En 1941, el oligarca propietario de varias revistas Henry Luce (HL) – Time, Life, Fortune, etcétera–, entronizado como el más influyente ciudadano privado en Estados Unidos (EU) de su época, impulsó la mercadotecnia (geo)política a alturas insospechadas y lanzó su manifiesto sobre el Siglo Estadunidense que, 81 años después en retrospectiva, le hizo más daño que bien a EU y al planeta entero (https://bit.ly/3IIKbJd).
El procaz manifiesto mercadológico de HL es la prolongación del mesiánico Destino Manifiesto decimónico de EU –acuñado por John O’Sullivan, otro propietario de periódicos–, que encubrió axiológicamente la anexión de Texas.
Bajo el precepto de su Destino Manifiesto, EU se apoderó de la mitad de México.
En el contexto de la lascivia y la avaricia del eje Hollywood y Wall Street, la moralidad de HL suena cómica, en medio de la protoguerra civil en EU entre wokenistas y trumpianos: “Cumplir el misterioso (sic) trabajo de elevar la vida del género humano del nivel de bestias (sic) a lo que los salmistas llamaron un poco menos que ángeles (sic).
En la más antigua revista mensual de EU, Harper’s, fundada en 1850, Daniel Bessner (DB) –profesor en la Universidad de Washington (https://bit.ly/3AXTYcj)– sustenta que se acabó el Siglo Estadunidense, bajo el título de Imperio Burlesco (sic): “el siglo estadunidense no consiguió los elevados objetivos que idearon los oligarcas como HL(…).
Pero demostró que las tentativas de dominar al mundo a través de la fuerza fracasarán (https://bit.ly/3Propvs)”.
DB aduce que en el ocaso del Siglo Estadunidense, el establishment de la política exterior de Washington, “conformado por los think tanks que definen los límites de lo posible, se han fracturado en dos campos de batalla”:
1. Los internacionalistas liberales (sic) que insisten en que EU debe retener su primacía militar global y
2. Los “prudentes ( restrainers)”, que urgen repensar el abordaje foráneo de EU, lejos del militarismo (sic) y hacia formas pacíficas de compromiso internacional.
A mi juicio, el disfuncional Biden es presa de la inepta triada bélica de los jázaros: Jake Sullivan/Antony Blinken/Vicky Nuland, que lo empinaron en la trampa de la Guerra de los 30 años en Ucrania (https://bit.ly/3NRPgzQ).
Según DB, el resultado del dilema entre los irredentistas mesiánicos/internacionalistas liberales –que por fin se percatarán de la gravedad de los desastres que sembraron en el mundo durante décadas– y los prudentes –volcados en una gran estratégica de contención–, definirá el nuevo destino de EU.
Los intervencionistas liberales internacionalistas todavía alucinan que el Siglo Estadunidense puede ser restaurado sometiendo a China, mientras que los “prudentes ( restrainers)” entienden que el siglo estadunidense finiquitó.
DB, proponente de la Historia Intelectual, se remonta a los orígenes de la contención ( restraint) con George Washington, en septiembre de 1796, y John Quincy Adams, un cuarto de siglo más tarde, el 4 de julio de 1821.
Sugiere que el Siglo Estadunidense debe ser sustituido por un “Siglo Global(…) en el que el poder de EU no sólo sea restringido, sino reducido, y en el que cada país se dedique a resolver los problemas que nos amenazan a todos”.
DB admite que no es obvio lo que sigue cuando EU se encuentra ante una bifurcación –que, a mi juicio, rememora la tragedia de Edipo Rey ante su trágico destino y su congénita discapacidad libertaria–: el regreso de la rivalidad de las superpotencias, básicamente contra China, o la ineluctable decadencia del poder de EU que sea susceptible de producir inéditas formas de colaboración global, dejando atrás su política exterior atávica (sic) mal adaptada para el siglo XXI.
Andrew Bacevich –profesor emérito de historia y relaciones internacionales (https://bit.ly/3ccpyIZ)– escudriña el seminal ensayo de DB (https://bit.ly/3RzOr1w) y ofrece su luminoso enriquecimiento sobre la religiosidad inherente al precepto mesiánico de HL y su Siglo Estadunidense, hoy totalmente hecho añicos al interior y al exterior.
https://www.jornada.com.mx/2022/07/17/opinion/012o1pol