Nochebuena está a la vuelta de la esquina, y con ella viene el platillo más popular de estas fiestas decembrinas, el pavo.
Cada Navidad este platillo tiene un lugar especial en nuestra cena familiar. Sin embargo, sabemos muy poco sobre el por qué esta ave hace gala en nuestras mesas.
Aquí les explicamos un poco la historia.
El pavo es originario de México. Los aztecas lo conocían como guajolote, palabra que viene del náhuatl y significa payaso de la selva o payaso de agua (hay varias versiones al respecto).
Aunque ellos no celebraban Navidad, al igual que la mayoría de las culturas prehispánicas, festejaban el solsticio de invierno, ya que este marcaba el nacimiento de un nuevo ciclo.
A diferencia de nosotros, los aztecas durante su fiesta denominada Panquetzaliztli conmemoraban la victoria del dios Huitzipopochtli sobre la diosa de la luna. Y no, en ese tiempo aunque ya se consumía el pavo no era un animal para las celebraciones.
Aportación de la Conquista
El ave fue introducida a los españoles durante la Conquista. Éstos lo renombraron gallina de Indias y más tarde pavo, debido a su parecido con los pavo reales que ya habían conocido en Asia.
De esta manera la gastronomía europea se vio enriquecida y el ave al ser un nuevo y exótico producto americano, adquirió cierta relevancia y se situó entre los animales que sólo podían consumir las personas adineradas o los pequeños comerciantes en fechas especiales.
Regresando a México, no fue sino hasta 1528 que Fray Pedro de Gante tuvo la idea de festejar la primera Navidad en México junto con los evangelizados, ya que Panquetzaliztli y la fiesta cristiana se celebraba en fechas tan cercanas no sería tan difícil de convencer a la población de adoptar esta tradición europea.
En esa primera Navidad mexicana el pavo no estuvo presente, pero con los años se convirtió en un producto económico con gran capacidad de alimentar a varias personas, esto debido a que el tiempo de engorda de esta ave era mucho menor que el de otras como los patos, gansos o gallinas. Es por esto que se comenzaron a hacer presentes durante las fiestas del invierno.
¿Cómo llegó a la mesa en Navidad?
La tradición empezó debido a que este animal por mucho tiempo fue el alimento de los hambrietos colonos ingleses del Mayflower que desembarcó en Massachussets em 1620, desde entonces el último jueves de noviembre en Estados Unidos se celebra el día de acción de gracias con el clásico pavo relleno, una costumbre que se fue extendiendo en América incluyendo México en los años 40 debido al exceso de crianza de este animal durante la temporada de invierno.
Otra historia narra que los antiguos pobladores de México lograron no sólo domesticar al guajolote, sino que tenían en alta estima su sabor combinado con algún mole.
De esta manera, cuando los conquistadores llevaron a cabo la evangelización, en sus celebraciones religiosas -sobre todo las importantes- cocinaban pavo para ofrecerlo a su congregación y al ser esta otra celebración religiosa, pues empezó a poner en la mesa.
Datos que no conocías del pavo
Durante de la década de 1930 los pavos fueron cazados casi al punto de su extinción. Fue gracias a regulaciones muy estrictas para la caza del ave que se pudo salvar esta especie
En un inició los colonos españoles llamaban al pavo gallina de las indias.
El peso promedio de un pavo es de 10kg, sin embargo los pavos criados en cautiverio pueden llegar a pesar hasta 30 kg.
Gracias a que el español es tan variado el pavo tiene diferentes nombres en diferentes países. Algunos de ellos son: guajalote, bimbo, piru, gallopavo, mamaco, jolote, guaraca y cócono.
Los pavos llevaban tantas generaciones en cautiverio que hoy en día es casi imposible que regresen a su estado salvaje.
Está Navidad durante la cena recuerda la historia de este exquisito platillo y compártela con tu familia.
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