¿Quién liberó la 'fábrica de la muerte' de Auschwitz?

¿Quién liberó la 'fábrica de la muerte' de Auschwitz?

Bruselas y Kiev festejan el embargo energético a Rusia que arruina el futuro de la UE


"Autolesiones". Esta es la palabra utilizada por el diario El País para referirse al tiro por la culata que significaron las sanciones antirrusas para la Unión Europea [UE].

Un eufemismo aprendido de la prensa de EEUU, que inventó el término "daños colaterales" para un sinnúmero de víctimas inocentes de sus ataques militares, entre ellos, contra una aldea en Afganistán donde bombas estadounidenses masacraron a 47 civiles invitados a una boda, incluidos 39 entre niños y mujeres.

Lo que no ha aprendido Bruselas, copiando ciegamente cada paso de Washington, es que su 'maestro', a diferencia de sus 'alumnos', suele salir bien parado de las trampas montadas al otro. 

De hecho, EEUU nunca fue sancionado por sus sangrientas agresiones contra naciones como Yugoslavia, Irak, Libia, Siria y muchas otras, con centenares de miles de asesinados y millones de refugiados. 

El grueso de las consecuencias de estos crímenes lo ha pagado y lo sigue pagando el 'socio transatlántico' de la Casa Blanca, es decir, el Viejo Continente, con olas migratorias procedentes de los países agredidos por la OTAN, así como de la amenaza terrorista, entre otros 'regalitos'.

Lo mismo ocurre ahora con el embargo energético a Rusia promovido por EEUU, una estrategia que sigue la UE. 

Mientras que el presidente estadounidense, Joe Biden, exige a sus ‘aliados’ cesar las importaciones de hidrocarburos rusos, afirmando que su país sí que les dijo ‘no’ a las exportaciones energéticas del ‘régimen’ de Vladímir Putin, The Wall Street Journal reporta otra realidad. 

Afirma que el ‘farol de la democracia’ nunca ha interrumpido las compras de petróleo ruso, sino que ahora lo importa desde países como la India que, aprovechando la presente coyuntura internacional, firmó contratos muy ventajosos con Rusia. 

Paralelamente, EEUU triplicó el precio de su gas licuado que suministra a Europa, tal y como constata el diario de economía y negocios La Información.

Por otro lado, la hipocresía y el cinismo de EEUU no es algo nuevo, como tampoco es nueva la torpeza de las autoridades comunitarias que se esfuerzan por cortar completamente los vínculos energéticos con Rusia, algo que hacen a toda costa, sacrificando el bienestar de la ciudadanía europea y hasta la viabilidad de algunos Estados miembros que claman que rechazar los hidrocarburos rusos equivaldría al suicidio nacional, al tiempo que personajes como el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, insisten en la necesidad del embargo total, argumentando que la medida “cortará una enorme fuente de financiación de la maquinaria bélica rusa”.

En realidad, lo que sí ‘cortan’ las gestiones de las autoridades del bloque comunitario –unas autoridades antidemocrácticas, dado que no se eligen por la ciudadanía–, son las esperanzas de un futuro mejor para la Unión Europea, al tiempo que los efectos sobre la economía rusa serían practicamente nulos. 

Lo reconoce la agencia Associated Press, constando que las sanciones hacen subir las cotizaciones del crudo, “y si el precio sube mucho, el riesgo es que Rusia empiece a ganar más, y Europa pierda la apuesta”. Un pronóstico que ya se está cumpliendo.

El único en estar feliz en estas circunstancias es el ministro ucraniano del Exterior, Dmitri Kuleba, quien afirmó que “el embargo petrolero acelerará la cuenta regresiva del colapso de la economía rusa y su maquinaria de guerra”. 

También están contentos los burócratas de Bruselas, a diferencia de los ciudadanos de a pie que sufren en carne propia los efectos de las inflaciones más altas en décadas que registran las economías comunitarias.

https://youtu.be/izA-yATQbw4

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