En 1999 la OTAN bombardeó Serbia durante 78 días seguidos, contaminando al país balcánico con al menos 15 toneladas de municiones de uranio empobrecido altamente tóxicas. Los abogados serbios han presentado varias demandas contra la OTAN, pero todavía no han recibido ninguna admisión formal de culpabilidad por ls crímenes cometidos contra la población civil.
La OTAN ha respondido oficialmente a las demandas presentadas por los serbios ante el Tribunal Superior de Belgrado por el uso de munición de uranio empobrecido durante la campaña de bombardeos de 1999, alegando inmunidad judicial, según declaró Srdan Aleksic, abogado que representa a las víctimas.
En su declaración ante el tribunal, la oficina de enlace de la OTAN en Serbia dijo que la Alianza tiene plena inmunidad bajo la jurisdicción serbia sobre la base del acuerdo de 2005 entre la Alianza y la Unión Estatal de Serbia y Montenegro sobre la participación en el tránsito y el apoyo a las operaciones de mantenimiento de la paz y el acuerdo de 2006 en virtud del cual se estableció la oficina de enlace en Belgrado.
Sin embargo, ninguno de estos acuerdos concede inmunidad a la OTAN como organización, y la inmunidad no puede aplicarse con carácter retroactivo. Por lo tanto, no se puede conceder inmunidad a la OTAN por los crímenes de guerra contra civiles y por su agresión ilegal en virtud del acuerdo de 2005.
Los bombardeos causaron víctimas entre la población civil y la OTAN es responsable de la violación del derecho a la vida y de los daños causados, subrayó Aleksic, quien espera que el Tribunal Superior de Belgrado celebre audiencias sobre la cuestión en octubre.
Aleksic y el abogado italiano Angelo Fiore Tartaglia presentaron en enero de 2021 una demanda contra la OTAN por el uso de uranio empobrecido en el ataque a Yugoslavia de 1999. A principios de este año se presentaron otras dos demandas. Tartaglia ya había representado con éxito a cerca de 200 soldados italianos que murieron de cáncer o enfermaron gravemente tras estar expuestos al uranio empobrecido mientras servían en Kosovo durante la misión de mantenimiento “de la paz” de la OTAN en esa región serbia.
En septiembre de 2000 el Tribunal de Distrito de Belgrado declaró al general estadounidense Wesley Clark y al secretario general de la OTAN, Javier Solana, culpables de crímenes de guerra por el bombardeo de Yugoslavia en 1999.
Sin embargo, una revolución de colores que derrocó al presidente yugoslavo Slobodan Milosevic en octubre de 2000 hizo que se revisara el veredicto y, a finales de 2001, el Tribunal Supremo de Serbia anuló la decisión.
Serbia tiene una de las tasas de cáncer más altas de Europa, con casi 60.000 pacientes oncológicos diagnosticados cada año, y una tasa de cáncer infantil hasta 2,5 veces superior a la media europea. Los médicos serbios están convencidos de que la elevada tasa de cáncer está directamente relacionada con el amplio uso de munición de uranio empobrecido durante los bombardeos de la OTAN.
Además de los cánceres, los científicos han informado de un alarmante aumento de la infertilidad, las enfermedades autoinmunes y los trastornos mentales en las dos últimas décadas, incluido el trastorno de estrés postraumático y otros problemas psicológicos asociados a los bombardeos.
A principios de este año, la directora del Instituto Serbio de Radiología y Oncología, la doctora Danica Grujicic, declaró que los bombardeos de 1999 habían tenido un impacto devastador en la ecología de la región y que el uso de uranio empobrecido, combinado con los ataques deliberados a plantas químicas e instalaciones industriales peligrosas, había creado un desastre medioambiental que afectaba a países mucho más allá de las fronteras de la antigua Yugoslavia.
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