¿Qué hay detrás del calificativo “Orteguismo”?
Este epíteto lo han acuñado y propagado los dueños del dinero y del poder Imperial de los Estados Unidos de América, y lo han repetido sin cesar sus corifeos oligarcas de la derecha y ultra derecha de los países de América Latina.
En el caso de Nicaragua lo emplean los reaccionarios para señalar peyorativamente al Presidente Comandante Daniel Ortega Saavedra, con el afán de llamarlo dictador ante la población de Nicaragua, de Latinoamérica y del mundo.
Para ejemplificar basta con referirnos al calificativo insultante Castrismo, termino que emplean, en su mayoría, la reacción ultraderechista acantonada en la Florida y en particular, en la ciudad de Miami.
De igual manera sucede con el Chavismo en Venezuela, el Guevarismo en Latinoamérica.
Todos estos calificativos tienen como objeto principal denigrar los ideales revolucionarios que esas corrientes de pensamiento ideológico representan en contraposición con la democracia representativa que preconiza el país más anti democrático del mundo: los Estado Unidos de América; América es la todos los que vivimos en el continente americano y no solo los gringos imperialistas.
Resulta evidente la maniobra del gobierno de Estados Unidos: aislar a los movimientos revolucionarios y, de forma maniquea, pregonar que seguirlos nos aleja del bien que simboliza la democracia representativa, para caer en el mal al ir detrás de los representantes de Satán en la Tierra (léase Ortega, Chávez, Castro, Guevara, Evo, Maduro, Díaz Canel)
Por lo tanto, queda claro que este epíteto es para cercar a los dirigentes que encabezan movimientos revolucionarios opuestos al imperialismo. Por lo tanto el Orteguismo es el mal; los hombres y mujeres de buena voluntad deben rechazarlo.
Sin lugar a dudas este alias, trasladado a concepto ideológico, está trazado para sitiar al Presidente Ortega, quien a su vez es el Secretario General del FSLN; siguiendo esta línea de pensamiento, la intención principal del Imperio es provocar una división a lo interno del Frente Sandinista de Liberación Nacional. Quebrar la Revolución Popular Sandinista.
Desaparecer el Programa Ideológico del FSLN que nos legó el Comandante en Jefe Carlos Fonseca Amador.
¿Porqué?
Revisemos brevemente la historia reciente.
En 1975 se produjo una división en las filas del FSLN. Un grupo encabezado por Jaime Wheelock -intelectual de izquierda y hoy alejado del FSLN- se escinde para formar la tendencia Proletaria.
Su táctica de lucha revolucionaria se enfocó a que serían los obreros, en particular de las ciudades más grandes del país, los que, como vanguardia, encabezarían la toma del poder revolucionario.
Esto en contraposición al FSLN que combatía con núcleos guerrilleros en las montañas, creando las condiciones objetivas y subjetivas para dar el gran salto y, como vanguardia, encabezar la insurrección popular que conduciría a la toma del poder.
La estrategia revolucionaria de ambas corrientes era la misma: como primer escalón, derrocar al dictador Anastacio Somoza y a su Guardia Nacional, para, como segunda etapa, iniciar la edificación de un país libre, soberano, socialista, sin desigualdad social, que hiciera cierto el anhelo del pueblo de vivir con justicia y en paz.
La tendencia Insurreccional surgió cuando la dirigencia que la integran advierte , con intuición política, que, estando dadas las condiciones subjetivas como resultado del trabajo político y militar del FSLN en las montañas y zonas rurales del país y, que las condiciones objetivas estaban en su momento histórico preciso, desataron la insurrección popular, que incluía a la burguesía anti somocista, no obstante, muy conservadora, y a las clases medias sin una clara definición ideológica, para derrocar a la dictadura somocista, derrotando militarmente a su Guardia Nacional.
Es importante recordar que desde los inicios del FSLN, el Programa Político-Militar, elaborado por el Comandante Carlos Fonseca Amador, ya contemplaba todas estas etapas de lucha revolucionaria.
En aquellos años de ruptura, a pesar del enorme peligro que esto significaba, el Comandante Carlos Fonseca entró clandestinamente a Nicaragua con el objetivo de ser él personalmente el puente entre la ciudad y la montaña y, así, unir nuevamente al FSLN.
Su urgencia por la unidad queda trunca momentáneamente al caer en combate en 1976, pero su predica da frutos y en marzo de 1979 las tres tendencias firman el Pacto de Unidad. Esta acción de indudable madurez revolucionaria, fue el aliento definitivo para la ofensiva final del FSLN unificado que culminó con el triunfo revolucionario el 19 de julio de 1979.
Una lección que perduró hasta 1994, año en el que los renovadores de esa burguesía y clase media sin ideología, que se unieron al Frente Sandinista a última hora, renuncian a la doctrina y programa político del FSLN y adoptan la bandera de centro derecha que caracteriza a la Social Democracia europea y abdican para siempre de las filas del verdadero y único sandinismo.
Y, para curarse en salud, se autonombran los “verdaderos sandinistas” y fundan el Movimiento de Renovación Sandinista -MRS-, es decir, se arrogan la tarea (supuestamente revolucionaria) “de renovar” al obsoleto sandinismo marxista.
No podemos dejar de mencionar la feria de vanidades que los renovadores exhibieron: resentimiento, simulación, y, la peor de todas, soberbia. Ellos eran la Revolución en persona. Ramírez, Torres, Téllez, Tinoco, Belli, Chamorro Barrios, Ruíz, Carrión etc. al, no cabían en su auto-enaltecida pureza redentora.
Y los de riales a viajar por todo el mundo clamando hipócritamente, en los medios de comunicación del Imperio y en los de la Izquierda que le gusta a la Derecha, la traición de Daniel, Tomás, Bayardo, y de la mayoría de los integrantes de la Asamblea Sandinista, a la Revolución Popular Sandinista, es decir, al pueblo de Nicaragua, del que, por cierto, estos nuevos peones del imperialismo apenas conocían por fotos en Barricada o imágenes en la televisión sandinista.
Desde ese momento los dueños del dinero y el poder del Imperio, supieron quienes eran sus cuadros para impedir el regreso del FSLN al poder y los cooptó. A los intelectuales, escritores, canta-autores y académicos, les gestionó mucho dinero en dólares y euros, además becas, premios, distinciones, y un lugar destacado en el jet set de las luminarias intelectuales y de la realeza española.
A los que brillaban menos, se les reclutó con dinero, adulaciones, una silla en la sala de reuniones de la embajada yanqui en Nicaragua y la promesa de llevarlos al poder a toda costa.
Eso queda demostrado por la filtraciones de WikiLeaks que refieren las varias veces que Ramírez, Téllez, Torres, Tinoco, Carrión, fueron a la embajada de Estados Unidos en Nicaragua a informar sobre la estrategia del FSLN para recuperar el poder en las urnas.
El surgimiento del MRS cae como anillo al dedo al Imperio yanqui, el que, para entonces, ya había perdido varias guerras de intervención militar en el mundo -Girón, Vietnam, Irán, Nicaragua– y ya había empezado a configurar otra forma de intervención más suave, “no más muertos norteamericanos”, dirían, y menos costosa “para los contribuyentes (tax payers) gringos”. Gene Sharp se auto-erigió en el artífice de la nueva formula de intervención: el golpe suave (soft coup) y el golpe jurídico lawfare) para derrocar a los gobiernos democráticos y constitucionales que no se plegaran a los dictados del Imperio.
Los quince años de beneplácito que el imperialismo concedió a los gobiernos neoliberales de Barrios, Alemán y Bolaños, sirvieron para preparar las acciones necesarias –de carácter no militar– ante el muy probable regreso del FSLN a la jefatura del gobierno de Nicaragua.
Con el apoyo económico –hablamos de millones de dólares– que otorgó la CIA a través de USAID, IRI, NED, surge la Nueva Contra encabezada por el MRS, e integrada por la Fundación Violeta Barrios de Chamarro, la Fundación CINCO, de Carlos F. Chamorro, el Instituto Nicaragüense de Investigación y Educación Popular, la Asociación Soya de Nicaragua, Acción Médica Cristiana, la Asociación Colectivo de Mujeres de Matagalpa, la Asociación Instituto Centroamericano de Integración Social, la Asociación Centro de Estudios para la Gobernabilidad y Democracia, la Federación de Organismos No Gubernamentales de Nicaragua, la Fundación Diakonia Nicaragua, la Fundación Entre Volcanes, la Fundación Médicas Nicaragüenses Dra. Concepción Palacios, la Fundación Xochiquetzal, la Asociación Instituto de Investigación y Gestión Social, la Asociación de Mujeres de Jalapa contra la Violencia Oyanka, y la Federación Red Nicaragüense por la Democracia y el Desarrollo Local.
Todas estas asociaciones –mal llamadas ONG o de la sociedad civil, eufemismo neoliberal para evitar mencionar la maldecida palabra pueblo, ya que en América Latina ésta se asocia con Revolución– se funden y pasan a conformar las bandas contrarrevolucionarias aglutinadas en la Unión Azul y Blanco –UNAB– dirigida por el MRS y la Alianza Cívica –AC–; ambas las más beligerantes.
Seguidas por el COSEP , la Jerarquía Eclesiástica y destacadamente los hermanos Chamorro Barrios, que utilizaron (y utilizan) sus medios de comunicación, financiados con dinero de la CIA, para incitar a la población a dar un golpe de Estado y Sergio Ramírez, quien, con su gesto de hombre bonachón, se pasea por el mundo (con dinero que le dan norteamericanos y europeos) en plan de víctima denunciando, primero lo que le hizo el verdadero FSLN y el gobierno del presidente Daniel Ortega y en segundo lugar lo mismo, aunque agregó que no quiere morir en la cárcel , lo que equivale a decir: “a confesión de parte, relevo de culpa”.
El escritor sabe que su ego lo cegó y debe pagar por su soberbia. Nosotros nos preguntamos: ¿Antes del triunfo de la Revolución Popular Sandinista, quién conocía a este señor como escritor?
Nos respondemos: muy pocos. La Revolución Sandinista y ser vicepresidente del gobierno revolucionario son los dos elementos que le dieron notoriedad en el mundo, no su prosa que a nuestro juicio no pasa más allá de la medianía.
Queda claro que, habiendo sido el gran perdedor de las elecciones presidenciales de 1996 con apenas 1% de los votos, el pueblo de Nicaragua no lo extraña.
Regresando a las intenciones del gobierno de Estados Unidos de dividir al FSLN, retomamos lo dicho, unos días antes de las elecciones del 7 de noviembre pasado, por Cynthia Arnson, directora del Programa Latinoamericano, del Centro Internacional Woodrow Wilson, experta en derechos humanos, libertad de expresión, defensa de la democracia representativa a la USA, en una reunión auspiciado por la fundación del nobel Arias:
“Las sanciones deben seguir, pero de una manera inteligente. No para que lo entiendan Daniel Ortega y sus hijos, sino las estructuras de poder del Frente Sandinista: no hay futuro con Ortega y Murillo. Ni para ellos, ni para Nicaragua”.
Más claro ni el agua. Dividir al FSLN es la tarea que tienen por delante los dueños del dinero y del poder del Imperio
La ruptura de 1975 tuvo un altísimo costo para nosotros con la perdida del Comandante en Jefe de la Revolución Popular sandinista Carlos Fonseca amador.
La de 1994 nos dejo el dolor de la muerte de más de un centenar de nicaragüenses y perdidas económicas valoradas en 24% del PIB.
Esto no lo podemos permitirá nunca más. Es obligación de los cuadros militantes del FSLN, con más experiencia política y más años de militancia, trasladar a las nuevas generaciones, los cuadros que por las leyes de la naturaleza serán nuestro relevo, el valor extraordinario de la unidad de los revolucionarios en torno al Partido y nuestro Secretario General.
Unidad…Unidad…Unidad debe ser nuestro mandato.
Miguel Necoechea