VATICANO: El más siniestro puntal imperialista

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Nicaragua: El asesinato atroz de Raúl González y de Juan de Dios Muñoz


Teresa, una persona que era como otra madre para todos los hermanos ... ¡Ya no pasó Raúl! Ella había preparado el desayuno para esperarlo como lo hacia como era de costumbre 
Según contaban después algunos compañeros, Raúl había estado en una reunión la noche del 25 con compañeros del FSLN y fue designado para realizar el traslado del compañero Juan de Dios Muñoz, que entraría a Nicaragua por la frontera con Honduras, junto con tres compañeros más. Ése fue el viaje que Raúl realizó, nunca fue a Limay.

También nos contaban que en la misma reunión con miembros del FSLN, se encontraba una persona que pasó el informe sobre la movilización de Raúl, ya que era infiltrado. 

El 26 de agosto de 1977, En la salida de Estelí hacia Condega, sobre la carretera Panamericana, existe un lugar que se llama El Dorado, es una finca. En la orilla de la carretera hay una especie de cerritos donde la Guardia se escondió para esperar la llegada de Raúl, ahí lo emboscaron. 

A Juan de Dios y a Raúl los capturaron vivos. Se supo después que los tres compañeros que venían con Juan de Dios y que eran trasladados por Raúl, pudieron huir.
El doctor Ulises González, primo hermano, trabajaba en ese entonces en el Hospital San Juan de Dios de Estelí; este hospital quedaba en la salida hacia Managua.

 Una enfermera amiga llegó donde Ulises en la mañana y le dice: –Fíjese, doctor, que en la Morgue del Hospital está un cadáver, que yo creo que es primo suyo. El doctor José María Briones lo tiene escondido y ha prohibido la entrada a la Morgue.

El doctor Danilo Rodríguez, médico y amigo de Ulises, se encontraba en el Hospital.

 Ulises se dirigió a él y le contó lo que pasaba, a lo que el doctor Rodríguez, le contestó, Yo te acompaño, Arrancaron una tabla y llegaron a la Morgue, donde vieron a Raúl, muerto, sobre una mesa de cemento. Raúl estaba sin ropas, tenía puesto solamente el calzoncillo.

Al mismo tiempo, Ulises vio cerca de la mesa donde estaba Raúl, una masa, una pelota grande de sangre en el suelo, “era un bulto grande de sangre colorada.” Ulises se acercó para ver de cerca de qué se trataba y se asustó cuando vio que era Juan de Dios Muñoz, “una masa de sangre”. Juan de Dios no tenía un ojo, usaba una prótesis. 

Ulises pudo observar que en su ojo sano tenía un balazo. Ulises lo comenzó a ver a Juan de Dios y no supo si tenía en otro lugar más balazos.

A Raúl lo comenzaron a revisar, dedo por dedo, parte por parte de su cuerpo. Danilo iba apuntando lo que Ulises le iba dictando. Tenía fracturado el cráneo, por sus oídos salía sangre. Fractura en la nariz, la inflamación en la cara lo hacía verse con la nariz muy pequeña.

Fractura en el esternón. Fractura en las costillas. Fractura en las piernas, en la pierna izquierda tenía un balazo, a la altura de la pantorrilla.

 Fractura en los brazos. En fin, dice la epicrisis, que nuestro hermano Jaime (médico-pediatra) dictaminó, basado en las anotaciones de Ulises, no había un solo hueso de su cuerpo que estuviera sano, todo estaba fracturado. 

En su espalda se veían alrededor de veinte a treinta marcaduras de chuzo eléctrico.

JUAN DE DIOS MUÑOZ REYES, suplente Dirección Nacional FSLN.

Luego de haber presenciado todo esto, Ulises se dirigió hacia la casa de Raúl, a avisar a su esposa María Magdalena Chau Matus, lo que había pasado. 

Le pidió ropa para vestir a Raúl y ella sacó un pantalón negro y una camisa roja y negra estampada con flores. Ulises llegó al Hospital y pidió le dejaran vestir a Raúl, lo que no pudo hacer hasta que partió la camisa por la espalda para ponérsela por el frente, pues por los traumas recibidos lo habían inflamado de manera descomunal.

Mi hermana Vilma se levantó temprano ese mismo día y se dirigió a Estelí a realizar algunas gestiones en el Banco. Me extrañé que cuando entré al Banco, todas las personas me quedaban viendo dijo Vilma, De pronto una persona se le acercó y le dijo: Dicen que anoche hubo un enfrentamiento y que hay un muerto, que dicen que es González, que es el Ingeniero. 

Ella muy asustada le respondió que no era posible, porque Raúl iba ese día para Limay, Vilma ya no hizo su gestión en el Banco, sino que tomó un taxi y se dirigió al Hospital, Ahí encontró a Raúl en la misma forma que lo encontró Ulises y salió corriendo hacia donde mi cuñada María Magdalena, quien se encontraba todavía en la Normal de Estelí, donde ella era profesora.

Una vez concluida la epicrisis, Jaime la envió a La Prensa, al doctor Pedro Joaquín Chamorro, quien inmediatamente la publicó; además, el asesinato de Raúl había sido publicado en ese mismo diario, 

Todos los días sacaba alguna noticia al respecto, En la epicrisis, Jaime menciona a Ulises, quien había sido la primera persona que había reconocido a Raúl y quien había tomado todos los datos relacionados con la situación del cadáver.

Inmediatamente Ulises recibe una llamada de Aquiles Aranda, diciéndole que había leído unas declaraciones de él y que afirmaba que a Raúl lo habían masacrado. Le pide que les dé declaraciones a ellos, la GN.

Ulises se preparó para el momento y prestó una grabadora a Héctor Mejía, la que colocó debajo de unos muebles de mimbre, donde él recibiría la visita. Llegó el momento y Ulises estaba sentado en el lugar esperando. 

Entró Migdonio, el conocido esbirro de Estelí, con una persona más y comenzó el interrogatorio, contradiciendo todo lo que Ulises les decía y tergiversando las cosas, a fin de que Ulises se enredara o contestara lo que ellos querían que dijera. Ulises siempre estuvo repitiendo lo mismo.

Al día siguiente, en el periódico Novedades, sale la entrevista de Ulises, toda tergiversada, diciendo que Raúl y Juan de Dios habían muerto en enfrentamiento. 

La madre de Ulises, doña Pina, llegó inmediatamente a reclamarle, y a decirle que a ella le da vergüenza que su hijo haya dado esas declaraciones. 

Ulises le explicó a su madre que toda la declaración la habían cambiado.

Días después recibió una llamada de La Prensa, era Roberto Sánchez Morales; le decía que quería hacerle una entrevista, que llegaría con otra persona que es periodista y fotógrafa, era Margarita Montealegre.

Roberto le dice: Aquí aparecen unas declaraciones suyas, donde usted afirma que el Ingeniero Raúl González Almendárez murió en enfrentamiento. Ulises le dice que él no ha dicho nada de lo que publicaron en Novedades y sacó su grabadora y entregó el casete a Roberto. Margarita tomó la fotografía cuando Ulises está entregando el casete a Roberto. 

Éste le dice a Ulises que era suficiente, que no necesitaba más. Desde entonces dice Ulises, Roberto y yo somos hermanos.

La muerte de Raúl enlutó al pueblo de Condega; de todos los rincones del pueblo la gente se desbordó, lo mismo que de todos los lugares del país. Muchos lo lloramos.

El Padre Francisco Luis Espinoza, hermano Marista, director de la Escuela de Agricultura de Estelí en ese entonces y quien cayera junto con José Norberto Briones, ultimados por la GN en la entrada de Condega en la carretera panamericana, cuando llevaban a una mujer embarazada a Condega, había oficiado la misa de cuerpo presente de Raúl. 

En esa misa, el Padre Chico Luis dio un testimonio muy lindo de Raúl, cosas que nunca nosotros nos imaginábamos que Raúl estaba haciendo. Cómo dolió su partida y cuánta gente quedó desprotegida al no estar él.

El funeral de Raúl ha sido el más grande, en la historia de Condega. Nunca se vio nada igual. El pueblo se volcó a las calles para despedirlo, el pueblo lloró.... Honor y gloria a nuestros héroes y mártires

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