El General Benjamín Zeledón, nació un 4 de octubre de 1879, en el Municipio de La Concordia en el Departamento de Jinotega, murió 33 años más tarde, en 1912, en el Municipio de Catarina, Departamento de Masaya, en la misma fecha de su nacimiento, un 4 de octubre defendiendo el suelo de su amada Nicaragua, que es la madre de todos los nicaragüenses.
Un día antes de su muerte, el General Zeledón, escribió lo que fue su carta -testamento, dirigida a su adorada Esthercita Ramírez y a sus cuatro hijos “pedazos de mi corazón”, en la misiva denuncia a los causantes de su muerte:
El encabezado de la carta sin lugar a dudas hace referencia a la Batalla final, contra los infantes de la Marina de Estados Unidos de América y los aliados de los interventores, del Partido Conservador:
“El destino cruel parece haber pactado con Chamorro y demás traidores para arrastrarme a un seguro desastre con los valientes que me quedan. Carecemos de todo: víveres, armas y municiones y rodeados de bocas de fuego como estamos, y 2,000 hombres listos al asalto, sería locura esperar otra cosa que la muerte, porque yo y los que me siguen, de corazón, no entendemos de pactos, y menos aún de rendiciones”.
“Chamorro acaba de mandarme a tu papá para convencerme de que estoy perdido y de que mi única salvación está en que yo claudique, rindiéndome -que Chamorro lo haya hecho se comprende, porque estúpidamente me cree como él, y claro está, si él se viera en mi caso se correría como se ha corrido otras veces y vería que se le pagara bien en dinero y en hombres que es incapaz de conquistar de otro modo”.
Primero la Patria
El amor, el respeto y el legar una Nicaragua Libre a su familia está presente en la carta, pero estaba claro y consciente que para poder disfrutar de la patria había que defenderla de cualquier invasión y que, si tenía que dar la vida, la estaba daba por todos los nicaragüenses y así lo expresa en los siguientes párrafos:
“Tu papá agotó los razonamientos que su cariño y su claro talento le sugirieron. Me habló del deber que tengo que (de) conservar mi vida para proteger la tuya y la de nuestros hijitos, esos pedazos de mi corazón para quienes quiero legar una Nicaragua libre y soberana”.
“Pero no pudimos entendernos porque mientras que él pensaba en la familia, yo pensaba en la patria, es decir, la madre de todos los nicaragüenses”.
“Y como él insistiera, le dije al despedirnos que, desde que lancé mi grito de rebelión contra los invasores y contra quienes los trajeron, no pensé más en mi familia, sólo pensé en mi causa y mi bandera, porque es deber de todos luchar hasta la muerte por la libertad y la soberanía de su país”.
Defensa y Libertad
La Lucha por la Libertad de Nicaragua, fue constante en el General Zeledón, porque conocía del Pueblo Digno, Grande y Potente que es Nicaragua. Era un erudito con un pensamiento progresivo, siempre reivindicando el papel de la mujer nicaragüense que no concebía la infamia y menos la traición; jamás vendió su dignidad por unos cuantos centavos.
“Para los que tenemos la dicha de sentir arder en nuestros pechos la llama del verdadero patriotismo, para quienes sabemos que quien sabe morir, sabe ser libre, y, aunque veo por los preparativos que se hacen que yo y mis bravos y valientes compañeros vamos derecho a la muerte porque todos hemos jurado no rendirnos, no dejo de pensar en ti, mi noble y abnegada compañera, que con valor espartano me dejaste empuñar nuestra bandera de libres y patriotas, porque tú también has sentido el ultraje del invasor y la infamia y traición de quienes lo trajeron, para eterno baldón suyo y vergüenza de los nicaragüenses”.
“No me hago ilusiones. Al rechazar las humillantes ofertas de oro y de honores que se me hicieron, firmé mi sentencia de muerte, pero si tal cosa sucede moriré tranquilo, porque cada gota de mi sangre derramada en defensa de mi patria y de su libertad, dará vida a cien nicaragüenses que, como yo, protesten a balazos del atropello y la traición de que es actualmente víctima nuestra hermosa pero infortunada Nicaragua, que ha procreado un Partido Conservador compuesto de traidores”.
Ni nos vendemos, ni nos rendimos
El combate fue hasta morir, todo por la patria; para entregar a las futuras generaciones una Nicaragua Libre; una de las lecciones que dejo a cada nicaragüense es no permitir que nadie se meta u opines en nuestros asuntos internos, jamás se deben de aceptar humillaciones. Su lucha es digno ejemplo para cada nicaragüense.
“Si el yankee a quien quiero arrojar de mi país me vence en la lucha que se aproxima y, milagrosamente, quedo con vida, te prometo que nos marcharemos fuera, porque jamás podría tolerar y menos acostumbrarme a la humillación y la vergüenza de un interventor”.
“Si muero… moriré en mi lugar por mi patria, por su honor, por su soberanía mancillada y por el noble Partido Liberal en cuyas doctrinas me nutrí, por cuyos ideales he luchado siempre y en quien tengo la fe más ciega de que al caer yo, él te escudará y escudará a los pedazos de mi alma, que les dejo encomendados, seguro de que a ti te ayudarán y a mis angelitos los educarán angelitos, los educarán en mis ideas para que a su tiempo continúen la obra que sólo dejaré iniciada. – Y digo que tengo la fe ciega en el Partido Liberal porque en él he militado siempre, porque en él he luchado con la palabra, con la pluma y con las armas, sacrificándole mis mejores esfuerzos y aun mi vida, y por último, porque tengo siempre mis amigos más sinceros y leales en quienes confío que hagan por ti y nuestros hijos lo que yo haría por los suyos, en un caso semejante”.
Somos el Pueblo de Zeledón
Benjamín Zeledón, es un referente y ejemplo de un gran patriota valiente, su épico sacrificio en aras por la Soberanía Nacional sigue muy vigente y no ha sido olvidado. Su legado y recuerdo vive e inspira cada corazón de todo buen hijo de Nicaragua.
“Repito: si vivo, nos iremos de Nicaragua mientras flamee en ella el pabellón norteamericano”.
“Si muero… no llores, no te aflijas porque en espíritu te acompañaré siempre y porque mis buenos y leales amigos en lo particular, y el Partido Liberal, en general, quedan allí para ayudarlos y protegerlos como yo lo haría si pudiera”.
“Si en estos momentos no tuviera esa consoladora esperanza, moriría desesperado, porque si la patria tiene derecho a mi vida, mi esposa y mis huérfanos hijitos tienen pleno derecho a la protección de ella”.
“Y como, rechazada la oferta de Chamorro no queda otro camino que arreglar el asunto por medio de las armas, dejo al destino la terminación de esta carta que escribo con el alma mandándote con ella, para ti y nuestros angelitos, todo el amor de que es capaz quien, por amor a su patria, está dispuesto a sacrificarse y a sacrificarte a ti y a nuestros inocentes hijos”.
Y se despide: “Adiós… o hasta la vista. ¿Quién lo sabe?”.
Resistió hasta su último aliento, defendió con su vida y heredo un legado de patriotismo.
Orden General Benjamín Zeledón Rodríguez
Fue olvidado en los años de la opresión neocolonial bajo mandato de Estados Unidos, luego del Triunfo Sandinista fue declarado Héroe Nacional el 1 de octubre de 1980, por la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional de Nicaragua.
De 1990 a 2006 fue olvidado por los gobiernos neoliberales. Fue hasta en la segunda etapa de la revolución sandinista, en el 2007, que se reconoció su lucha.
En su honor, la Asamblea Nacional de Nicaragua creó la Orden General Benjamín Zeledón Rodríguez, la que reconoce las soberanías nacionales, culturales y el desarrollo humano de los pueblos.
Esta orden es entregada a profesionales, ciudadanos nicaragüenses y no nicaragüenses que contribuyan al desarrollo de Nicaragua a través de la cultura, las artes, las humanidades.
Fuentes:
https://carlosagaton.blogspot.com/2019/10/nicaragua-ultima-carta-del-carta-del.html
https://www.radiolaprimerisima.com/noticias/general/133580/zeledon-el-heroe-redimido/
https://librepenicmoncjose.blogspot.com/2018/10/la-resistencia-de-benjamin-zeledon.html
https://www.redvolucion.net/2020/10/04/la-patria-es-la-madre-de-todos-los-nicaraguenses/