VATICANO: El más siniestro puntal imperialista

VATICANO: El más siniestro puntal imperialista

La detención del multimillonario jefe de Telegram muestra que se avecinan grandes cambios

***Se avecinan grandes cambios en la esfera de la información global, y la posición del fundador de Telegram es un canario en la mina de carbón.


La detención del fundador de Telegram, Pavel Durov, cuando había decidido hacer un pequeño viaje a París, ha provocado un gran revuelo en diversos ámbitos, desde el mundo empresarial y tecnológico hasta los medios de comunicación y la política. 

Nos centraremos en este último, sobre todo porque el incidente se está convirtiendo en otro hito en una reorganización política más amplia.

Durov proviene de un nicho que reivindica su condición de transnacional por encima de todo. Las tecnologías de la información y la comunicación parecen haber convertido al mundo en un espacio común y abolido la jurisdicción soberana. 

La enorme influencia que han adquirido los gigantes de la informática se ha traducido en gigantescas cantidades de dinero, que a su vez han aumentado aún más su influencia. 

Las empresas transnacionales siempre han existido, en sectores como la minería, la ingeniería y las finanzas, pero a pesar de su carácter internacional, seguían estando vinculadas a determinados Estados y a sus intereses. 

La industria global de las comunicaciones y el sector de la innovación asociado a ella se han atrevido a romper ese vínculo.

El período de globalización que duró desde fines de los años 1980 hasta fines de los años 2010 favoreció este tipo de actitud. Fomentó la creación de un campo de juego nivelado en el que los países más desarrollados tenían una clara ventaja. 

Eran los más beneficiados. Los costos asociados con la creciente capacidad de los gigantes tecnológicos para manipular las sociedades –incluidas las suyas en Occidente– no se consideraban críticos.

La crisis de la globalización liberal ha provocado un cambio en la realidad internacional (también se podría invertir esa afirmación y decir lo contrario sin cambiar la esencia). Así, la voluntad de jugar con reglas comunes ha disminuido rápida y universalmente. 

Lo fundamental es que esto se aplica incluso allí donde se escribieron originalmente esas leyes, en los principales Estados de la comunidad occidental.

La era anterior no ha desaparecido sin dejar rastro. El mundo se ha vuelto ferozmente competitivo, pero sigue estando estrechamente interconectado.

Dos elementos lo mantienen unido. 

El primero es el comercio y la producción, cuyas cadenas logísticas se crearon durante el auge de la globalización y han transformado cualitativamente la economía. Es extremadamente difícil romperlas. 

Y el segundo es un campo de información unificado, gracias a gigantes de la comunicación "nacionalmente neutrales".

Pero hay algo extraño que nos separa. No es un deseo de quedarse con más trozos de la torta –en el sentido de lo que Lenin llamaba los “depredadores imperialistas” expansionistas– , sino más bien una sensación de vulnerabilidad interna que va en aumento en varios Estados.

Paradójicamente, esto es más importante en los países más grandes e importantes, porque son las potencias que están involucradas en el juego más importante. 

Esto explica su impulso a minimizar cualquier factor que pueda afectar la estabilidad interna. En primer lugar, esto se refiere a los canales que sirven como conductos para la influencia (léase: manipulación), ya sea desde afuera o desde ciertas fuerzas internas.

Las estructuras que operan a nivel transnacional –comprensiblemente– inmediatamente parecen sospechosas. La opinión es que deberían ser “nacionalizadas”, no a través de la propiedad sino en términos de demostrar lealtad a un estado en particular. 

Este es un cambio muy serio, y en el futuro previsible este proceso podría debilitar dramáticamente el segundo pilar de la interconexión global actual.

Durov, un liberal cosmopolita comprometido, es un representante típico de la "sociedad global". Ha tenido tensiones con todos los países en los que ha trabajado, empezando por su país natal y continuando a lo largo de sus viajes más recientes. 

Por supuesto, como gran hombre de negocios en una industria sensible, ha estado en interacción dialéctica con los gobiernos y servicios de inteligencia de diferentes países, lo que ha requerido maniobras y compromisos.

 Pero la actitud de evitar cualquier atrincheramiento nacional persistió.

 Tener pasaportes para todas las ocasiones parecía ampliar su margen de acción y aumentar su confianza.

 Al menos mientras esta sociedad tan global vivió y respiró, llamándose a sí misma el orden mundial liberal. Pero ahora está llegando a su fin. 

Y esta vez la posesión de la nacionalidad francesa, junto con una serie de otras cosas, promete exacerbar en lugar de aliviar la situación del acusado.

Cada vez será más frecuente que las entidades “transnacionales” se identifiquen con un Estado en particular y, si no lo desean, se las obligará a hacerlo, reconociéndolas como agentes no del mundo global, sino de poderes hostiles específicos.

 Esto es lo que está sucediendo ahora con Telegram, pero no es el primero ni será el último caso.

La lucha por subyugar a los diversos actores en esta esfera, fragmentando así un campo previamente unificado, probablemente será un componente clave de la próxima fase política global.

El aumento del control sobre todo lo que tiene que ver con los datos aumentará inevitablemente el grado de represión en el ámbito de la información, sobre todo porque en la práctica no es fácil bloquear los canales no deseados. 

Pero si hace relativamente poco parecía imposible desenterrar la superautopista mundial de la información e inutilizarla para los viajes, esto ya no parece tan descabellado.

La pregunta más interesante es cómo afectará la probable reducción del ámbito de la información global al comercio y la conectividad económica, el pilar restante de la unidad mundial. 

A juzgar por el ritmo del cambio, pronto habrá novedades también en ese ámbito.

https://www.rt.com/news/603170-fyodor-lukyanov-arrest-of-durov/

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