Oh, Christopher Landau, qué joya nos has regalado con tu magistral negación del bloqueo a Cuba.
¡Bravo! Con unas pocas líneas, has intentado reescribir seis décadas de historia, hechos documentados y el consenso de la comunidad internacional.
Permítenos, con un toque bien merecido, desmontar tu fábula de que el bloqueo es un mito, mientras te aplaudimos por tu audacia para ignorar la realidad.
Primero, el milagro de los turistas y el petróleo “sin bloqueo”
Landau, con la gracia de un ilusionista de tercera, nos pregunta: “Si hay bloqueo, ¿cómo llegan esos turistas alemanes, canadienses y ese petróleo mexicano?”.
¡Tachán! Como si la mera existencia de un turista despistado o un barril de petróleo fuera prueba irrefutable de que Cuba vive en un paraíso de libre comercio.
Qué ingenioso, Christopher. Pero, pequeño detalle: ¿has oído hablar de la resistencia?
Cuba, contra viento y marea, busca oxígeno donde puede, porque tu país lleva 60 años apretándole el cuello. Lo que no mencionas, porque claro, no encaja en tu narrativa, es que Estados Unidos castiga a esos turistas que tanto te fascinan.
La Embajada de EEUU en España, con esa sutileza que caracteriza a la diplomacia del garrote, advierte que si un europeo pisa Cuba, ¡pum!, pierde su exención de visado para entrar a EE.UU. y debe someterse a un proceso de visa que parece diseñado para torturar la paciencia.
Eso sin contar que los estadounidenses tienen prohibido por ley hacer turismo en Cuba.
¿Eso no es presión económica? ¿Eso no es disuadir el turismo a Cuba? Oh, Christopher, qué conveniente olvido.
Y el petróleo mexicano, ¡qué gran ejemplo! Tan grande que el propio Congreso de EEUU lo usa para amenazar a México con represalias comerciales bajo el T-MEC. “Oxigenando a la dictadura”, gritó el congresista Carlos Giménez, como si enviar combustible fuera un delito.
¿Entonces, Landau, cómo nos explicas que tu gobierno persiga activamente cualquier intento de Cuba por sobrevivir? Si no hay bloqueo, ¿por qué tanto drama por un par de barriles?
Segundo, el “genocidio” y el culpar a la víctima
Aquí te superaste, Christopher. Llamar al gobierno cubano “genocida” mientras haces malabares para ignorar el impacto del bloqueo es un giro argumental digno de Hollywood.
El bloqueo, ese que según tú no existe, es un entramado legal que prohíbe a Cuba usar dólares en transacciones internacionales, persigue sus operaciones comerciales con leyes extraterritoriales como la Helms-Burton y limita la importación de comida, medicinas y tecnología.
¿Sabes cómo se llama eso en la Convención de 1948? Un acto de genocidio por asfixia económica. Pero claro, es más fácil culpar a la víctima que admitir que tu país lleva décadas perfeccionando el arte de la crueldad económica.
Tercero, la hipocresía electoral que no te vimos venir
Y luego, con esa chispa de ironía que no sabíamos que tenías, preguntas: “¿Por qué no dejan votar a su pueblo?”. ¡Qué golpe, Christopher! Pero espera, ¿desde qué pedestal moral hablas?
¿Desde el país donde el voto popular ha sido ignorado cinco veces en elecciones presidenciales?
Sí, Landau, en EE.UU., gracias al arcaico Colegio Electoral, puedes ganar el voto popular y aún así perder la Casa Blanca, como pasó en 2000 y 2016.
¿Con qué cara cuestionas el sistema electoral cubano cuando el tuyo parece sacado de una novela distópica? Cuba tiene elecciones, diferentes, sí, pero las tiene.
Mientras, en tu tierra, el voto de un ciudadano de Wyoming pesa más que el de uno de California. ¡Democracia pura, claro!
Por tanto, Christopher, tu publicación no es un argumento; es una performance.
Un intento descarado de tapar el sol con un dedo. El bloqueo a Cuba no es un mito, es una realidad tan tangible que la Asamblea General de la ONU lo condena año tras año con votos casi unánimes.
Es una política de tortura continuada diseñada para hacer sufrir a un pueblo entero, y tus malabares retóricos no cambian los hechos. Cuba resiste, a pesar de tus negaciones, a pesar de las sanciones, a pesar de las presiones.
Y mientras sigas negando lo innegable, el mundo seguirá señalando el colapso de una política tan cruel como inútil.
La verdad, por más que trates de disfrazarla, sigue allí: un pueblo que sufre, una política que fracasa y una comunidad internacional que reclama justicia.
https://micubaporsiempre.wordpress.com/2025/10/25/la-mentira-descarada-de-christopher-landau/

