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GREGORIO URBANO GILBERT (25 mayo 1898-29 noviembre 1970), nacido en Puerto Plata, y fallecido en Santo Domingo, República Dominicana, Islas del Caribe de América.
Se integró al Ejército Defensor de la Soberanía Nacional de Nicaragua (EDSN), el 13 de Octubre de 1928 en El Chipotón, y se retiró de sus filas militantes el 30 de agosto de 1929, en Yucatán, México, mientras acompañaba al General Augusto César Sandino en su búsqueda infructuosa de recursos para fortalecer la desigual lucha entre el Cuerpo de Marines de los Estados Unidos de Norteamérica y el “pequeño ejército loco” de los patriotas nicaragüenses alzados en armas contra la intervención norteamericana en Nicaragua, desde el 16 de julio de 1927.
El testimonio de Urbano Gilbert, de su año de permanencia combativa al lado del General Sandino, fueron recogidos y publicados en un libro titulado “Junto a Sandino”, con fecha del 5 de febrero de 1979, en la Colección Historia y Sociedad No. 33, por la Universidad Autónoma de Santo Domingo, con presentación del Rector Magnífico Dr. Antonio Rosario.
“Con su publicación la Universidad Autónoma de Santo Domingo rinde tributo a la memoria de Augusto César Sandino, rinde tributo a la memoria de Gregorio Urbano Gilbert y expresa sus sentimientos de solidaridad con el heroíco pueblo de Nicaragua, pedazo de la gran patria latinoamericana, que lucha por su liberación y por reivindicar su derecho a vivir en libertad y con dignidad” (Rosario, Antonio Dr.) El 5 de febrero de 1979, cuando se publica el libro, Nicaragua estaba alzada en armas contra la dictadura de la familia Somoza, heredera del “ultimo marine” dejado al mando de Nicaragua por los Estados Unidos de Norteamérica, desde 1934, cuando el fundador de la dinastía Anastasio Somoza García, había dirigido intelectualmente el asesinato cobarde del General Augusto César Sandino, en Managua, un 21 de febrero de ese año, a pesar de que el general Sandino ya estaba en paz con el gobierno liberal del Presidente Dr. Juan Bautista Sacasa (1933-1936).
El 17 de julio de ese mismo año, 1979, la familia Somoza deja el poder en Nicaragua, obligada por una insurrección total del pueblo nicaragüense contra la dictadura somocista, siendo vanguardizado en su heroica lucha por el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), heredero legítimo de las banderas del sandinismo legadas por el general Sandino a la juventud patriótica nicaragüense y latinoamericana.
Urbano Gilbert no logra ver este triunfo sandinista. Murió años atrás el 29 de noviembre de 1970 en su Santo Domingo, República Dominicana, a la edad de 72 años. Cuando se presentó ante el General Sandino como voluntario para luchar contra la intervención norteamericana en Nicaragua, tenía 30 años de edad, habían transcurrido entonces 42 años entre aquél juvenil y patriótico momento y su muerte.
Pero a diferencia del olvido que pesa sobre otros héroes latinoamericanos que estuvieron al lado del general de hombres y mujeres libres, Urbano Gilbert no ha sido olvidado por su pueblo dominicano, pues además de la publicación del libro mencionado sobre su estadía como soldado raso y luego capitán del EDSN, a él se le recuerda como héroe por su decidida acción patriótica realizada cuando apenas tenía 17 años de edad (13 años antes de llegar a Nicaragua), cuando en 1916, con una pistola dio muerte al capitán de los USMC que desembarcaban en el puerto dominicano de San Pedro de Macorís, en la primera intervención norteamericana a la isla.
“En San Pedro de Macorís, cuando tenía 17 años, Gregorio Urbano Gilbert enfrentó armado de un revólver a una patrulla de los interventores. En un incidente en el muelle de San Pedro de Macorís, ultimó al capitán CH Button, jefe de las tropas establecidas en la región. Luego se unió a las fuerzas que luchaban en la región Este al mando de Pedro Evangelista. Más tarde fue apresado en Montecristi y fue mantenido en prisión durante varios meses” (Diariodominicano. com, Héctor Tineo N, 29 noviembre 2014).
Un muchacho decidido a morir para dar un ejemplo de patriotismo contra la intervención norteamericana, quien pensaba que al atacar a los marines –como era lógico suponerlo- moriría, escribió una nota que metió en su bolsillo y decía la siguiente leyenda:
“Muero, pero muero satisfecho porque es un acto de protesta contra la invasión de mi patria por fuerzas extranjeras”.
Luego al grito de ¡Viva la República
Dominicana! Se enfrentó él solo a los marines, pero a diferencia de lo que era lógico pensar, no fue asesinado, sino que la providencia a la que el general Sandino invocaba constantemente en su lucha contra los mismos marines años después, parecía protegerlo, pues salió ileso de este ataque personalísimo y logró huir.
El periodista Héctor Tineo N, en el artículo mencionado anteriormente, nos detalla lo sucedido con Urbano Gilbert después de este heroico suceso:
“Gilbert no sufrió heridas en el incidente. Cuando era perseguido por las tropas invasoras, Gilbert se unió a las fuerzas guerrilleras comandadas por Vicente Evangelista, y participó en varios combates en contra de las tropas extranjeras.
Después que su grupo fue desarticulado, Gilbert se estableció en Monte Cristi, donde trabajó en una imprenta, hasta que fue delatado. Tras ser apresado fue sometido a torturas y metido en un hoyo de 25 pies de profundidad.
De allí fue trasladado a la ciudad Santo de Domingo, donde fue condenado a ser colgado vivo hasta que se produjera la muerte. Las reiteradas demandas de que le fuera conmutada la pena, formulada por personalidades nacionales, lograron que el presidente Woodrow Wilson, cambiara la sentencia de muerte por la de prisión perpetua.
El 2 de Octubre de 1922, fue puesto en libertad.
Salió de República Dominicana, y visitó varios países latinoamericanos” ((Diariodominicano.com, Héctor Tineo N, 29 noviembre 2014).
Gregorio Urbano Gilbert, escribió una carta al director del diario “La Opinión” de República Dominicana, con fecha 24 de agosto de 1928, en la cual le dice textualmente:
“En un rincón de los países de la América Central, hay un grupo de varones encabezados por el admirado general Augusto César Sandino luchando por una causa tan grande y noble como es la liberación de su tierra y yo he resuelto contribuir a esa causa con la suma recolectada para mí (dinero colectado por su amigo Julio V. Arzeno y otros, para comprarle una imprenta a Gregorio y poner un medio de comunicación patriótico), dando además a Nicaragua la contribución de mi esfuerzo personal que me asignará sitio entre HOMBRES y no entre los EUNUCOS que alimenta nuestra Patria” (“Junto a Sandino”, Urbano Gilbert, Gregorio. 1979).
Dicho y hecho. Dos meses le costó a Urbano llegar hasta el campamento rebelde, campamento principal del general Sandino en las montañas del norte de Nicaragua (Las Segovias), el 13 de octubre de 1928, para firmar ante el general el documento de adhesión al Ejército Defensor de la Soberanía Nacional de Nicaragua; al cual le hizo algunas críticas posterior a la firma, a solicitud expresa del general Sandino.
Esos dos meses de viaje hacia Nicaragua no fueron fáciles, pues debido a su raza (afro caribeño), viajar no era fácil, pues se le prohibía el acceso a Centro América. Tuvo que engañar a la agencia de viajes para comprar un boleto hacia Belice (Honduras Británica), donde sí se dejaba llegar a los afro caribeños, para “escaparse” del barco en la República de Honduras y luego incursionar hacia Nicaragua en busca del campamento rebelde.
El 7 de septiembre de 1928 se embarca en la nave de bandera británica “Vapor Tivives”, recibiendo cartas de recomendación para contactos hondureños, de parte del patriota dominicano radicado en Santiago de Cuba (de donde salió urbano hacia Honduras), Manuel María Morillo.
Este vapor hizo escala en Puerto Castilla, departamento de Colón, Honduras; donde Urbano baja a tierra firme y solicita al comandante del puerto permiso para permanecer en Honduras, lo cual consiguió fácilmente, por lo que su sueño de unirse a Sandino estaba cada día más cerca.
“Al otro día temprano se dirigió por ferrocarril a la ciudad cabecera del departamento. De aquí por noche embarcó en una lancha gasolinera rumbo a La Ceiba. Al siguiente día siendo mares, continuó su recorrido en ferrocarril hasta Tela, siguiendo a San Pedro Sula. Remontó en un bote por la corriente del río Ulúa, siguió en ferrocarril hasta Potrerillo del Norte en donde subió en un automóvil que lo condujo al lago Yojoa, el que navegó en toda su extensión a bordo de una lancha movida a motor.
Dominicanos patriotas en armas por su Soberanía. 1965
Recorrido el Yojoa, vuelve a trepar en un automóvil que lo condujo por sobre empinadas montañas, todas pobladas de interminables pinares, y a través de varias ciudades como Ciguatepeque, Comayagua, la antigua capital de la República, y Comayagüela. Llegando por fin en la madrugada del 15 de septiembre del año 1928 a la ciudad capital, la pintoresca Tegucigalpa, la orlada por siete colinas y se alojó en el hotel Roma” (Urbano Gilbert, Gregorio. “Junto a Sandino”, pág. 19).
El periodista Froilán Turcios, hondureño, residente en Tegucigalpa y todavía entonces representante del general Sandino para el mundo exterior en las Segovias, era la única puerta de acceso al cuartel sublevado, por lo que Urbano lo buscó, teniendo que esperar quince días más para salir hacia el campamento, pues según nos testifica el correo de Turcios hacia Sandino era quincenal.
Urbano se cambió de hotel en Tegucigalpa, a sugerencia de Turcios, hospedándose en el Hotel Unión, donde era dueño el Sr. Antonio Lacayo, coronel del EDSN. Este hotel estaba ubicado frente al Teatro Nacional.
Al fin se enrumbó hacia Nicaragua, y después de varias decisiones que tomó para que los que le guiaban no lo dejaran abandonado en el campo, por desconfianza, logró llegar a Murra, pueblo mártir, sacrificado por la horda de marines norteamericanos en su desesperada persecución contra el general Sandino. En este lugar, se contactó con el Coronel Juan Colindres, quien será su llave de acceso al campamento libertador.
Colindres lo puso en contacto con el general Sandino, quien envió a los coroneles Francisco Estrada y Porfirio Sánchez, a buscarlo para que lo llevaran a su campamento.
Salida de marines Puerto Plata 1924
“Junto a los dos soldados de la libertad de Nicaragua con el pretendiente a ello, cambiadas las salutaciones ceremoniales, los coroneles invitaron al llegado a pasar adelante y al poco rato se encontraban en presencia del general Augusto César Sandino, siendo el tiempo el oscurecer del día 13 del mes de octubre del año 1928, y llovía torrencialmente, por lo que las ceremonias de la recepción al recién llegado se celebraron en extremo sencillas, y cortas por tenerse que efectuar dentro de la estrecha champa del héroe. Rodeaban a Sandino además de los coroneles Estrada y Sánchez, el general Manuel María Girón Ruano, guatemalteco, jefe del estado mayor, el coronel Agustín Farabundo Martí, salvadoreño secretario general, y otros oficiales de graduaciones menores” (Urbano Gilbert, Gregorio. “Junto a Sandino”, pág. 44).
Al día siguiente, el 14 de octubre, firmó la pauta o compromiso del Ejército Defensor de la Soberanía Nacional de Nicaragua, para incorporarse como soldado raso. Comienza en esa fecha su militancia solidaria con Nicaragua contra la intervención norteamericana, que lo llevaría en corto tiempo a recibir el grado de capitán, y llegar a ser tesorero del general Sandino en su misión a México.
El libro “Junto a Sandino”, da muchos detalles importantes de la vida militar de los miembros del EDSN, por lo que en nuestra Colección Antonio Rufo Marín, “SANDINO VIVE, dedicaremos un próximo número a su divulgación y comentarios generales de su contenido, promesa que espero poder cumplir el próximo año 2018, como un homenaje al patriota dominicano que cumplirá entonces 90 años de su incorporación al EDSN, el 14 de octubre de 1928-2018.
Urbano Gilbert, permanecerá con Sandino desde esa fecha, 13 de octubre de 1928, hasta el 30 de agosto de 1929, siendo su tesorero en el viaje a México en busca de recursos para la causa sandinista.
¿Por qué se separó Urbano de Sandino?
Dejemos que sea el mismo combatiente dominicano quién nos lo diga, así no gastamos tiempo en especulaciones estériles.
“Notando el capitán Urbano cómo se desarrollaban en México los asuntos de la libertad de Nicaragua, pareciéndole que la reanudación de las hostilidades bélicas sería cosa de esperar tiempo largo, determinó separarse de sus compañeros de ideales por el tiempo que estuvieran haciendo vida de civil, prometiéndoles volver a ellos cuando volvieran a retumbar los fuegos de las armas en las montañas de Las Segovias, siempre que le fuere posible” (Urbano, 1970, 269).
Y es que en México, el gobierno de Emilio Portes Gil, terminó dando a Sandino la condición de “refugiado” y como tal le aprobó dos mil pesos mexicanos para mantenerse cada mes de su estadía en México. Sandino no era ningún refugiado, buscaba ayuda militar para su heroica guerra de resistencia contra la intervención norteamericana, pero en México había fuerzas oscuras que se lo estaban impidiendo, incluyendo –según Urbano- al movimiento “Manos Fuera de Nicaragua” y los antiimperialistas Mexicanos vinculados al Partido Comunista.
Urbano no dice más sobre su retorno a República Dominicana. Solo narra los problemas que tuvo para regresar por la vía de Cuba, y las facilidades que se le brindaron por su condición de héroe ligado al EDSN. El 16 de septiembre de 1929, Urbano estaba poniendo pie nuevamente en Santo Domingo.
Sobre su vida después del retorno de Nicaragua, no tengo mucha información. Solo que en 1956, se doctoró de Filosofía en la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Y es esta misma universidad la que le publicará sus memorias en 1979.
Alguna información nos brinda Teresa de Peña Márquez, en “Listín Diario” edición del 8 de diciembre del 2010; se identifica como sobrina nieta de Celia Gilbert Suero (https://www.listindiario. com/la-vida/2010/12/7/169349/Gregorio-Urbano-Gilbert)
“Fue linotipista, empleado de varias imprentas y vendedor ambulante de chucherías mientras estudiaba en la Universidad de Santo Domingo, donde se graduó de Licenciado en Filosofía en el 1954 y Doctor en Filosofía en 1956. El 24 de abril de 1965, con 66 años y enfermo, se puso al lado de la soberanía nacional. El 29 de noviembre de 1970 fallece de manera repentina en su casa de la calle Palo Hincado, de Ciudad Nueva, en presencia de su esposa Altagracia Pagán de Gilbert.
Escribió libros como “Mi lucha contra el invasor yanqui”, 1916, y “Un año junto a Sandino” (Ibid, Peña Márquez, Listín Diario).
Sin embargo, en su libro Urbano demuestra haber continuado de cerca la lucha sandinista, no solamente los siguientes tres años de combate contra el imperialismo norteamericano (19301932) de parte del general Sandino, sino también la historia de Nicaragua después del asesinato del hombre al que Urbano llamaba “Hombre sano, leal” y también “inmaculado héroe”.
En 1965, nuevamente los Estados Unidos invaden República Dominicana. El ahora filósofos y catedrático universitario, Gregorio Urbano Gilbert, estará con los patriotas anti intervencionistas luchando por la Soberanía Nacional de República Dominicana. Un resumen de esta segunda invasión nos lo ofrece ECURED, en la página de enlace siguiente: https://www. ecured.cu/Invasi%C3%B3n_de_EE.UU_a_ Rep%C3%BAblica_Dominicana
En República Dominicana, al menos una POLITÉCNICA lleva su nombre, como memoria del patriota dominicano.
Por: Clemente Guido Martínez.
Historiador nicaragüense.