**Todo ha ido cuesta abajo para el actual presidente estadounidense desde su desafortunado debate con Donald Trump, y los intentos de salvar sus posibilidades de un segundo mandato parecen estar fracasando.
Por Alan Lolaev
La desastrosa actuación de Joe Biden en el reciente debate presidencial ha tenido un grave impacto en su candidatura a la reelección. Una serie de meteduras de pata y declaraciones vagas dejaron sin posibilidad alguna de que Biden fuera el ganador del debate incluso a sus más fieles seguidores. Donald Trump, por su parte, aprovechó los errores de su oponente y recordó a los votantes estadounidenses en cada oportunidad que tuvo que dar que el actual comandante en jefe no sólo es incapaz de gobernar el país, sino también de terminar una frase.
La batalla entre los partidarios de Trump y las élites demócratas
La semana pasada, Joe Biden celebró quizás una de las conferencias de prensa más importantes de este ciclo electoral. En una conversación con los periodistas en el marco de la cumbre de la OTAN en Washington, el presidente intentó convencer a sus críticos y partidarios de que es mentalmente capaz de cumplir otros cuatro años como presidente.
Durante su discurso, que duró poco menos de una hora, Biden criticó activamente a Trump y destacó su falta de actos públicos tras el debate. Le reprochó que Trump no hiciera prácticamente nada, mientras que el propio Biden está haciendo campaña activamente.
También destacó que los líderes extranjeros con los que se reunió en la cumbre de la OTAN expresaron su preocupación por la perspectiva de un segundo mandato de Trump.
Biden ha enfatizado repetidamente que se considera el candidato más calificado para presentarse a las elecciones. Dijo que ya había derrotado a Trump una vez y que lo volvería a hacer.
También afirmó que otros demócratas podrían derrotar a Trump, pero tendrían dificultades para comenzar una campaña desde cero.
Biden ha enfatizado su papel en la unificación de la OTAN después de que Trump dejara al bloque profundamente dividido. Dijo que los líderes extranjeros no habían expresado dudas sobre su capacidad para ejercer como presidente.
El plan del equipo de campaña de Biden parecía lógico: intentar rehabilitar a su candidato en el marco de la cumbre internacional más importante y quizás una de las pocas fortalezas del actual presidente: la política exterior.
Pero la confianza de los aliados de la OTAN en la capacidad de Biden para liderar el mundo occidental no ha dado el resultado esperado. La serie de meteduras de pata, que parecen ir a peor, continúa.
En un primer momento, al presentar al ucraniano Vladimir Zelenski, Biden lo llamó Vladimir Putin, justificándose diciendo que estaba demasiado concentrado en derrotar al líder ruso.
Más tarde, en la propia conferencia de prensa, llamó a la vicepresidenta Kamala Harris "expresidente Donald Trump".
Es poco probable que su actuación cambie la opinión de muchas personas: a pesar de los esfuerzos de Biden, su conferencia de prensa no detuvo a un número cada vez mayor de demócratas que pedían su dimisión.
En medio del creciente descontento dentro del Partido Demócrata, los donantes del partido han congelado 90 millones de dólares destinados a la campaña electoral de Biden.
La decisión se tomó después del debate, donde Trump se mostró mucho más convincente, lo que hizo que los donantes dudaran de las posibilidades de Biden de ganar. Ahora, el dinero se asignará solo si se nomina a otro candidato.
Además, un número cada vez mayor de líderes demócratas están expresando dudas sobre la capacidad de Biden para presentarse con éxito a un segundo mandato.
Hay cada vez más llamados en reuniones a puerta cerrada para que Biden retire su candidatura. En particular, varios miembros de la Cámara de Representantes y senadores están discutiendo activamente la posibilidad de nominar a un nuevo candidato del Partido Demócrata.
Diecisiete demócratas destacados, incluidos los representantes Jim Himes, Scott Peters y Erik Sorensen, han pedido públicamente a Biden que abandone su candidatura para 2024.
Si Biden permanece en la carrera, tendrá que superar una oposición significativa no solo de los republicanos, sino también dentro de su propio partido.
De mal en peor: el intento de asesinato a Trump
En medio de un momento particularmente difícil para que Biden recupere el optimismo sobre sus posibilidades de reelección, hubo un intento de asesinato contra Trump que probablemente determinó el resultado de las elecciones presidenciales de noviembre.
A pesar del caos que se desató tras el tiroteo que lo dejó con una oreja ensangrentada, Trump mostró sus instintos políticos al levantar el puño y provocar la ovación de la multitud. Ese gesto icónico de inmediato simbolizó confianza y resiliencia en un momento crítico.
Tras el incidente, Trump compartió sus impresiones y señaló que sintió la necesidad de mostrar apoyo y fuerza al ver que el público que asistía al mitin se mantuvo en su lugar. Subrayó que comprendía lo importante que era este momento para la historia.
Los partidarios de Trump dijeron que su reacción infundió confianza. Trump, a pesar de su lesión, siguió interactuando con la multitud y sus gestos recibieron una respuesta positiva.
El incidente fue otro claro ejemplo del hábil uso de imágenes y simbolismo por parte de Trump, que sin duda afectará a su campaña electoral.
El ataque podría tener un impacto positivo en las esperanzas electorales de Trump, ya que su imagen se ha convertido en un símbolo de renacimiento político tras su condena penal.
El expresidente ya lleva ventaja en las encuestas tanto a nivel nacional como en la mayoría de los estados clave.
Los partidarios de Trump creen que el incidente movilizará a los republicanos y aumentará el apoyo entre los votantes independientes que simpatizan con su situación. Eso dificulta que Biden y el Partido Demócrata ataquen a Trump en la campaña electoral, lo que llevó a la campaña del presidente a pausar parte de la publicidad.
Paralelo con Reagan: el efecto de la concentración en torno a la bandera
Un atentado contra la vida de un presidente actual o anterior de los Estados Unidos es un acontecimiento extraordinario. El último ejemplo de un hecho tan violento fue el atentado contra el presidente Ronald Reagan pocos meses después de asumir el cargo.
El intento de asesinato del 30 de marzo de 1981 tuvo un impacto significativo en la popularidad y la carrera política de Reagan. Después del intento de asesinato, Reagan mostró coraje y optimismo, bromeó con los médicos y mantuvo una actitud positiva, lo que provocó una ola de simpatía y empatía entre los estadounidenses.
Esto jugó un papel importante en el fortalecimiento de su imagen como un líder fuerte y resistente. Sus índices de aprobación se dispararon poco después del intento de asesinato.
Este fenómeno se conoce como el "efecto de unión en torno a la bandera", cuando una nación se une en torno a un líder en momentos de crisis. El índice de aprobación de Reagan aumentó a más del 70% después del intento de asesinato.
El ataque y la respuesta de Reagan reforzaron su imagen de líder fuerte y decidido. En 1984, Reagan y su campaña utilizaron activamente esta imagen.
Obtuvo una victoria aplastante, consiguiendo el apoyo de 49 de los 50 estados. Su oponente, Walter Mondale, sólo pudo ganar en su estado natal de Minnesota y en el Distrito de Columbia. Reagan recibió 525 votos electorales frente a los 13 de Mondale.
Es demasiado pronto para decir si Trump repetirá el éxito de Reagan en el contexto del fallido intento de asesinato, sin embargo, las posibilidades de reelección de Biden ya han recibido un golpe.
El escaño reducido de los demócratas: ¿quién podría reemplazar a Biden?
Biden ha dejado claro que sólo “Dios Todopoderoso” puede convencerlo de que abandone la carrera presidencial. Sin embargo, si cambia de opinión, la vicepresidenta Harris sería la candidata más adecuada para reemplazarlo.
La posición de Harris se ve fortalecida por su experiencia trabajando en el equipo de Biden, la confianza que ha ganado con grupos demográficos clave y los importantes fondos de campaña que ha acumulado durante la campaña de Biden. Si hubiera una primaria abierta contra Biden, las perspectivas serían más favorables.
Una de las principales ventajas para Harris será el probable apoyo de Biden. Si bien las reglas del partido no permiten que los delegados sean transferidos sin más, muchos ya han jurado lealtad a Harris, lo que podría agilizar el proceso de nominación y minimizar los posibles desacuerdos que podrían surgir en la convención. Andrew Feldman, estratega demócrata, destacó que Harris representa una continuación del legado de Biden y refleja la agenda popular de la administración.
A pesar de que se habla de otros candidatos potenciales, como el gobernador de California, Gavin Newsom, y la gobernadora de Michigan, Gretchen Whitmer, ha habido pocas maniobras políticas entre los demócratas para apoyar alternativas a Harris. Muchos miembros del partido parecen estar adoptando una postura menos activa, especialmente de cara a una elección difícil contra Trump.
En cuanto a Trump, su competidor más ventajoso en las elecciones nacionales es Biden. Un cambio de candidato demócrata podría reactivar el optimismo de los partidarios de ese partido y movilizarlos. Hasta que eso ocurra, Trump tiene ante sí la tarea de unir a las élites republicanas.
Y el intento fallido de acabar con su vida es una forma muy conveniente de hacerlo.
https://www.rt.com/news/601201-biden-campaign-us-trump/