Como si el mundo estuviera inundado de gente que no piensa, Estados Unidos con la CIA, vuelve a intentar organizar provocaciones internas en Cuba, ahora con personas de baja catadura moral y sin ética alguna, con la fabricación del llamado Movimiento San Isidro.
Quienes observan las imágenes de los integrantes de ese grupúsculo, pueden sacar sur propias conclusiones, pues una imagen vale más que mil palabras.
Difundidos hasta la saciedad en las redes sociales, declaraciones de funcionarios del Departamento de Estados y de su embajada en La Habana, el cabecilla de dicho grupúsculo contrarrevolucionario Luis Manuel Otero Alcántara, se auto califica de “artista”, vieja táctica empleada con aquel que se denominaba “El Sexto”, al que le dieron el título de grafitero, sin saber ni que era un pincel, pero por su adicción al alcohol y las drogas, hacia lo que le ordenaran.
Mike Pompeo, ex director de la CIA y actual secretario de Estado, confesó que en sus escuelas se enseña a mentir y de eso Cuba tiene infinitas pruebas, entre ellas el caso de Armando Valladares, preso por terrorismo, a quien de la noche a la mañana convirtieron en poeta y “paralítico”, apoyado con una amplia cobertura de prensa durante años. Al final todo se descubrió, la invalidez era una mentira garrafal.
Al no contar con opositores ni disidentes reales, los yanquis tienen que acudir a quienes por algunos dólares estén dispuestos a ejecutar sus instrucciones y ese es el actual caso del Movimiento de San Isidro, con miembros que solo inspiran rechazo de los cubanos por sus actos, el irrespeto a los símbolos patrios y sus demostraciones públicas que evidencia su ausencia de educación y moral.
Alguien se ha preguntado de qué dinero vive Luis Manuel Otero y sus amigos. Es fácil responder, del que reciben de los yanquis, de ahí el apoyo oficial del Departamento de Estado.
Para Estados Unidos todo vale y con tal de que monten un espectáculo en la vía pública y expresen algunas palabras contra el gobierno cubano, es suficiente, después los periodistas a su servicio se encargan de la divulgación y darle fama de ser “opositores”.
Si lo que hace Luis Manuel Otero en La Habana, se le ocurre llevarlo a cabo en cualquier ciudad estadounidense o en Chile, la paliza que recibe es salvaje.
Pero como hay que desprestigiar a la Revolución, el dinero corre rápidamente, de ahí que la CIA mueva rápidamente a sus peones para amplificar la situación de esos “opositores”, hecho demostrado por las recientes declaraciones del agente más desprestigiado de esa agencia de inteligencia yanqui, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, que rápidamente expresó su apoyo a “la lucha de los activistas y artistas independientes cubanos” del Movimiento San Isidro, a la que se tuvo que sumar Rosa María Payá, pero ninguno ha criticado los crímenes contra estudiantes chilenos, ni los asesinatos de campesinos colombianos.
Para asombro de muchos, a ese apoyo se incorporó el Senador Marco Rubio, quien en Miami jamás se codearía con personas de semejante estalaje, pero contra la Revolución da igual, el objetivo es incrementar la campaña de prensa.
Luis Almagro, confesó haberse prestado (por órdenes de la CIA) para orquestar el golpe militar contra Evo Morales, en Bolivia, y lo acusó de fraude, hasta lograr su salida del gobierno. No es aval para nadie y todo lo que toca se convierte en excremento.
Por tanto, el Movimiento San Isidro irá directo al basurero de la historia, como sucedió con el Comité Cubano Pro Derechos Humanos, la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, Partido Pro Derechos Humanos de Cuba, Sendero Verde, Movimiento Cristiano de Liberación, Asociación Pro Arte Libre, Asociación de Periodistas Independientes de Cuba, Plataforma Democrática Cubana, la Coalición Democrática, la Concertación Democrática, la Corriente Cívica Cubana, Criterio Alternativo, Movimiento Armonía, Unión Sindical de Trabajadores Independientes de Cuba, Unión de Partidos, Asociaciones y Grupos Independientes, Foro Feminista Aliadas Democráticas, Instituto Nacional de Economistas Independientes de Cuba, Movimiento Cubano de Jóvenes por la Democracia, Grupo de Apoyo a la Disidencia, Grupo de Trabajo de la Disidencia Interna, el proyecto Bibliotecas Independientes, Fundación Lawton de Derechos Humanos, la llamadas Damas de Blanco y muchos engendros fabricados desde Estados Unidos, que solo buscaban avales para obtener una visa de refugiados políticos y vivir del dinero yanqui.
La historia es la misma y no se cansan de fracasar. Hoy la cruzada mediática es brutal, preparando el terreno para acusar a Cuba de violar los derechos humanos el próximo diciembre.
Ninguno de estos “opositores” está interesado en ayudar a los cubanos, no exigen el levantamiento del bloqueo económico, comercial y financiero, la eliminación de la Ley Helms-Burton, reclaman el libre envió de las remesas familiares, sin límites, y la libertad de viajes de estadounidenses a la Isla, aspectos que sí mejoran la vida de los cubanos.
Son marionetas que se mueven al compás del redoblante yanqui, como otros que pasaron sin glorias. Vergüenza deben sentir los que se dejan llevar por la propaganda, arrastrados por esa guerra psicológica contra un pueblo heroico, que su único delito es no someterse a los dictados de Estados Unidos.
En Cuba las calles son del pueblo, no de la contrarrevolución creada y financiada por la CIA. En la Isla no hay posibilidades de actos como los que organizaron en Venezuela, los cubanos saben leer y escribir y conocen bien la historia de los disidentes, esos que como Marta Beatriz Roque y Coco Fariñas fingieron varias “huelgas de hambre”, mientras a escondidas se alimentaban adecuadamente.
Ahora pretenden presionar a la Iglesia Católica para que se pronuncie, pero el clero cubano conoce perfectamente la estratagema y no se dejará engañar, porque tienen una experiencia de 2020 años y de ellos 60 de ver las mismas mentiras de los grupúsculos.
Por actitudes similares expresó José Martí:
“La verdad habla para abrirse paso”
Fuente: El Heraldo Cubano