VATICANO: El más siniestro puntal imperialista

VATICANO: El más siniestro puntal imperialista

Genocidio de Panamá y como España asesino a sus primeros habitantes



OBJETOS DE ORO ENCONTRADOS RECIENTEMENTE

Uno de los significados del nombre Panamá era porque sus habitantes al ser interrogados por los europeos sobre donde había minas de oro decían “uanabá” refiriéndose a que el oro lo traían de lugares lejanos: esa búsqueda de riquezas era una de las metas principales de los conquistadores.
  Esta región junto a otras fue la base de la destrucción de casi todas las civilizaciones americanas y de los asesinatos y torturas que sufrieron los habitantes de Colombia, Venezuela, Perú, Nicaragua, Costa Rica, Estados Unidos, el Caribe, etc. 

Cuando los españoles llegan a Panamá la gente que allí vivía al verse invadida por gente extranjera, con sus tierras robadas y sus habitantes esclavizados sufren abruptamente la desintegración de sus vidas. 

También se destruyen los cacicazgos y toda producción cultural y artística (vea el lector las hermosas piezas que se ven en las fotografías). Muchas obras de arte son robadas por los españoles, destruidas y fundidas.

 Las expediciones españolas hacia América se aprovisionaban en Las Islas Canarias, donde también asesinaron y esclavizaron al pueblo de los Huanches, cometiendo una gran matanza hoy equiparada a un Genocidio. Panamá fue fundamental para el paso terrestre entre América del Norte y la del Sur lo que originó grandes migraciones siendo un corredor obligado de las corrientes humanas que poblaron toda América. 

Originalmente poblado por gente de los pueblos Chibchas, Chocoes, Caribes, Mayas y Kunas entre otros, con registros arqueológicos de 20.000 años antes del presente pero suponiendo unos 40.000 años cuando gente de origen asiático venía persiguiendo los grandes animales prehistóricos (por ejemplo los kunas, actuales habitantes de Panamá tienen ojos achinados, producto de esas milenarias migraciones).

 La extinción final de estos pueblos y su esclavitud comienza en 1501 con la excursión de los españoles Rodrigo de Bastidas y Juan de la Cosa: esa exploración estuvo por uno de los campos de concentración más abominables que fundó Europa en América: Cartagena de Indias (actual Colombia), capital de la esclavitud negra por cientos de años. 

Luego los españoles seguirían asesinando gente y destruyendo poblaciones por el Golfo de Urabá (hoy Colombia) hasta llegar a Panamá (Golfo de San Blas desde el río Atrato a Puerto Escribano).

En 1508 Cristóbal Colón fondeó en la Bahía del Almirante (actual Bocas del Toro) allí encontró gente desnuda que llevaba en el cuello espejos de oro que no querían vender ni dar en trueque. Navegó por las Islas Vírgenes, San Jorge, Santa Cruz, etc, muchas de ellas estaban habitadas y luego quedaron desoladas por los asesinatos y esclavos que los españoles apresaban con cadenas. 

Siguió hasta Portobelo (uno de los mayores campos de concentración que fundó Europa en América). En el segundo viaje de Colón llegaron a Panamá la mayoría de los asesinos y ladrones como Alonso de Ojeda, Juan Ponce de León (asesino a la gente de Puerto Rico), Juan Esquivel (asesino a la gente de Jamaica), Vasco Nuñez de Balboa, Pánfilo de Narváez (genocida y esclavista de los habitantes de América del Norte), Diego de Nicuesa: asesino de los Tayronas (pueblo de Colombia) quien fue nombrado gobernador del Golfo de Urabá (hoy Colombia) y de Panamá, llamado este territorio Castilla del Oro.

En La expedición de Pedrarías Dávila de 1.500 hombres y 19 barcos llegaron también varios futuros asesinos, torturadores y esclavistas a Panamá: Sebastián de Belalcázar, un sádico capitán (asesino gente en Colombia, Ecuador, Nicaragua, Perú entre otros sitios, destruyó increíbles piezas arquitectónicas, robo tesoros, torturo personas, esclavizó mujeres y niños entre otros crímenes horrendos). Francisco de Montejo, asesino y torturador del pueblo Maya de México. 

Hernando de Soto (asesino y quemó gente viva en Nicaragua, mutiló personas en Perú, Estados Unidos y otras regiones). 

Otros asesinos y ladrones ya se hallaban en Tierra Firme como Francisco Pizarro, el cruel Valdivia, Jimenéz de Quesada (torturador de los pueblos de Colombia) y Nicolás de Federman (año 1.530), ladrón y asesino de los pueblos de Venezuela; Bernal Diaz de Castillo: ladrón de los pueblos de México, etc. 

 Llegando a la Isla de Dominica, la expedición asesinó gente de los caribes, un pueblo que usaba flechas de yerba ponzoñosa y andaban desnudos: según el relato de Andagoya, cronista de la expedición (año de 1.514). En 1534 informa a España de la necesidad de abrir un canal interoceánico (antecedente del futurismo canal de Panamá). 

Pedrarias Dávila fue instigador de los crímenes que cometieron las expediciones que él mismo mando a Costa Rica y Nicaragua: era un implacable asesino, autor de crímenes, robos y torturas, llamado por un cronista de la época como la Ira de Dios por tantas crueldades. Además era esclavista y torturador.

 En 1519 repartió como bestias a 8.800 personas entre 102 esclavistas españoles y los obligaba a trabajar en las peores condiciones y excesos: esa gente vivía libre desde Chepo hasta Penonomé y en las Islas del Golfo de Panamá. 

Una encomienda posterior repartió 7.043 personas. Pedrarias marchó a Nicaragua y se llevó consigo gran cantidad de personas (este método de conquista y castigo fue aplicado en toda América como un plan sistemático de eliminación y de sentido de pertenencia y desmoralización psicológica). 

Entre los esclavistas se hallaban todos los criminales que venían en la expedición y eran capitanes y hasta curas como Hernando Luque. Los mismos conquistadores además de escribir sus crímenes relataban los de otros: como decía Balboa de Pedrarías que nunca se había castigado los daños y muertes de personas y los hurtos de oro y perlas que se hicieron a los habitantes de Panamá.

En 1509 otro esclavista español: Diego de Nicuesa fundó la Ciudad Nombre de Dios. Por ignorancia histórica y desprecio a sus primeros habitantes la figura de Balboa, cruel asesino de muchas personas, torturador, esclavista, ladrón de tierras, riquezas, destructor de bienes materiales, etc. tiene una estatua en su honor en la costa de la ciudad de Panamá; además la propia moneda se llama Balboa y cientos de comercios y otros lugares: una ofensa tremenda a la memoria del pueblo originario panameño.

 Balboa formaba parte de la expedición de Enciso que destruyó, quemó pueblos y asesino a la gente de Colombia. 

Luego esa misma expedición con 100 hombres y dos barcos se dirigió al Darién en Panamá: el asesinato de su gente y la esclavitud siguiente redujo la población de tal forma que esa fue la causa por la que los españoles decidieron fundar Panamá el 15 de Agosto de 1519 en tierras robadas al cacique Pacora y su pueblo. 

Los españoles se dirigieron al río Atrato (hoy Colombia) donde encontraron un pueblo de 500 casas al pie de la montaña selvática y a orillas del mar; era la tribu del cacique Cemaco. 

Las mujeres y los niños habían sido llevados lejos porque ya sabían que serían asesinados por los europeos. 

Los guerreros lucharon con sus medios: piedras y flechas, llegando a 500 personas. Los españoles como siempre se encomendaron a sus santos como la Virgen Nuestra Señora de la Antigua y prometieron que si ganaban el lugar sería llamado de esa manera. Sacaron sus espadas y soltaron sus perros que traían para asesinar; la lucha corta, cruel y encarnizada.

 Los nativos peleaban por su tierra, su libertad, sus hijos. Los blancos por la codicia y la ambición: quedó un tendal de muertos. Cemaco huyó pero muchos de los suyos quedaron prisioneros en manos españolas. Los españoles encontraron gran cantidad de alimentos como yucas, otoes, cocos, melones, etc. lo cual robaron todo, además de algunas cosas de oro. 

Escondido encontró un español un tótem de oro macizo que era la deidad de la tribu de Cemaco, objeto que también se robaron que era de 12.000 castellanos o pesos oro. Más de cinco veces la suma que Enciso había invertido en la expedición (imagine el lector las riquezas que España robó).

En Panamá luego de asesinar y robar a sus pobladores los españoles fundaron la ciudad de Santa María la Antigua del Darién en 1510; allí mismo pusieron un centro de fundición para fundir el oro robado y el que encontrarían luego. 

Se estableció el primer Cabildo: todos los miembros de todos los Cabildos americanos eran esclavistas que comerciaban con la vida humana como algo que no valía nada (muy lejos queda la figura de institución patriótica con la que nos engañan los libros de historia y de aquellos paseos inocentes que los grupos de escuelas primarias suelen realizar).

Una forma usual de matanza que usaban los españoles era el uso de perros entrenados: el perro Leoncico que era temido por la gente había asesinado a varias personas (hasta tuvo su parte en el reparto del botín del robo de las posesiones). 

Este perro era hijo del perro Becerrico, otro famoso animal que asesinó a varias personas: si alguien se ponía en defensa el perro lo hacía pedazos y sabía distinguir entre los españoles y los panameños, aparentemente los identificaba por el color de la piel.

En 1511 Balboa con dos barcos y 130 hombres; atacó a los nativos del pueblo del cacique Careta y quemó sus aldeas, este pueblo se encontraba en la región playera de Coyba o Cueva (hoy Punta Mosquitos). Balboa cayó de noche y destruyó su pueblo, robo todo lo que tenía y apresó al cacique junto a su esposa y dos hijos: luego lo dejó marcharse. 

Mientras los españoles se llevaban prisioneros, oro y alimentos. Entre tanta destrucción se perdieron historias como la de la tribu blanca donde se adora al puma sagrado o la historia de Tuira, el Dios creador que estremecía el cielo y la tierra. Careta se obligó a esclavizarse para que Balboa libere a los esclavos que tenía y así cultivó junto a su gente las tierras para alimentar a los españoles. Balboa también destruyó la tribu del cacique Ponca quemándola entera.

 También asesino y esclavizó a la gente del cacique Comogre, que vivía en un valle al pie de una montaña con más de 13.000 habitantes: este cacique vivía junto a su familia en un fuerte sólido que fue quemado por los españoles.

 Era un sitio sagrado donde se adoraban a los antecesores del cacique, secados a fuego lento y envueltos en algodón, adornados con plumas, cadenas, y objetos de oro. Veinte generaciones de jefes Kunas fueron ultrajadas por los españoles. Al igual que en toda América los españoles eran considerados Dioses al principio y luego por tantas maldades como espíritus del mal o Tuiras. 

El cacique Comogre les ofreció piezas de oro que fueron fundidas ante sus ojos, obras de arte en miniatura y en tamaños mayores con meses de trabajo: águilas, muñecos, tigres, etc. Los nativos al ver que sus obras de tanto esfuerzo eran fundidas se entristecieron tanto que Panquiaco uno de los hijos de Comogre dijo: ¿Qué hacen? ¿Por qué destruyen tan hermosas piezas?, si es por se metal de tan poco valor para nosotros, les diré donde pueden hallar más. Así Panquiaco les indicaba la región de Perú que años posteriores los españoles destruyeron: el imperio inca. Fue Panquiaco quien le habló a Balboa del Pacífico, pero la historia se encargó de “disfrazar” a Balboa como el “descubridor” del Mar del Sur.

 Luego los españoles para sellar su dominio y destruyendo los valores espirituales del pueblo bautizaron a la familia del cacique Comogre con el nombre impuesto de Don Carlos. Luego del despojo el tesorero Pasamonte, le enviaba al rey el quinto del tesoro de Ponca y Comogre: unos quince mil pesos oro. 

Esta gente asesinada era pacífica según relatos de los mismos conquistadores; los tibas o caciques y la gente de rango vestían mantas de algodón. Las mujeres la llevaban desde la cintura hasta las rodillas y las nobles hasta los pies. Eran polígamos; en la guerra se pintaban el cuerpo de negro o rojo, se adornaban con piezas de oro y en la cabeza plumas de colores: las mujeres también eran guerreras y luchaban junto a sus maridos. Adoraban al Sol, la Luna y sus hechiceros eran llamados tequinas.

Balboa mientras tanto seguía persiguiendo y asesinando gente buscando el tesoro de la Diosa Dabaibe, este nombre era el de la madre del dios que había creado el sol, la luna y lo demás: según la leyenda existía en algún lugar un templo de oro dedicado a la Diosa; por ello Balboa salió en su búsqueda. 

Con 160 hombres y dos barcos partió la expedición al sur de la Antigua en el año 1.512 y desembarcó en el río Atrato (hoy Colombia). Otro capitán Rodrigo de Colmenares lo acompañó con otro ejército. Los nativos huían al paso de los españoles y se refugiaban en las montañas, quemando todo y los españoles robando lo que encontraban. Llegaron al pueblo de Jurví al que atacaron, asesinaron a sus pobladores con arcabuces, espadas y perros; tomaron prisioneros incluido el cacique Abenamachéi. 

Un soldado español le cortó al cacique un brazo de una cuchillada. Colmenares quedó en el pueblo con algunos soldados y Balboa con otros subió por el Río Negro donde encontraron casas hechas en la copa de los árboles donde vivían varias familias; los árboles eran tan gruesos que sólo podían ser abrazados por ocho hombres en ronda: era el pueblo del cacique Abibeyba. Los españoles empezaron a llamar al cacique quien no quería bajar y por ello los españoles empezaron a hachar los árboles y la gente con sus hijos a bajar atemorizados: Abibeyba bajó con su esposa y dos hijos: allí se le pregunto al cacique por oro: le dijo que él lo iría a buscar a las montañas. 

Como rehenes quedarían sus mujeres e hijos; el cacique no regresó nunca y Balboa se llevó de rehén a toda su familia y gente del pueblo; siguió por el río donde encontró más pueblos abandonados por el temor que tenía la gente: en una emboscada mató 200 personas en el río Negro.

Colmenares mandó varias expediciones a buscar alimentos, oro y esclavos; una de ellas atacó el pueblo del cacique Abrayba que se alió a los otros caciques que habían sufrido los ataques anteriores; con más de 500 guerreros atacaron a los españoles pero fueron muertos la mayoría y esclavizados el resto: los españoles lograron muchos esclavos, oro y alimentos regresando a La Antigua. Balboa dejó en un pueblo 30 soldados a mando del capitán Hurtado que se dedicó a cazar esclavos, envió a varios a la capital recién fundada; pero en el río fueron atacados por la gente del cacique Cemaco, en la lucha murieron 19 españoles y dos sobrevivieron. 

El capitán español Hurtado torturó a un prisionero para saber las ideas de los caciques y luego de someterlo a torturas bestiales, el torturado confesó que habían organizado un plan para atacar La Antigua con todos los pueblos unidos del Darién, reuniendo cinco mil guerreros de los caciques Abibeyba, Abrayba, Abenamachéi y Dabaibe, llevando sus armas al pueblo de Ticihiri. Balboa decidió asesinar a esa gente en sus pueblos y mandó a que lo hiciera a Rodrigo de Colmenares. 

 Llegados los españoles con Balboa al pueblo esclavizaron a los parientes del cacique Cemaco que allí estaban. Colmenares caía sobre el pueblo de Tichiri, asesinando cientos de personas y esclavizando a mucha gente, asesinó con sus perros a quienes huían e hizo presenciar a los esclavos como luego de azotarlos ahorcaba a los jefes y mató a flechazos al cacique principal. 

Los arcabuces se llevaron con su pólvora gran parte de la identidad que tanto hoy cuesta recuperar de la historia, el olvido y el desprecio Los españoles felices volvieron a La Antigua con esclavos, oro y víveres.

Balboa partió nuevamente en 1513 con 190 soldados, 600 esclavos panameños y una gran jauría de perros para conquistar otras tierras, obteniendo víveres y ayuda estratégica de los caciques Careta y Comogre. En tierras del cacique Ponca lo obligaron a darles oro, que se los dio en finas joyas por 110 pesos, al igual que a todos los caciques Balboa le exigió guerreros, víveres y porteadores para llevar los elementos del ejército.

 La columna de expedición siguió hasta las tierras del cacique Torecha, quien les dijo que se fueran o morirían. Los españoles atacaron en una carnicería salvaje matando hombres, mujeres, niños: los guerreros huyeron por la selva y los perros mataron a varias personas: el cacique Torecha y 600 personas fueron asesinadas ese día. 

Pizarro, el futuro exterminador del Imperio Inca formaba parte de la expedición: los que no escaparon fueron prisioneros. Como diversión y castigo más de cincuenta personas, incluido el hermano del cacique al que acusaron de homosexual fueron despedazados por los perros alanos en una especie de festín incitada por los soldados, sus cadáveres fueron luego quemados. Los españoles saquearon el pueblo y lo quemaron, robando oro y perlas.

Luego de esa matanza y de ver el Oceano Pacífico fueron al pueblo del cacique Chiapes al que atacaron, mataron a varias personas, esclavizaron a otras y luego lo usual: robaron y prendieron fuego el pueblo. 

El cacique huido en los montes y amenazado regresó obligado a entregar el oro que poseía. Balboa decía al rey: “Sé de muchos secretos donde puede haber grandes riquezas en mucho oro donde Vuestra Real Alteza será muy servido”, proseguía diciendo que en el río de San Juan en las tierras de Dabaibe había mucho oro y en las tierras de Comogre muchas islas con gordas perlas: los nativos fueron obligados a esclavizarse al servicio de los españoles sumergiéndose todo el día sin descanso a buscar esas perlas y cuando sus pulmones no podían más se los dejaba morir y se reemplazaban por otro; si el nativo no subía se mandaba a otro a buscar las perlas, no a rescatar a los muertos y todo eso con el mayor desprecio por la vida ajena (hoy en Panamá la Isla de las Perlas, ya no queda una, producto de esos robos iniciales o Isla Contadora donde se contaban las perlas que eran llevadas a Europa). 

El Cacique Coquera fue quien señaló la isla de Tararequi como lugar para sacar perlas. Tumaco hijo del cacique luchó contra los españoles y fue derrotado; Balboa lo mandó a buscar a los montes donde se refugiaba y lo obligó a darle 240 perlas grandes y otras más chicas, además de joyas de oro finas por 614 pesos, además de remeros, víveres y guías.

Mientras Pedrarias mandó a su capitán Gaspar de Morales junto a Francisco Pizarro a la Isla de las Perlas (hoy Isla del Rey) llevando como remeros a gente de los pueblos de Chiapes y Tumaco. En una isla aprovechando que sus habitantes celebraban una fiesta raptaron a las mujeres. Luego se dirigieron a la Isla Rica a la que llamaron Isla de Flores, asaltando la aldea del cacique Dites, robando sus objetos y tomando esclavos: como era lo usual. 

El cacique juntó a su pueblo se refugió en los montes pero ante las amenazas de muerte tuvo que salir y darle a los españoles muchas perlas y les mostró de donde se sacaban: les prometió darles cantidades fijas. 

Muchas perlas adornaron las coronas europeas como La Peregrina de 31 kilates esta perla y otras riquezas pasaron por Felipe II, los Tudor de Inglaterra, Napoleón entre otros. Diecinueve caciques se aliaron para luchar contra los españoles porque éstos seguían asaltando y quemando pueblos tomando a esclavos saliendo las expediciones desde el pueblo de Tutibra. 

La expedición siguió entre ciénagas por las tierras del pueblo del cacique Teoachán, que fue destruido y quemado por los españoles. El cacique también les dio perlas y oro. Llegado el ejército al dominio del cacique Pacrá, encontró el pueblo vació pero robaron oro por tres mil pesos. Balboa mandó nativos a la selva para decirle al cacique que si no venía lo iría a buscar con los perros para que lo mataran, ante la amenaza volvió a su pueblo con tres de los suyos y ante el reclamo español de entregar tierras, oro y riquezas se opuso: “Tú eres nuestro enemigo, vienes a quitarnos lo nuestro”; entonces Balboa mandó darle inhumanos tormentos y a pesar de la terrible tortura, no reveló nada. 

Entonces Balboa le arrojó los perros que lo asesinaron junto a sus tres acompañantes y luego quemaron sus restos; por temor a semejante represalia fueron entregándose los pueblos de los caciques Mahe, Tamao, Othoque, Bonionoma, Chioriso, Bocheriboca, etc. Así los españoles lograron un tesoro incalculable de oro, mantas, perlas, plumas, etc. llevados por cientos de esclavos; al transitar por sierras sin agua murieron muchos esclavos de fatiga y sed siendo abandonados en la montaña.

Gaspar de Morales para parar la rebelión de los pueblos levantados fue degollando a los prisioneros encadenados por el cuello incluyendo mujeres para desmoralizar a sus parientes que querían recuperar a sus mujeres e hijos. 

El mismo Balboa se lo relataba en carta dirigida al rey: “se hizo una crueldad que nunca se ha hecho: traía el capitán Morales cien indias e indios la mayor parte mujeres y muchachos y el capitán mandó que a todos se les cortasen las cabezas y les dieren estocadas y ninguno escapó excepto algunos de las Islas de las Perlas”: Según las instrucciones se debían dar a Pedrarías las dos terceras partes de los esclavos y el oro y otro número de esclavos a los oficiales.

Mientras que otra expedición fue enviada a saquear los pueblos del Golfo de Urabá (Colombia) al mando de Francisco de Vallejo, quien regresó con tres mil pesos de oro robado y numerosos esclavos. Otro pueblo que los españoles atacaron fue el del cacique Tubanamá, para lo cuál Balboa selecciono a 60 soldados y recibió numerosos guerreros del cacique Pocorosa. 

Llegados al pueblo los españoles mataron a muchas personas incluidas mujeres y niños: ochenta mujeres y hombres tomaron como esclavos. Balboa ordenó atar a Tubanamá de pies y manos y amenazó asesinarlo con perros o tirarlo al río; llorando ante la amenaza del castigo físico el cacique le ofreció oro a cambió de su libertad, entregándole seis mil pesos oro y perlas. 

Los españoles se llevaron a todas las mujeres y le raptaron un hijo; además obligaron a su pueblo a pagar anualmente un tributo de oro. Llegada la expedición a Santa María de la Antigua reunieron entre oro y perlas después de tantos robos, asesinatos y torturas que no habría pena que alcanzará ni en la Tierra ni en el Cielo para castigarlos, unos cien mil pesos de oro (421 kilos de oro), enorme y sangriento botín. 

Ya instalados en La Antigua, los españoles pasaron enormes dificultades de hambre, llegando a morir unos 700: tal era la situación que muchos escaparon a La Española, Cuba, Jamaica o volvieron a España; mientras Pedrarías enviaba expediciones a saquear pueblos y tomar esclavos y fundar pueblos.

Una de esas expediciones al mando de Luis Carrillo, atacó nuevamente el pueblo del cacique Abrayba en lo que hoy es Colombia, tomó muchos prisioneros y repartió los esclavos entre ellos. Otra expedición atacó y asesino gente del pueblo colombiano de los Zenú, regresando a la Antigua con 500 pesos en oro y 200 prisioneros.

Otra expedición al mando del asesino español Juan de Ayoras desembarcó en 1514 en las tierras de Comagre y fundó el pueblo de Santa Cruz, lo que hizo fue lo más aberrante de la mente humana. A pesar de ser bien recibido destruía pueblos de noche, quemaba vivas a las personas, las torturaba, esclavizaba, arrancaba sus lenguas y toda clase de terribles tormentos. 

El obispo de la expedición llamado Quevedo denunciaba estas cosas: los pueblos del cacique Careta y Chauca entre otros alimentaban a los españoles y los guiaban. Ayora quemó vivo a un cacique luego que le había dado oro y violaron a las mujeres; el mismo cacique se vengó y logró expulsar a los invasores. 

No se tuvieron más noticias de Ayoras y el español Hurtado que fue el encargado de su búsqueda aprovechó para robar más de dos mil pesos oro y esclavizar a más de cien personas. Atados por el cuello y los pies, eran errados con fierros calientes y marcados como esclavos en la cara o en los brazos, luego eran enviados a trabajar en las minas de oro o a labrar los campos; otros eran vendidos en pública subasta como esclavos y llevados a trabajar a Jamaica o a La Española (actual Haití).

En Tubanamá los españoles mataban gente “alanceando” es decir asesinando con lanzas. El cacique Pocorosa quien hizo lo mismo que hacían los españoles con su pueblo, robó y torturo a los soldados españoles metiéndoles oro por las bocas diciéndoles: “hártense de oro”. De esa política española de genocidio el resultado fueron 2.000.000 de muertos en todo el istmo y pueblos arrasados. Balboa obtuvo el titulo de gobernador de Coiba y Panamá.

En la región de Acla, los españoles fundaron un fuerte y mandaron una expedición al mando del capitán Gaspar de Espinoza: en esa expedición muchas personas murieron merced a los perros, otros ahorcados y como castigo los españoles les cortaban las narices y las manos, cómo luego lo harían con los habitantes de Perú. Colombia, Chile, etc. Francisco de San Román un monje, relató que los españoles mataron 40.000 nativos en pocas jornadas. Mientras el pueblo de Acla en el año 1517 Balboa comenzó la construcción de barcos para ir hacia el Pacífico a conquistar Perú; tenía 30 negros esclavos y gente de los pueblos esclavizados.

 La labor fue tan dura que murieron 500 personas en las selvas construyendo las naves y asesinados por no cumplir órdenes o victimas de los accidentes, el trabajo, la mala alimentación y las enfermedades: se buscaron prisioneros para reemplazar a los muertos en otras regiones e Islas. En 1518 con dos barcos construidos atacó y a asesinó a la gente del cacique Chuchama en el Golfo de San Miguel, regresó a la Isla de las Perlas y construyó otros dos bacos.

Otro asesino y torturador español que fue crucial en esta parte para destruir a los pueblos panameños fue Gónzalo de Badajoz quien fue a Nombre de Dios en 1515 con 80 hombres: asolando pueblos y cautivando esclavos lograron acumular 80.000 pesos en oro: el cacique París atacó un pueblo con 3.000 guerreros y mató a todos los soldados que encontró; los españoles consiguieron reagruparse y resistir el incendio del pueblo que dejó como saldo 60 españoles muertos y muchos heridos, además de 300 esclavos que no lograron escapar de las llamas. 

Logró así el cacique recuperar el tesoro valuado en 130.000 pesos de oro. El ejército español luego atacó y destruyó los pueblos de las islas Otoque y Taboga.

Pedrarías con 250 soldados y dos barcos navegó a las costas colombianas y luchó contra el pueblo de los caribes que habían asesinado a un ejército español con 180 soldados, al mando del capitán Becerra: volvieron derrotados a tierras del cacique Cartea y construyeron un fuerte que fue quemado por los nativos.

Los pueblos de los caciques Urraca, Estiber y Esquegua lucharon por 10 años refugiados en las montañas de la Cordillera de Veraguas contra los españoles, finalmente fueron vencidos. El nombre de Urraca fue puesto por los españoles y quería decir huracán pero su verdadero nombre en la actual lengua del pueblo donde era originario, la etnia bugle era Molenan que quiere decir puma. Fue uno de los mayores luchadores de la historia panameña frente a un invasor extranjero. 

Los españoles realizaron trece expediciones al territorio y en todas fueron derrotados por la guerra de guerrillas. En 1527 Urracá atacó a la población de Natá de los Caballeros aliado a los pueblos de los caciques Ponca, Dures, Duraria, Bulaba, Guisisa, Guracona, Pocoa, etc y lucharon contra el enviado de Pedrarías Davila: Ponce de León (futuro asesino de la gente del actual Puerto Rico): Diego de Albitres era un capitán español mandado como refuerzo que fue derrotado por la alianza de los pueblos panameños. En 1531 es enviado un español llamado Francisco de Compañón para engañar a Urracá con negociaciones de paz, los españoles lo encarcelaron y lo llevaron a Panamá par luego enviarlo a España: el cacique logró fugarse y reunirse nuevamente con su pueblo, fue reputado como asesinado o desaparecido ese mismo año. 

Hoy la memoria de su lucha existe en el pueblo panameño pero algo rezagada a un lugar de segundo plano figurando en la moneda de menor valor siendo la de mayor valor la del genocida Balboa (siguiendo la mente genocida en la actualidad). Su estatua fue desplazada a un pueblo del interior panameño llamado Santiago por ser el lugar donde están las montañas de Veraguas donde luchaba contra los españoles, pero haciendo desaparecer su nombre y recuerdo de la capital de Panamá.

El actual pueblo de Natá de los Caballeros, por desprecio histórico tiene en su plaza restaurada recientemente a nuevo la figura del asesino Gaspar de Espinoza que asesinó, ahorcó y torturó a varias personas de los pueblos de los caciques Pacora, París, Escoria y Chimán. 

Además robó 600.000 pesos en oro y trajo 2.000 prisioneros que serían vendidos como esclavos: Espinoza cruzó la montaña de Tubanamá y fundó una villa española desde la que atacó a París, lo venció y quemó su aldea, robo el oro y tomo prisioneros: sus crímenes surgen de sus propios relatos. 

Mientras tanto Balboa volvía a las tierras colombianas a buscar oro y esclavos en el río Atrato con 190 hombres; pero fueron vencidos por el pueblo de los Gugures resultando herido Balboa y su capitán Luis Carrillo con un lanzazo en el pecho. Balboa luego de un proceso murió asesinado por orden de Pedrariás.

La Iglesia fue instigadora y culpable de diversos crímenes y robos: en 1.513 el rey Fernando II pidió al Papa crear un Obispado en el Darién con el clérigo Juan de Quevedo; se establecieron Tribunales de la Inquisición que torturaban a los negros que practicaban su religión y a los nativos. Torturaron gente en la ciudad de Panamá y en Nombre de Dios; las torturas muchas veces eran ejecutadas por los mismos conquistadores mediante la horca, el fuego, el garrote, las mutilaciones, calabozos, etc. Algunos Museos por políticas nefastas de mentiras, se encargan de disimular estos castigos restándoles importancia y confundiendo al público en general, aprovechándose de la ignorancia histórica apoyada por libros de enseñanza oficiales. 

El Tribunal de la Inquisición perduró en la práctica hasta 1.812, en muchos casos se acusaba los comerciantes de herejía para apoderarse de sus bienes. Se fundaron campos de concentración llamados como eufemismo reducciones o misiones donde las personas eran reducidas a un ámbito donde eran desposeídas de su idioma propio, religión y cultura; eran obligados a trabajar en obras de los blancos y a todo trabajo forzado con pinceladas de libertad pero para provecho español.

 Los primeros centros de tortura se fundaron en Panamá y Natá. En 1526 llegó la Orden de la Merced que destruyó la cultura de los pueblos de Chiriquí con las reducciones de San Pedro y San Pablo de Guaymí. 

En 1630 una fuerte corriente misionera se encargó de fundar varios campos de concentración religiosa en el Darién: así se fundaron varios centros de destrucción de religión autóctona como: San Jerónimo de Yaviza (1638), San Andrés de Cuqué (1.641), etc; también los Chocoes sufrieron el acoso espiritual. Los misioneros de la orden de Santo Domingo destruyeron las cosmovisiones de los Suríes y Doraces de la región de Remedios. 

Los jesuitas fueron expulsados en 1767 sobreviviendo la destrucción cultural de las religiones autóctonas por siglos y hasta la actualidad. Las ciudades por leyes españoles debían estar cerca de poblados de “indios” de esa manera podían tenerlos sometidos y obligarlos a trabajar forzadamente en la construcción de caminos, Iglesias, minas de oro, sirvientes domésticos, etc. 

Es un hecho que la mayoría de las ciudades fundadas se hallan en sitios arqueológicos o muy cerca de los mismos: esto quiere decir que esos pueblos fueron exterminados en muchos casos por los españoles: así pasó con las ciudades de Panamá, Ola, Chame, Natá, Filipina, David, Remedios, Acla, etc; todas fundadas entre los años 1500 y 1800; por ello muchos restos arqueológicos de los Museos de toda América culminan en el siglo XV o XVI, consecuencia directa de las guerras y esclavitud a las que fueron sometidas esas personas por parte de los españoles.

Una de las etapas más tristes fue la caza de esclavos negros en África para reemplazar a la población nativa: Panamá se convirtió en un centro de venta de personas por más de 300 años

. Para luchar contra este sistema que era el mismo de explotación contra los nativos los negros se rebelaron: las rebeliones se extendieron en 1549, 1553 y 155: se formaron bandas armadas que lucharon contra los españoles y al igual que los pueblos nativos se escondían en las selvas y en las montañas ante el mismo explotador: eran los cimarrones. 

El primer lugar de resistencia llamado al igual que en Brasil palenque fue construido en 1.530 en el Darién: eran caseríos con fosos y defensas donde los negros se protegían de los españoles y organizaban ataques: estos negros venían de la ciudad de Acla, donde estaban esclavizados para los españoles sufriendo toda clase de torturas y vejaciones en las minas de oro. 

También se rebelaron los negros de Nombre de Dios y de Panamá; esto demuestra que los españoles eran crueles con nativos y negros por igual, que no tenían compasión por grupo alguno. Que si justificaban sus matanzas, esclavitud y robo con el argumento que existían pueblos que practicaban sacrificios, aunque muchos no lo hacían y dentro de los mismos había naciones pacíficas que también fueron exterminadas; no había ninguna justificación ni moral, ni religiosa, de ningún tipo para extinguir a tanta gente de raza negra.

Los negros lograron un poderoso ejército hasta el año 1582 y los españoles se endeudaron fuertemente para exterminarlos. Los principales jefes negros eran Felipillo y Bayano con una fuerza de 1200 hombres. Su guerra llamada Guerra del Bayano le dio nombre luego al río Chepo rebautizado Bayano en su honor, su ejército ocupó la tierra hasta el río Chagres y la cordillera de San Blas: otros focos se hallaban en Portobelo y Nombre de Dios. 

Los españoles lo atraparon dos veces, la primera lo indultaron pero no en la segunda, luego de los dos años de lucha donde fue atrapado por el español Pedro de Ursúa, un asesino implacable que había participado de los asesinatos de muchas personas. Los negros decidieron formar pueblos el de Santiago del Príncipe (1579) y Santa Cruz la Real (1582). 

Hoy por deformación histórica de libros de texto escolares se escucha hablar de los “piratas” como los verdaderos enemigos de Panamá mientras se yerguen bestiales estatuas de tremendos asesinos fundadores como Balboa a pesar de haber obtenido la Independencia de España, un contrasentido total. La Real Audiencia de Panamá fue creada en 1538 y anexada en 1739 al Virreynato de Santa Fé (vea el lector, la cantidad de años, que la zona estuvo dominada por España). 

Aun faltan investigaciones arqueológicas mayores que descubran nuevas evidencias de poblados y restos físicos. Al momento del contacto con los españoles la cerámica se identificaba con el estilo llamado Chiriquí clásico cerámica modelada y pintada de estilo negativo y el estilo llamado “pata de pez” con tres piez de soporte; algunas de ellas pueden verse aquí fotografiadas en el Museo del Valle de Antón, pequeño, pero con una interesante colección de piezas.

 Por culpa de la conquista desaparece la producción de cerámica al desaparecer las personas que las hacían así como todo arte logrado hasta el momento, además del sentido estético, la habilidad y la espiritualidad asociada al mismo. Por hallazgos arqueológicos se pudieron encontrar pueblos en las regiones de Cerro Punta, Barriles, Lago Alajuela, La Yeguada, Cueva de los Ladrones, el Caño, Sitio Conte, Cueva de los Vampiros, Sarigua, Tonosí, Panamá Viejo, etc. 

Uno de los sitios más recientes es El Caño, ubicado a unas tres horas de viaje desde Panamá, allí se encontraron sitios ceremoniales y entierros con piezas cerámicas y un reciente descubrimiento de grandes piezas de oro con patrocinio del Nathional Geographic, con piezas aún en estudio. En el Museo de Sitio no se permiten las fotografías, la colección es pequeña, porque las mejores piezas fueron llevadas a otros sitios. 

En una vitrina puede verse un collar de vidrio, elemento con que los españoles defraudaban a los nativos a cambio de oro y otras cosas valiosas. 

A escasos kilómetros se ubica el pueblo de Penonomé que alude a un cacique llamado Nomé que lucho contra los españoles y fue torturado hasta su muerte para declarar donde escondía riquezas: debido a las torturas que sufrió la ciudad tomó ese nombre. 

Los Cuevas fueron exterminados por completo bajo el yugo español, ellos le pusieron nombre a Panamá; habitaban desde el Golfo de Urabá en Colombia hasta Chame. 

Los Kunas aún subsisten en Panamá con su religión, sistema político y cierta independencia en el Golfo de San Blas, provienen de Colombia: sus antepasados huyeron y lucharon contra los españoles en la época colonial en la región del Darién al igual que los Emberás.

 Las revueltas de los Kunas siguieron hasta el siglo XVIII, un levantamiento de los bugue-bugue atacó San Cristobál de Chepo en 1635 y mataron a muchos de sus pobladores. 

Otros grupos que subsisten son los Bribris, Ngobes, Bugles, Emberás, Wounaan y Teribes los descubrimientos suceden muy a menudo y aún hay sitios que nunca fueron relevados, por ello no es posible saber la cantidad de gente que vivía en Panamá a la llegada de los españoles, según cálculos estimados se habla de una población de 250.000 habitantes, pero en 1522 apenas 21 años de la llegada del primer español quedaban sólo 25.000 habitantes, un escaso 10 % debido al trabajo forzado para los españoles donde se perecía de hambre, sed, enfermedades, agotamiento, maltratos y muerte. 

Las guerras que sucedieron por años entre nativos y españoles; la caza de esclavos, los suicidios de los nativos al verse acorralados perdiendo todo: su libertad, familia, bienes materiales, culturales, etc. La emigración forzada a lugares de trabajo con otros climas, otras condiciones. 

Al escasear la mano de obra se trajo gente de otros lugares: en 1550 las tres cuartas partes de la gente de Panamá era traída como esclava de Centroamérica, México, Perú, Venezuela, etc. 

En 1785 el mariscal Antonio de Arévalo obligó a seis caciques del Darién a firmar un tratado de paz, en 1789 los españoles abandonaron esa región. (Fíjese el lector que las consecuencias de la conquista perduran por siglos y no como dicen algunas personas que fueron hechos que sucedieron hace 500 años).

 Hoy en Panamá hay grupos nativos sobrevivientes del genocidio histórico como la población de las comarcas Ngobe Buglé, Kuna Yala (San Blas), Comarca kuna de Madungandí, Comarca Emberá Wounaan, Comarca Kuna de Wargandí, Comarca Naso. 

http://www.genocidioamericano.com.ar/viaje.php?viaje=panama

https://chancharruas.wordpress.com/2013/02/24/genocidio-de-panama-y-como-espana-asesino-a-sus-primeros-habitantes/

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