Pablo Gonzalez

LA MONARQUÍA BRITÁNICA Y LAS REDES PEDÓFILAS (2ª parte)


El hombre de la fotografía es el desaparecido William Combes, el indio "mohawk" que hubiera puesto en serios apuros a la casa de Windsor si llega a testificar ante el Tribunal Internacional de Crímenes de la Iglesia y el Estado (ITCCS), algo para lo que había sido citado en Londres hace tres años. 

Porque el caso es que murió repentinamente antes de poder prestar testimonio. 

La declaración de Combes era la prueba de cargo para incriminar no solo a la Reina de Inglaterra, sino también al gobierno de Canadá, en unos oscuros sucesos que tuvieron por epicentro la escuela residencial católica de Kamploos.

En Canadá el gobierno y la iglesia dirigían las escuelas “residenciales”, usadas durante décadas para asimilar a los niños indios, destruyendo el arraigo que tenían en sus comunidades nativas”.

El modo en que se lograba ese desarraigo incluía la violencia y los castigos físicos con una frecuencia aterradora. Testimonios anónimos refieren no solo abusos sexuales, sino incluso asesinatos. 



William Combes, de 58 años, era el único superviviente de un grupo de chicos aborígenes que aseguraban haber sido testigos de la desaparición de diez niños coincidiendo con una visita real a la escuela residencial de Kamloops a mediados de octubre de 1964, cuando la Reina y su consorte estuvieron en Canadá.

“ ... ellos tomaron a esos diez chicos y nadie les vio de nuevo jamás", contó William”

La declaración de W. Coobes, firmada y atestiguada el 3 de febrero de 2010, incluía detalles espeluznantes de lo ocurrido:

“Soy un superviviente de las escuelas residenciales de Misioneros en Kamloops gestionadas por la iglesia católica romana”

“Fui testigo de cómo tiraron desde un balcón de 3 pisos a una niña que murió”

”Sufrí torturas terrible a manos de especialmente el Hermano Murphyyy, quien asesinó a dos niños al menos”


“Este Hermano me rompió varios huesos en el piso interior de la escuela de Kamloop, después de que yo intentara escapar”

“También le vi junto a otro cura enterrando a un niño en la escuela una noche”

“En octubre de 1964 cuando tenía 12 años, y estaba en la escuela de Kamloops fuimos visitados por la Reina de Inglaterra y el príncipe Felipe”.

“El día que la Reina vino, yo era parte del grupo de niños que fuimos a un picnic con ella y su marido y algunos curas a un lugar llamado Dead Man’s Creek”.

”Recuerdo que todos nos sorprendimos al saber que teníamos que hacer una genuflexión y besarle el pie, una bota blanca lazada”.

“Después de un rato, vi a la reina dejar el picnic con diez niños de la escuela y esos chavales nunca volvieron”.

“Nunca escuchamos nada más de ellos y nunca les volvimos a ver en la vida. Todos desaparecieron”.

“El grupo desaparecido estaba formado por siete chicos y tres niñas, de edades entre seis y catorce años” 


Miles de chicas y chicos fueron violados y torturados y muchos de ellos asesinados en las escuelas de aborígenes de Canadá.

 Hasta 1985 las iglesias cristianas dirigían cerca de 100 escuelas para aborígenes. 


Entre 100.000 y 200.000 fueron forzados a asistir a dichas escuelas. Se estima que cerca de 50.000 niños aborígenes murieron en dichas escuelas.

Los documentos muestran una tasa de muerte del 50%.

“Un informe de 2001 por la Comisión de la Verdad sobre el Genocidio en Canadá, documenta la responsabilidad directa de la Iglesia Católica Romana, la Iglesia Unida del Canadá, la Iglesia Anglicana de Canadá y el gobierno federal en las muertes de más de 50.000 niños nativos en el sistema de escuelas residenciales canadienses.




“El informe dice que miembros de la iglesia asesinaron a niños por medio de los golpes, el envenenamiento, el electroschock, el hambre, la exposición prolongada a temperaturas cercanas a cero grados, la experimentación médica, incluyendo la extracción de órganos y la exposición a la radiación”.

Este sistema criminal fue reconocido el 1 de enero de 2008, cuando el responsable de la Comisión de la verdad del gobierno de Canadá y la Reconciliación, Bob Watts, declaró que se habían producido actos criminales en las escuelas, causando un número “desconocido” de víctimas.

Los niños sufrieron “golpes, electroshocks, esterilización forzosa, experimentación médica,hambre, violaciones, distintas formas de abuso sexual y asesinato… "

El ex-sacerdote Kevin Annett, quien ha denunciado el "apartheid" anti-indio promovido por la Iglesia y el gobierno canadiense, estima que hay al menos seis lugares de enterramiento en escuelas residenciales de la Columbia británica dirigidas por las iglesias católica y anglicana.



Según Annett: “Sabemos que hay enterramientos masivos detrás de la escuela en Port Alberni, en Alert Bay, en Mission, justo al ledo de Mission Folk Fest.”

Annet dijo que ha escuchado muchas historias de niños que simplemente desaparecieron de las más de 100 residencias de los niños aborígenes que operaron en Canadá desde 1870 hasta comienzos de 1980.

Ex estudiantes le han dicho a Annet que ellos mismos ayudaron con los enterramientos. Muchos murieron de tubercolisis, abusos y hambre.

Según Annett: “Se trata de genocidio, de asesinato, si haces una estimación conservadora, estamos hablando de al menos 50.000 niños en Canadá y en todo el país”

”Los curas enterraron las tumbas secretas de una forma precipitado en 1972 cuando la escuela cerró. Nadie ha obtenido la autorización para hacer excavaciones allí”.

¿Qué tipo de secreto selló la vida de 10 niños? Si pensamos en rituales de sangre como el llevado a cabo en Alcasser podemos empezar a imaginarlo.

Gente con poder y que nunca da cuenta de sus crímenes sacrifica a menores "prescindibles", seres humanos a los que miran como a ganado sabiendo que las voces que reclamen justicia serán acalladas o ridiculizadas.

Ha ocurrido en muchas partes del mundo, con la complicidad de los poderes fácticos -proveedores de carne tierna, como en el caso que expongo- y el silencio de la desinformada ciudadanía, dado que esta práctica va más allá de lo que son capaces de imaginar.

Y sigue ocurriendo.


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