VATICANO: El más siniestro puntal imperialista

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Nicaragua: Ovidio Martínez, un digno continuador de los ideales de Fabio


Hoy fui a abrazar a la familia Martínez Vega por la muerte de Ovidio y luego del abrazo doloroso y muy triste con Ernestina, su compañera, ella me tomó del brazo y me condujo a otra sala para decirme "aquí está Fabio".

Y yo que desde ayer que supe de la muerte de Ovidio ando pensando en Fabio, recordando tantas vivencias, andaba con mis sentimientos muy frágiles porque desde el 74, sin conocerlos personalmente, me sentía muy unida a esta familia.

Apenas triunfó la Revolución fui a visitar a doña Sixta Aráuz, su madre. Ella me llevó al cuarto de Fabio, conservado pulcra mente, y me fue mostrando sus cosas sus fotos y me regaló una que aún conservo.

Luego como miembro del Comité Regional VI del FSLN y Secretaria Política del Zonal Matagalpa me tocó coordinar durante varios años el Comité de Cosecha del Café de la zona.

Ovidio Martínez era el Director de la Empresa Chale Haslam. 


Era un profundo conocedor de todo lo referente a la siembra, manejo y cosecha del café, mientras que yo no sabía nada.

En esas reuniones participaban semanalmente todas las instituciones zonales involucradas en la cosecha cafetalera, la ATC y AMNLAE.

Allí revisábamos aspectos técnicos del café: que cuántos quintales se iban a sacar, que si teníamos controlada la roya, que si ya se contaba con la mano de obra necesaria, que si ya teníamos los canastos y los sacos...etc pero sobre todo revisábamos si estaban las condiciones óptimas para recibir a los cortadores de café. 

Que si fumigaban las áreas de alojamiento, que si se cumplía con la Normativa del Café que ordenaba darle buenas condiciones a los trabajadores agrícolas y establecía la alimentación que ellos debían recibir, carne, crema, Cuajada...etc una vez a la semana.

También nos ocupábamos de que el 7, 24 y 31 de diciembre se hicieran actividades y se brindará alguna comidita especial a los trabajadores y en esos días, acompañada por Ovidio, yo recorría toditas las UPEs (Unidad de Producción Estatal) verificando que se cumpliera con lo acordado y que en todas las UPEs hubiera piñatas para los niños y niñas. 

Y siempre, siempre, lo que había dicho Ovidio que se haría se cumplía. Por esa razón durante la revolución nunca celebré ni el 24 ni el 31 de diciembre porque cuando llegaba a mi casa ya noche, lo único que quería era dormir. 

Me imagino que igual le pasaba a Ovidio, a mis compañeras y compañeros del zonal y a los abnegados trabajadores de la Empresa. Eran días agotadores en los que Ovidio nunca, nunca mostró cansancio.


Examinábamos si el Comisariato estaba bien abastecido para que los que levantaban el rojito y generaban riqueza a Nicaragua, compraran lo que necesitaban a precios favorables.

Y Ovidio, tan experto en el tema del café, presentaba el plan semanal de la Empresa e informaba con una enorme humildad, sencillez, fraternidad -siempre sonriente- cómo iba la cosecha, que dificultades habían y cómo iban resolviendo.

Como estábamos siendo víctimas de un criminal bloqueo de los gringos a veces decía que en el Comisariato no había papel higiénico o pasta de diente o azúcar, entonces acordábamos que el compañero de ENABAS buscaría a donde fuera para intentar conseguir los productos.

Otras veces llegaba diciendo que no habían frijoles y que durante toda la semana no les habían dado a los trabajadores.


Entonces Rafael Núñez, Heberto Nuñez y Juan Avendaño, del Zonal FSLN Matagalpa y que atendían zonas "granobasiqueras", como les decíamos, se movilizaban donde los pequeños productores a ubicar los frijoles y maíz que luego la Chale llegaba a comprar.

Y no es que no hubieran suficientes frijoles y maíz en nuestro país, si no que como parte de la estrategia de agresión de los gringos hacia Nicaragua había acaparamiento, especulación y agiotismo.

Y así semana a semana revisando el cumplimiento del Plan de la Empresa Chale Haslam y controlando el cumplimiento de los acuerdos (y yo era terriblemente controladora) y Ovidio que a veces se miraba agobiado y muy cansado siempre afable, sencillo, respetuoso, fraterno y con una enorme paciencia informando unas veces, otra pidiendo ayuda pero siempre con un enorme compromiso con su trabajo que asumía como una responsabilidad militante a la que debía entregar sus mejores esfuerzos.

No cabe duda que en esos años Ovidio fue un fiel continuador de los ideales de su hermano menor Fabio Martínez y que al trabajar con semejante, disciplina, entrega y compromiso, especialmente en lo que se refiere al cuido y atención a las condiciones de los trabajadores agrícola - mandato prioritario del FSLN- estaba levantando muy en alto la bandera del héroe sandinista Fabio Martínez y de todos nuestros caídos por la liberación de Nicaragua y en defensa de la Revolución.

Margine Gutiérrez

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