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Buscar el plan de gobierno de la derecha somocista de Nicaragua, lleva únicamente a la frase ¡derrotar a Ortega! ¿Pero qué significa derrotar a Daniel Ortega Saavedra en la Nicaragua Sandinista?
El engaño de los recalcitrantes y reaccionarios dirigido al pueblo, es que si se quita a Ortega del poder, en el país florecerán hasta las piedras.
El Comandante no es el representante de una familia, no representa un interés personal, sino un programa de Nación, transformador de la sociedad, donde más allá de obras y beneficios restituidos, se sientan las bases sólidas de una nicaragüanidad de principios, de valores, de orgullo patrio, un nacionalismo nacido en las entrañas de los constantes vejámenes invasores y de injerencia de los voraces imperios del dólar y el dolor de nuestras gentes.
Derrotar a Ortega para entregar el país al dominio de los Estados Unidos de Norteamérica, a las directrices de los poderosos de la tierra y de la puta madrepatria europea.
Los títeres que suela lamen, no tendrían reparo alguno de arrastrarse y solazarse con los dictados del águila imperial, porque lo sueñan hasta la inanición.
Derrotar a Ortega sería el fin de la restitución de derechos a la salud y educación gratuita para todos, la facilitación de accesos a la vivienda, al crédito, al empleo, a la seguridad, a la vida y a la paz. En comunidad.
Derrotar a Ortega es un "quítate tu pa' ponerme yo", pero no porque se trate de un cambio electorero, sino robar el poder del pueblo para entregarlo a las pocas manos de la oligarquía y burguesía sumisa al dinero, la ambición, el vicio y la ratería descarada.
Derrotar a Ortega no sería más, que volver al medioevo espiritual, al látigo del patrón, al desprecio de las damas del té de la vida fácil, a las barras y estrellas que enterrarían la bandera nacional y al escudo al revés, como pondrían la cruz del martirio diabólico.
Quieren derrotar a Ortega para que reine la impunidad de los traidores, del crimen organizado, la mediocre vida de estudiados sin alma ni corazón.
Llaman democracia a lo que no tiene pueblo, se apropian de valores de los que carecen, son lacras sociales de vestido caro, verbalmente indeseables.
Derrotando a Ortega se entrega la Patria al que derroto Andrés, Sandino y el Frente Sandinista. Y por sobre todas las cosas, se le quita el poder al pueblo que lo ejerce desde 1979.
Derrotemos a los tramoyas de la muerte, a los onerosos, a las muñecas diabólicas de púlpitos siniestros, derrotemos al fascismo somocista servil y limosnero.
Mantengamos la flama de la Reconciliación y la Paz en Revolución.
Paúl Emigdio Suárez García
(Sobras de PES)
