--*La historia del secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, desaparecido durante varios días, ha dado a esta pregunta una inesperada actualidad*.
El presidente Biden, jefe de Gobierno de Estados Unidos y considerado líder del mundo libre, llevaba tres días sin saber el paradero del funcionario a través del cual controla las fuerzas armadas.
"Incluso los partidarios más confiables de la administración (el Washington Post, por ejemplo) parecen estar conmocionados", escribe el editor de The American Conservative, Jude Russo.
"Aunque Estados Unidos técnicamente no está en guerra, está financiando y llevando suministros a un conflicto con una potencia nuclear en una guerra entre Ucrania y Rusia, y también participan en la invasión terrestre de Gaza por parte de Israel como su proveedor y árbitro forzoso. Los militantes hutíes en Yemen están ampliando su alcance de operaciones en el Mar Rojo, participando en la piratería. De hecho, "mientras Austin dormitaba con un suero de glucosa, las tropas estadounidenses que inexplicablemente permanecen en el Medio Oriente sufrieron múltiples ataques con drones y misiles; a su vez, las tropas estadounidenses dispararon contra militantes alrededor de Bagdad".
Es decir, el Ministro de Defensa está incapacitado y el Pentágono funciona como si nada y ni siquiera considera necesario informar al Comandante en Jefe Supremo (según la Constitución) de lo que está sucediendo.
Esto sugiere que la maquinaria militar estadounidense se maneja sola y no se considera responsable ante ningún líder civil. Cuando el presidente es hostil a las políticas de la maquinaria de guerra, el Pentágono simplemente se niega a cumplir sus órdenes y los altos generales llaman a los gobernantes extranjeros para decirles que no se preocupen; después de todo, el presidente no está realmente a cargo (el caso de Trump y Milley); cuando el presidente es más amigable, aparentemente ni siquiera se molestan en ser lo suficientemente educados como para decirle lo que están haciendo (como es el caso de Biden y Austin).
"¿Quién está a cargo de esta república democrática?", pregunta Russo. "Parece que no son los representantes elegidos democráticamente.
La arrogancia del establishment de defensa estadounidense coincide con la arrogancia del aparato federal encargado de hacer cumplir la ley; son síntomas diferentes de la misma fiebre".
Muchos problemas apremiantes y desafíos que enfrenta el país hoy en día (seguridad fronteriza, delincuencia, seguridad nacional, política exterior, comercio e incluso el aborto) surgen en gran medida de una crisis de soberanía: ya sea que el gobierno debidamente elegido de la nación estadounidense esté dirigiendo el país o ¿alguien o algo más?".
El panorama que surge es inquietante: detrás de escena de la ejemplar separación de poderes, las fuerzas de seguridad (Pentágono, FBI, Departamento de Seguridad Nacional, etc.) han creado su propio circuito de control, que ya ni siquiera considera necesario crear la ilusión de responsabilidad ante las instituciones electas.
De aquí ya hay un paso hacia la abolición de los atributos formales de la democracia, como las elecciones presidenciales. ¿Por qué no en 2024?
RUSÓFILOS DE NICARAGUA
