**** Las élites globales que intentan infructuosamente perpetrar la dictadura unipolar que desde principios de la década del noventa del siglo pasado mal gobierna el mundo, en gran medida lograron instrumentalizar (con ayuda de las narrativas inoculadas en la conciencia social de las masas por la falsimedia y otras herramientas de manipulación) el tema de los Derechos Humanos, la Justicia nacional, los valores y la cultura tradicional de los pueblos y naciones.
Todo esto, aunque ha logrado causar un daño enorme a la lucha de los pueblos, las organizaciones sociales y gobiernos que luchan por la justicia social, la independencia y la soberanía e incluso a sus lideres y militantes destacados (léase, judicialización de la política), no ha podido detener los procesos sociales y la aceleración de la destrucción del modelo liberal explotador y la creación de un nuevo paradigma político y económico global.
Sin embargo, el enemigo es prolijo en viles recursos y maledicencia.
Ahora esta empeñado en destruir el sistema de leyes, acuerdos y costumbres (diseñado e impuesto para aniquilar el legado napoleónico, finalizar el feudalismo en Europa y dar paso al nacimiento de las relacionares capitalistas de producción y el liberalismo burgués) porque ya no sirve a sus intereses.
La democracia burguesa "clásica" va mutando aceleradamente, acorde a las necesidades de las corporaciones multinacionales y la élite capitalista mundial. Necesitan simple y llanamente una dictadura global.
El Derecho y el Orden Internacional, la Diplomacia y la existencia de fronteras y leyes que protejan los recursos naturales y la libertad de los pueblos son un estorbo para estos depredadores y vividores de lo ajeno.
Así vemos como las bases de la paz (aunque precaria pero valiosa) alcanzada con los sistemas de acuerdos luego de la primera y segunda guerras mundiales están siendo liquidadas con el rearme de Japón, Alemania y Europa occidental, con el avance hacia el oeste europeo, el Pacífico, Asia y América Latina de la OTAN y otras organizaciones de carácter militar bajo la égida anglosajona y de manifiesto carácter ofensivo en contra de potencias no controladas por el sistema.
Pero eso no basta: Necesitan destruir el sistema jurídico internacional.
El bombardeo del consulado iraní en Damasco por parte del Estado sionista de Israel y la toma de la embajada mexicana en Quito por las fuerzas armadas de Ecuador, hablan por sí solas de este salto a la barbarie de la élite global y sus lacayos.
Siguiendo esta lógica perversa, pienso, que la embajada nuestra en Panamá puede ser la siguiente sede diplomática en ser asaltada.
El derecho al asilo hoy, por lo visto, no cuenta más en los manuales y la practica del "Derecho internacional" que los gringos intentan imponer al mundo.
El terrorismo de Estado y la destrucción del sistema de leyes y costumbres del Derecho Internacional no triunfaran.
Los pueblos y los gobiernos responsables y consecuentes alrededor del mundo no lo permitirán.
Edelberto Matus.