En el hemisferio latinoamericano están pasando eventos políticos, económicos y sociales de gran envergadura. Son en sus diferentes expresiones conflictos serios, complejos y muy volátiles que en muchos casos representan una olla de presión que no se sabe por dónde encontrará su vía de escape, aunque en muchos casos la explosión ya se hizo escuchar.
Uno ve hacia la cola del cono sur y se encuentra a una Argentina en crisis luego de ver pasar en muchos momentos gobiernos efímeros que surgieron después que los procesos electorales sustituyeran las dictaduras y los golpes de estado, hasta la polarización entre kirchneristas, que retomaron el control de su rumbo expulsando del poder a los macrinianos que le hicieron a la bandera Albiceleste un daño tremendo en solo 4 años de entrega al imperio y que ahora llora arrepentida haber confiado en un neoliberal que tiene en desahució económico a los gauchos, que aunque usted no lo crea, están casi a la par de Haití donde sí hay una crisis humanitaria pavorosa de la que nadie quiere hablar.
Chile que es un país que gozó por varias décadas de bonanzas para sus oligarquías, hoy suena a muchos como un absurdo verlo sumido en una crisis económica y social donde su desempleo, con la llegada del ultra conservador y multi millonario de Sebastian Piñera, aumentó 10,8 por ciento el desempleo, lo que significa unas 783 mil personas sin trabajo, según cifras oficiales.
Los trabajadores asalariados son quienes han sufrido en carne propia las mayores consecuencias de la pérdida del empleo generando un gran impacto social y a una crisis política chilena que ha decaído considerablemente en la última década producto de la corrupción, la falta de transparencia, el financiamiento turbio, el oportunismo, los discursos hipócritas y el distanciamiento con el electorado.
A mediados del año 2016, el ex presidente Ricardo Lagos auguraba estar calculando lo que sobre venía; “la peor crisis política e institucional que ha tenido Chile” y esa conclusión es tan real como las escenas violentas que no dejan de sorprendernos por su nivel de violencia cuando vemos a manifestantes protestando contra sus políticos y a la guardia carabinera y sus policías cachiporreando y asesinando a la gente, pero de eso nadie dice nada, menos aún la O.E.A que no ve, no oye, no escucha.
Brasil fue bajo los gobiernos de Lula D´Silva y Dilma Rousseff una nación resucitada económica y socialmente, pero como el Partido de los Trabajadores, de tendencia de izquierda, podía alargarse en el poder con el retorno candidatural de su líder histórico, Lula D`Silva, entonces desde afuera, ya sabemos quiénes, crearon una crisis insostenible que impuso en el gobierno a un fascista como Bolsonaro que gobierna por decreto y está incubando peligrosamente reacciones de las que en cualquier momento estaremos hablando, pero de eso no dice nada la O.E.A.
Perú, ahora mismo no termina de digerir el suicidio de Allan García que prefirió la muerte antes de ser apresado por una corrupción que salpica a varios de sus expresidentes que huyen, están presos o están siendo juzgados por ladrones lo que ha traído al seno de su propia realidad política una crisis donde la credibilidad en los suspirantes al poder no tiene ningún valor y donde los peruanos tienen un desprecio absoluto por sus opciones partidarias y claro de esto la O.E.A no prevé que lo peor pudiera estar por venir porque responde a otros intereses.
En Ecuador se vive una especie de noche de los cuchillos largos. En ese país la traición es una moneda de curso corriente y la persecución del Judas de Lenín Moreno, contra su mentor Rafael Correa, ha generado el desprecio de los ciudadanos contra el presidente actual que por añadidura se puso ante la opinión pública la soga en el cuello con la entrega al imperio de Julian Assange quien fue sacado de la embajada ecuatoriana por agentes británicos en Londres, pero de esto no dijo nada la O.A.E porque quien está detrás de esto es el Imperio y menos que diga sobre las profundas heridas que Lenín Moreno zanjó contra el pueblo que lo eligió y por lo cual los indígenas hicieron tronar los tambores de indignación y se fueron a las calles a vencer al neo liberalismo, al Fondo Monetario Internacional, a los poderes fácticos encabezados por la mentira mediática, a las poderosas oligarquías y al imperio mismo. Pero claro la O.E.A esto no lo considera pertinente para incluirlo en su agenda.
En Colombia los esfuerzos de paz, que se balancean sobre un fino hilo de costura como producto de trogloditas como su ex presidente Álvaro Uribe, con un proceso judicial sobre su cabeza, aunque por ahora excarcelado, aunado a la actitud interventora e invasiva contra Venezuela y además rebelde contra las normas del derecho internacional, está creando un pasto de cultivo que pudiera involucrar al hemisferio en una conflagración militar que encabezada por Estados Unidos puede perfectamente abrir heridas por décadas hacia el futuro con consecuencias impredecibles para nuestra américa y sobre eso la O.E.A calla.
Costa Rica la que se nos quiere pintar blasfemamente como la Suiza centroamericana tiene internamente una crisis económicamente monstruosa, un resentimiento social expresado en sus ciudadanos y un desprestigio nunca visto de su clase política que cuidado tiene encapsulado una erupción pavorosa sobre la cual la O.E.A debería estar atenta, pero que al respecto no dice esta boca es mía porque de por medio los hilos imperiales mueven a un FMI que se quiere hacer de los Tiquillos.
Ahora mismo la metodología golpista que aquí nos quiso destruir el país se está aplicando en Bolivia. Evo Morales el reelecto presidente de ese país sufrió un golpe de estado que lo mantiene en el exilio y aunque su partido, el más allá recuperado el poder el tema político, dado lo que tendrán que decidir las nuevas autoridades, es un avispero donde la mano siniestra de Luis Almagro y la O.E.A están metidos de pie a cabeza y entonces los llamados gobiernos democráticos, en realidad súbditos del imperio, son Chaquiros.
Seguramente si me propusiera hacer un repaso pormenorizado sobre las cosas que cada país latinoamericano está atravesando política, económica o socialmente, me tomaría un gran tiempo para exponerlo porque ninguna de estas naciones está libre de pecado como para lanzar a otros piedras o mucho menos bolones como algunos hacen desde la O.E.A contra Nicaragua.
Hay evidentemente un descaro absoluto de la O.E.A que con saña y odio ha focalizado sus baterías contra Venezuela, Cuba, Nicaragua y Bolivia, en tanto no había cuajado el golpe de estado que finalmente se propinó a Evo Morales porque hoy de la destruida Bolivia, con la victoria de Luis Arce del MAS, lo que ha empezado es el resurgimiento de la nación que se inspiró en el libertador Bolívar y con ella la caída exigida de un payaso que como Luis Almagro nos debe su renuncia.
Yo no digo que Nicaragua esté en un lecho de rosas, si diariamente enfrente la canallada del imperio, pero junto con Venezuela es el bolero de tarro de una O.E.A que presidida ahora por el delegado del imperio se propuso a hacer de nuestras vidas un infierno sin reconocer, simplemente porque así les ronca, los esfuerzos que se hacen por concretar, por evitar con paciencia y tolerancia que las víctimas se lancen contra sus victimarios porque todo tiene un límite y en lo que debemos insistir es que la violencia engendra más violencia y que nuestra responsabilidad política y ciudadana es hacer efectiva la paz, pero el principal obstáculo para lograrlo es la tal O.E.A y un loco que diciendo que la representan como Secretario General, traspasó todos los límites de la elemental cordura para venderse o regalarse al interés de quien le paga en Washington.
Esta O.E.A bajo la ambivalencia de un Luis Almagro que además de errático e incoherente ya fue acusado en su país porque hizo desaparecer 250 mil dólares de la cartera de su ministerio cuando fue canciller de Uruguay, pero que es el mismo que se llena la boca señalando de corruptos a otros países es, quien está demostrando únicamente que el significado de O.E.A es “Olvidemos Este Asunto” porque francamente es una sociedad de naciones solo inclinada rastreramente hacia quien le sirve de anfitrión y de financiero y que desde ella ha creado organismos como la CIDH que deliberadamente es una marioneta más de los dictados imperiales de los Estados Unidos.
Venezuela ya abandonó la O.E.A. porque se hartó de la actitud invasiva e intervencionista de esta sigla buena para nada, Cuba aunque la invitaron a retomar su lugar luego de décadas de estar excluida por la voluntad del Tío Sam por dignidad dijo “NO”, de larguito estoy en paz y seguramente en la medida que la dependencia servil y rastrera de su Secretaria Ejecutiva con el Departamento de estado se haga más evidente habrán más pensamientos que nos acerquen a consensuar la conveniencia de que formemos los latinoamericanos una identidad hemisférica propia que excluya a los anglosajones que nos ven como de tercera o cuarta categoría porque no tenemos la abundancia economía que ellos tienen gracias al despojo que de nuestras riquezas hicieron desde hace más de doscientos años.
La O.E.A en realidad solo sirve para ayudar a las transnacionales a saquear América Latina; la O.E.A solo sirve para promover guerras de Estados Unidos contra países latinoamericanos; La O.E.A solo sirve para apañar a los corruptos de derecha en América Latina, donde ahora podemos incluir al propio Luis Almagro.
La O.E.A es un organismo hecho a la medida del imperio, es la antítesis de lo que pretende representar porque es un violador conspicuo del derecho internacional que hace de su propia constitución una letra muerta que expide hedores nauseabundos que naturalmente asquean a los pueblos de un continente que como el nuestro repulsan la actitud rastrera de algunos de sus gobiernos que se prestan a santificar la crucifixión que el Tío Sam ejecuta contra nuestro desarrollo y vocación de paz.
Por: Moisés Absalón Pastora.