
******No será fácil para el pueblo argentino generar los antídotos contra este cáncer que sufre desde hace más un año y medio.
Entre todas las "virtudes" que tiene el presidente argentino Javier Milei, está la de acumular en cada discurso mentira tras mentira, Milei sabe muy bien que está herido de un ala. Y como todo déspota que se adivina descubierto precisamente por quienes lo encumbraron, opta por huir hacia adelante.
Desde el mismo momento en que el presidente quedó totalmente expuesto a nivel internacional como uno de los grandes y más chapuceros estafadores, ha tratado de disimular el hecho, buscando, por un lado, activar autodefensas fallidas como la de investigarse a sí mismo, o impulsar por encima del Parlamento, designaciones de jueces amañados en la Corte Suprema.
De esa manera creyó llegar con fuerza al, otra vez, obsceno discurso de la apertura del año legislativo, donde la figura predominante fue el verbo mentir.
Porque si el pueblo argentino tiene algo claro, es que la estafa de la criptomoneda es una más en la serie de actos de abierta ilegalidad que vienen ejerciendo el mandatario y su clan mafioso.
Toda la política que el oficialismo desarrolló desde el 10 de diciembre de 2023 hasta este oscuro presente, es una gigantesca estafa. Solamente consumada gracias a los niveles de impunidad impuestos desde el gobierno, y a la falta de una respuesta de gran envergadura por parte del campo popular.
Respuestas hay, pero por ahora no están a la altura que exigen las difíciles circunstancias que atraviesa el país, con una Central de trabajadores adormecida, por no decir entregada, y una clase política "opositora" invadida por la mediocridad y la traición a sus propios seguidores.
En su patético discurso, con un recinto parlamentario semivacío, Milei insistió en una humorada, si no fuera trágico lo que ocurre, insistiendo que “la economía no para de crecer”, cuando todos y todas sabemos que el 50 por ciento de la población sufre un proceso de agudización de la pobreza, que ya se había iniciado durante el gobierno de los Fernández, Alberto y Cristina.
Hoy los índices objetivos hablan de la mitad exacta del país en situación de pobreza y casi un 13 por ciento en extrema pobreza o indigencia.
No es misterio para nadie, la baja del consumo de artículos de primera necesidad y la hambruna que vivimos en los barrios del AMBA y de las principales provincias. Si a esto se le suma que solo en un año Milei destruyó 12 mil 600 empresas y eso redundó en 243 mil nuevos desocupados.
Lo que no paran de crecer, son los despidos, tanto estatales como en empresas privadas, hablamos de centenares de miles, arrojados a la calle de un día para el otro.
Tampoco deja de aumentar el número de colchones que inundan las calles del país, producto de los miles de familias en situación de indigencia.
Ni qué decir de ese ejército represor formado por uniformados de todas las fuerzas, que todos los miércoles reprimen a golpes o gasean a las y los jubilados que protestan frente al Parlamento por los salarios de hambre que cobran.
Por todo eso, Milei no solo miente, es soez y provoca rabia y algo más, cuando se burla de los más necesitados.
Ahora, y eso también lo anunció con bombos y platillos, esgrimiendo el argumento de la “motosierra”, prepara una nueva vuelta de tuerca a lo que comenzara el anterior gobierno “progresista”, con los acuerdos con el FMI. Implora de rodillas más préstamos, para poner de rodillas al país ante el imperio, y de paso llevar la deuda externa a cifras nunca vistas e imposibles de pagar.
Pero lo que sí se abona religiosamente son los intereses, sacando dinero de las pensiones y jubilaciones, o de cualquier ámbito que redunde en contra de las y los más humildes.
También tiene en su haber la aplicación de la Ley Ómnibus obtenida con el apoyo de un sector de la “oposición”, o el continuo accionar represivo de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, una de las referentes del sionismo local, y los incendios en la Patagonia, para dejar tierra arrasada a fin de que la especulación turística-inmobiliaria avance en megaproyectos.
Mientras Bullrich acusas a los pueblos originarios de ser los culpables de la quema de bosques, protege de hecho a esa oligarquía racista blanca que en el extremo sur estaría dispuesta a aniquilar al Pueblo Mapuche, de la misma manera que Netanyahu intenta con el pueblo palestino.
En otra parte de su discurso, el mandatario que paga peaje diario a los genocidas israelíes y yanquis, osó atacar a los gobiernos revolucionarios de Cuba y Venezuela, no teniendo en cuenta que seguramente cuando él se derrumbe o vaya a la cárcel por los delitos cometidos, como ya lo vaticina el mensajero de Trump, Mister Claver Clarone, Cuba y Venezuela seguirán en pie por decisión de sus propios pueblos, avanzando en clave de socialismo revolucionario.
Dos definiciones que a Milei le provocan pánico. Se sabe y hay pruebas de ello, que el imperio usa a sus lacayos y bufones hasta cierto momento y luego los arroja al basurero como trapos viejos. Ahí está Zelenski, como para inquietar un poco más al intruso de la Rosada.
En este escenario, no hay salidas sencillas y menos si se piensa equivocadamente que solo el marco electoral puede producir cambios reales, algo que a esa oposición tipo flan que soportamos, se le aparece como la única meta posible.
En tanto, los movimientos sociales que se movilizan y luchan en las calles, saben muy bien que los cambios profundos no son cortoplacistas, y por eso se preparan para que sean sólidos y duraderos, discutiendo la necesidad de la unidad, por patriotismo y razones de autodefensa.
Dure el tiempo que dure, señalan, hay que empezar a recorrer ese camino, sumando en primer lugar a las y los trabajadores (traicionados como siempre por muchos de sus dirigentes), a los estudiantes, al movimiento feminista que se prepara para dar otra muestra masiva de fuerza este 8M, a esos heroicos y valientes abuelos y abuelas que saben lo que es el trabajo y también la lucha, a los pueblos originarios que pelean por recuperar sus tierras robadas y denuncian el extractivismo.
No será fácil para el pueblo argentino generar los antídotos contra este cáncer que sufre desde hace más un año y medio, pero hay una larga historia de resistencias que avalan la posibilidad que se concrete ese anhelo, para que el país vuelva a ocupar un lugar en el continente junto a los gobiernos que rechazan al imperio y sus variantes actuales neofascistas.
https://espanol.almayadeen.net/articles/1991658/las-mentiras-de-milei