 1975) se lanzan a huelgas de larga duración, miles de trabajadores y empleados organizados en federaciones y centrales sindicales, logrando obtener reivindicaciones socioeconómicas; se fortalecieron los organismos intermedios del mismo Frente Sandinista, se logra la incorporación de sacerdotes progresistas y jóvenes provenientes de las clases acomodadas y de los sectores populares en los barrios, los activistas estudiantiles, participaron de forma solidaria en los movimientos huelguísticos de los obreros; aunque dividido, resurgió el movimiento estudiantil de secundaria en colegios, liceos e institutos nacionales; la oposición antisomocista, se unificó y se fortaleció en la Unión Democrática de Liberación (UDEL), surgida en diciembre de 1974, no como la alianza electorera de otras situaciones, los antisomocistas unidos demandan la salida incondicional de Somoza.
Los artistas e intelectuales, como el canta-autor Carlos Mejía Godoy hicieron lo suyo, divulgando canciones testimoniales y de protesta en todo el país.
El cuarto poder, los periodistas, y organismos de la sociedad civil, denunciando la constante violación de los derechos humanos, en las zonas urbanas y rurales, labor en la que se destacó, el -hoy Héroe Nacional- Dr. Pedro Joaquín Chamorro Cardenal.
En síntesis, se vino desarrollando un cúmulo de movimientos, que vinieron acrecentando, el desarrollo de condiciones subjetivas, la toma de conciencia general, que se necesitaba para enfrentar al Régimen Somocista.
En estas circunstancias fue que el Frente Sandinista rompió el silencio, con una acción militar, el golpe a la casa de “Chema” Castillo en diciembre de 1974 provocando un gran impacto en la vida nacional, en un momento álgido de las contradicciones sociales y políticas.
El aparato de dominación militar reacciona violentamente, estableció la Ley Marcial y el Estado de Sitio, hubo miles de detenidos, centenas de desaparecidos, el núcleo guerrillero en el Norte aislado y cercado, resintió la caída de cuadros valiosos. Todo esto dio la impresión de una derrota, los corifeos del régimen aunque fuertemente cuestionados nacional e internacionalmente, se llegaron a jactar de haber “derrotado a la guerrilla”.
Mas contra sus pronósticos, la población, y todas las fuerzas de oposición lograron resistir el Estado de Sitio (que se prolongó hasta septiembre de 1977), no disminuyeron las huelgas obreras y estudiantiles, marchas populares, mítines políticos, denuncias a nivel internacional sobre la violación de los Derechos Humanos etc.
Es aquí donde se debe de destacar, la importancia de la Ofensiva de octubre, como un elemento catalizador, porque el FSLN atacó por primera vez los cuarteles GN, en poblaciones del Pacifico como Masaya, causando un gran impacto a nivel nacional e internacional.
De esta manera, la población pudo ver con sus propios ojos, que el aparato armado del sistema, no era invencible, que a los odiados guardias también le entraban las balas, un efecto sicológico muy importante.
En este caso, ya no fueron los solitarios movimientos guerrilleros, de los cincuenta y sesenta, que dejaron tan solo, su heroico recuerdo, o de quienes habían sacrificado su vida en sus casas de seguridad, en medio de la admiración general. En las ofensivas guerrilleras urbanas de octubre 1977, los “curiosos” tomaban partido y animaban a los combatientes, como sucedió en la misma ciudad de Masaya.
En lo adelante las columnas y células guerrilleras del FSLN ya no solo fueron admiradas por la población -como en las experiencias anteriores- sino que fueron apoyadas y nutridas por un pueblo , que ya tenía suficientes niveles de conciencia y experiencia política para actuar de forma decidida contra el sistema, ya fuera como colaborador o como combatiente, etc..
El proceso acumulativo, había llegado a su clímax, la oposición política y social, confluía, con la lucha armada revolucionaria, octubre 77 fue por tanto, un salto cualitativo y cuantitativo en la lucha, vendrían otras jornadas no menos heroicas y costosas para el pueblo nicaragüense, pero forman parte de otra historia. ¡Viva el octubre victorioso de 1977!
¡Honor y gloria a los caídos en esta jornada!
Por: Rafael Casanova Fuertes*
*Escritor e Historiador del Programa Cultural del BCN.